jueves. 28.03.2024

El relato, plebiscito o democracia

Nada como las fuerzas de izquierda para alcanzar el paroxismo de los relatos.
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Nada como las fuerzas de izquierda para alcanzar el paroxismo de los relatos. El último, como en el juego de la cerilla, es que el personal compruebe quien se levantó antes de la silla como en el cuento de las liebres sobre galgos y podencos. Pues nos comerán los perros. La repugnante maniobra de provocación de la líder madrileña del fascio-trumpismo no tiene matices ni relatos de heroicidades propias. Solo condenas. Y es un mal relato la atribución de quien marcó primero el coto porque tiene el retorno de un boomerang.

La condena sin paliativos a VOX es una cosa. Centrar la campaña en eso en exclusiva puede ser un enorme error. Y se sabe que hay errores peores que los crímenes, Sire. Porque si de lo que se trata ahora y en exclusiva es que la ultraderecha no esté en el gobierno, parece indicar que el único problema de la izquierda es ese y no el de gobernar la Comunidad de Madrid. Que VOX este o no en la gobernabilidad como objetivo principal puede “centrar” automáticamente al Partido Popular e incluso a Ciudadanos que parecen no haber gobernado desastrosamente la comunidad precisamente cuando eran un grupo de “perdedores” unidos para obtener un poder que no alcanzaron en las urnas. Y su gobierno no fue posible sin VOX. Se nos olvida que hace solo un par de años ganó las elecciones y muy limpiamente el PSOE.

Es en ese contexto donde Díaz Ayuso lanzó ayer su órdago en su entrevista dominical en El País. “He estado condicionada por VOX y C, s durante dos años” nos anuncia esta prisionera de sus propios pactos para gobernar como si estos no le obligasen. No cabe mayor tentación plebiscitaria. El nuevo cesarismo madrileño del PP no es nuevo y no es casual. No en vano Díaz Ayuso bebió de las fuentes de Esperanza Aguirre, que es mucho más serio que acusarla de ser la madrina digital de su chucho. Y me sorprende que los enemigos acérrimos de los bipartidismos (digitales y de los otros) sucumban ahora y con flaqueza ante tamaño despropósito absolutista.

Comprendo la rabia y el coraje ante unas amenazas personales y los continuados ataques a la privacidad y a la familia de cada persona. Lo sé más que de sobra por razones que al caso no vienen. Aunque entrar en la acción-reacción de la provocación no sea el mejor camino para evidenciarla ni combatirla.  Entiendo también que el cordón sanitario que ahora se declama debería de haberse declarado mucho antes. Y me sorprende que lo denuncien como nocivo para el dialogo, la convivencia y tal (tal como hacen ahora los candidatos de Ciudadanos y del PP) que son precisamente los que armaron el famoso bloqueo sanitario al PSOE hace solo dos años con consecuencias desastrosas para el primero y que solo ha favorecido el ascenso de VOX. Cuestión, por cierto no ajena a la repetición incensaría de elecciones generales que tiene también sus “relatos”. Mas mejor dejarlo ahí por aquello de los debates suicidas sobre razas de perros a punto de alcanzarnos. Porque la cosa esta así.

Y hablando de canes. Si el relato de la izquierda se descentra y deja el espacio de la moderación a la dueña del chucho  que experiencia tiene. Si el problema es VOX y el que gobierne la derecha deja de serlo. Si se sigue solo esa senda… la provocación de Rocío Monasterio ¿Casualidad? Habrá alcanzado sus objetivos militares. Y es fastidioso que fuese más o menos como hace más de ochenta años, pero esta vez por procedimientos electorales. Vamos, como los nazis del 1932. Antecedentes hay para aburrir.

Debe pues serenarse el ambiente. El clima bipolar perjudica el objetivo que no puede ser otro que ganar a las tres derechas. Si, las tres, porque el mundo político confeso de Enmundo es reproducir por la puerta de atrás el cordón sanitario al PSOE de hace dos años. Nada parece cambiar al respecto. Las izquierdas sea cual sea su relato no deben de propiciarlo y darle oxigeno, entrando exclusivamente al trapo de la provocación contumaz y alevosa. Debe pues hablarse de Madrid de nuevo. De sus problemas y de sus soluciones. Democracia o Fascismo no es una elección, es un deber principal. Pero gestionar y gobernar la democracia es otro, y aunque estas elecciones no ha sido arbitrariamente convocadas para ello, es lo que son. Y es lo que deben ser. Cambien el relato de la derecha, Para ganar hablen de Madrid. También

El relato, plebiscito o democracia