viernes. 29.03.2024

Los grandes desafíos de la Unión

Actualmente la Unión se enfrenta a una serie de problemas que son consecuencia de la crisis económica de 2008, de la casi segura salida del RU de la misma, de los graves conflictos de Oriente Medio tras las primaveras árabes (problema de los refugiados), etc. En ese caldo de cultivo han surgido con fuerza los nacionalismos, el proteccionismo económico y la explosión de toda suerte de populismos. De no superar con éxito tales problemas, puede ponerse en riesgo el futuro de la Unión, es decir, todo el proceso de integración.

Como consuelo, cabe recordar que en el pasado la UE también ha atravesado por otras crisis que han sido muy complicadas y que en muchos casos ha superado con éxito e incluso ha salido reforzada; y lo mismo debiera suceder ahora por lo mucho que está en juego. Así lo entiende también el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que en el Prólogo al Libro Blanco sobre “El futuro de Europa”,  publicado por la Comisión el pasado 1 de marzo de 2017, escribe: “Tenemos por delante retos importantes, para nuestra seguridad, para el bienestar de nuestros pueblos, para el papel que Europa deberá desempeñar en un mundo cada vez más multipolar. Una Europa unida de Veintisiete debe configurar su propio destino y perfilar una visión de su propio futuro”.

El mencionado Libro Blanco ha sido preparado con motivo de la celebración del 60 aniversario de la firma de los tratados de Roma de 1957. Su objetivo es el de abrir un debate entre los 27 miembros de la Unión –ya sin el Reino Unido (RU)-, con el fin de dar respuesta a tales problemas y muy específicamente al Brexit. Plantea cinco escenarios posibles -no excluyentes entre sí- sobre el futuro de la Unión para que sean estudiados por el Consejo Europeo y le sirvan de base para realizar una propuesta concreta antes de las elecciones al Parlamento Europeo que se celebrarán en junio de 2019. Por lo tanto, este proceso de reflexión sobre la redefinición del futuro de la Unión, será paralelo al de las negociaciones de la salida del RU de la misma. Los citados cinco escenarios y su contenido, sintéticamente expuesto, son los siguientes:

  • Escenario 1: Seguir igual. La UE de los 27 continúa con su rumbo actual: se fijan y actualizan las prioridades y se abordan los problemas a medida que van surgiendo.
  • Escenario 2: Solo el mercado único. La UE se centraría básicamente en el mercado único al no alcanzar los Estados miembros acuerdos significativos en otros ámbitos.
  • Escenario 3: Los que desean hacer más, hacen más. La Unión seguiría funcionando como hasta ahora, aunque permitiendo a los Estados miembros que lo deseen hacer cooperaciones reforzadas en ámbitos específicos tales como la defensa, la seguridad interior o los asuntos sociales. Esta sería la Europa de geometría variable (dos o más velocidades).
  • Escenario 4: Hacer menos pero de forma más eficiente. En este supuesto la Unión se centraría en aumentar y acelerar los logros en los ámbitos de actuación prioritarios que elija, mientras que intervendría menos en los que se percibe que no aportan un valor añadido significativo.
  • Escenario 5: Hacer mucho más conjuntamente. Los Estados miembros atribuyen a la Unión más competencias, más recursos y ésta toma decisiones en todos los ámbitos.

Aun siendo consciente que la opción que se impondrá, porque así ha sido ya manifestada por los socios más importantes de la Unión, es la tercera (“Los que desean hacer más, hacen más”), que es lo que de hecho viene sucediendo en varios ámbitos desde tratado de Maastricht en adelante, el planteamiento que defiendo se inserta claramente en la quinta: “Hacer mucho más conjuntamente”. Es un planteamiento maximalista, sin duda inalcanzable en el corto y medio plazo, pero puede que sea el más realista en el largo plazo si es que la Unión desea seguir contando como bloque en este mundo multipolar y globalizado. Por otra parte, no excluye el escenario tres puesto que ambos son compatibles y éste es una fase inevitable del proceso de integración, pero no necesariamente la última.

En el contexto de este quinto escenario, sin excluir otros retos que inevitablemente también habrá que abordar, se han seleccionado los que considero principales desafíos que debe afrontar la Unión, ya desde el presente, con independencia de que algunos de ellos puedan consumir varios años -o incluso décadas- en su concreción y ejecución. Lo realmente importante es diseñar el  marco global e ir perfilando y trabajando sobre el mismo.

Tales desafíos, que iré desarrollando específicamente en los en próximos artículos, son, por orden de prioridad, los siguientes: en primer lugar, la negociación sobre la salida del Reino Unido de la Unión (el Brexit), cuyo calendario ya se ha iniciado; en segundo lugar, la culminación de la unión económica y monetaria, completándola con la unión fiscal; en tercer lugar, la delimitación, lo más precisa que sea posible, de las fronteras futuras de la Unión, lo que implica replantearse definitivamente algunas de las ampliaciones previstas, sobre todo la de Turquía (y, paralelamente, establecer con claridad la política de vecindad de la Unión, entre otros vecinos y con prioridad con la propia Turquía, con Ucrania y con el Reino Unido cuando se consume la salida); en cuarto y último lugar, como culminación de este proceso de redefinición de la Unión, sentar las bases del futuro modelo de integración política al que debiera de aspirar la Unión: una Europa federal. 

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