viernes. 29.03.2024

¿La epidemia bajo el control de los ciudadanos o preferimos que lo lleven los políticos?

La evolución de cómo va el coronavirus en cada país va estrictamente unida al comportamiento de sus ciudadanos. Digo ciudadanos, sí, no políticos.

La política esta para poner guías, derechos, límites y restricciones, pero siempre encontraremos ciudadanos que buscaran como torcer o evitar que las reglas vayan con ellos.

Hace unos días leía en un foro de ciudadanos británicos en España (Bremain in Spain), un comentario acerca de la sorpresa positiva que se habían llevado con la población española adhiriéndose mayoritariamente a las imposiciones para frenar el COVID19. Algunos de estos inmigrantes (me niego a llamarlos expats, la migración es toda igual, tengas o no dinero) también recordaban con cierta vergüenza, que fueron compatriotas suyos los que,con cierta atención mediática en los primeros días del encierro, no acataban las normas de aislamiento en localidades turísticas.

La estupidez humana no tiene fronteras ni nacionalidad y este fin de semana en todo el mundo ya tenemos a cientos de miles de lerdos, idiotas, imbéciles, anti solidarios, y cuasi criminales, pretendiendo que pueden hacer lo que quieran y viajando a pasar unos días a las Highlands escocesas, o a Puerto Hurraco.

Solo en Manchester en los pasados días la policía ha parado 660 fiestas, algunas con castillos hinchables y DJs

Los diferentes gobiernos han optado por versiones diferentes de cómo tratar a este virus, aunque según pasa el tiempo y suben las cifras, lo que queda claro es que la versión final de su actitud hacia el COVID19 es prácticamente igual, impidiendo más y más las salidas de casa e imponiendo medidas más estrictas, y con implicaciones en la economía.

Esta crisis nos ha demostrado que no los que ganan más, son los que más necesitamos para que la rueda gire…y en la sociedad ahora valoramos aún más a nuestras enfermeras, médicos, reponedoras, cajeras, granjeros, celadores, cuidadores de nuestros mayores, transportistas…

Curiosamente ninguno de estos sectores tiene un sindicato de extrema derecha haciendo un llamamiento a la huelga en tiempo de crisis ni han amenazado con balaclavas y parafernalia neonazi intentando amedrentar a nuestro Congreso de los Diputados como otros colectivos de trabajadores recientemente. Colectivo que curiosamente deberían cuidarse muy mucho de aparentar una neutralidad que nos asegurara sentirnos protegidos de verdad, y que no nos hicieran recordar a fuerzas de seguridad del pasado...que estaban solo para la seguridad de unos cuantos.

Volviendo a Reino Unido, entre muchos ciudadanos sigue creciendo un malestar. Si bien no se habla ya más de la inmunidad de rebaño que pedía Boris Johnson, aun hospitalizado, oh ironías de la vida, por esa “gripe” que iba a hacer que “perdiéramos a seres queridos”, las condiciones impuestas son tan fáciles de saltar, que en cuanto disfrutamos de ese fenómeno meteorológico extraño en estas tierras, llamado calor y sol, los parques se llenan de individuos que se tumban a broncearse, jugar al cricket, o hacer barbacoas como hacíamos cuando aún Brexit era la palabra de moda.

Solo en Manchester en los pasados días la policía ha parado 660 fiestas, algunas con castillos hinchables y DJs…pero cuando el que manda estos días, Dominic Raab, tras cifras crecientes de contagios y muertes, en vez de exigir te pide educadamente y con un “please” que os quedéis en casa, pues como que el mensaje se recibe como un “favorcillo” que si gustas lo haces…o no.

Salir a correr, con esas expiraciones que propagan todo lo propagable y que se comerá enterito el incauto con la mala suerte de cruzarse con el atleta en cuestión, es la afición de moda, y como esto dure hasta las Olimpiadas de 2021 en Tokyo, va a ayudar a que Reino Unido se lleve todas las medallas en las diferentes modalidades de carrera. Todos corren, ya que pueden, y en España tendremos ganadores en los concursos mundiales de paseadores de perros, donde competiremos con perros musculados tras haber pasado de sus 2 paseos de 15 minutos diarios, a paseos de 8 kilómetros, campo a través, atravesando ríos, llueve o truene, y tantas veces al día como miembros tenga la familia (si hay hijos de 14 años como en mi caso, de esa se librará el pobre chucho, ya que la PlayStation llama más que la mascota familiar y este encierro es el sueño de muchos adolescentes hecho realidad).

Los que nos mantenemos en casa y salimos lo mínimo y como mi amiga Penélope, lo pasamos mal ante los riesgos de la salida a la tienda, vemos que las semanas pasan y pasarán hasta que no haya un cambio de verdad y logremos una movilidad los más reducida posible.

Y desde las instituciones que nos tocan, el Consulado General (aun no abierto, no por falta de ganas) de Manchester, a mí personalmente esta semana me han sorprendido más que gratamente.

Aparte de reunirse con voluntarios de Acción Coronavirus de nuevo, que es una organización de ayuda ciudadana, nos han sorprendido con el esfuerzo que han llevado a cabo contactando a TODOS los ciudadanos mayores de 80 años que viven en esta demarcación para asegurarse de que no hay nadie vulnerable sin asistencia.

Estas llamadas han pillado por sorpresa a estos españoles que en casos llevan más de 50 años en Reino Unido, y han agradecido al aun escaso equipo en manos de Laura García Alfaya e Iñaki Torrecilla Vilela (Cónsul General y Canciller) el esfuerzo y un contacto directo que muy difícilmente se produce entre instituciones españolas y los emigrantes.

El coronavirus es una desgracia a nivel mundial, a nivel humano y económico, pero sin duda está sirviendo también para ver cambios de actitud positivos, nuevas formas de trabajar, incremento en solidaridad y empatía, y una actitud a aplaudir por parte de la mayor parte de la sociedad…los que no muestran ni empatía, ni solidaridad, ni nada positivo están disfrutando en su parque de atracciones de bots, bulos, criticas, noticias tergiversadas y utilización de números de muertos y contagiados como si hablaran de fichas de casino. Y para eso ni hay ni habrá vacuna.

¿La epidemia bajo el control de los ciudadanos o preferimos que lo lleven los políticos?