viernes. 29.03.2024

El 26 de mayo elecciones generales, continuismo o ruptura

26m

Estas elecciones al menos debieran servir para impulsar un cambio político, que es el que desde las calles está liderando el movimiento feminista y que expresa las tremendas ganas e ilusiones de cambio social frente al retroceso, la extrema derecha, el machismo y lo peor de una España reaccionaria

Cada elección tiene sus características. Pero para un socialista unas elecciones no deben ser un rito liberal, sino un impulso democrático al objeto de proponer un programa a cumplir o al menos impulsar, así como caminar hacía una transformación paulatina por el reparto y la libertad.

Las elecciones convocadas para el 26 de mayo tendrán lugar en el terreno de una grave crisis del estado, primero de la monarquía que se arrastra enferma a pesar de los constantes balones de oxígeno que recibe, cada vez más alejada de la sociedad joven y con impulso. Igualmente en segundo lugar  la misma Unión Europea, padece una crisis, pues cada vez más deslegitimada ante la ciudadanía europea, los partidos “europeístas” se ven debilitados e incapaces de detener el avance de la extrema derecha y la xenofobia, debido a sus políticas de austeridad, impopulares tremendamente, así como la destrucción del tejido productivo europeo (agricultura, industria pesada, minería, comercio autóctono interior…) que los tratados internacionales de libre comercio propician, beneficiando solo a grandes multinacionales. 

Los partidos oficiales que han contribuido a la prolongación del poder de las familias franquistas de la Banca, -pues son incapaces o tal vez cómplices por no arrebatarles el control real del aparato de Estado, que siguen ostentando los de siempre al igual que las principales grandes empresas del IBEX-, sufrirán retrocesos políticos, los tengan o no electorales, con la aparición de nuevas expresiones, y el desmantelamiento de otras que han ocupado un lugar importante en la representación institucional. Con todo es de esperar el freno de las derechas más reaccionarias.

En tercer lugar, la quiebra de la gobernabilidad en Cataluña y la defensa de los dirigentes procesados es un punto de apoyo que se debiera saber saber aprovechar en la lucha por la Constituyente en toda España. El problema catalán ha dejado al descubierto las muy profundas debilidades de una Constitución ya superada y que tan solo la represión puede mantener, si todo sigue incluso como hasta ahora. Todo esto en lugar de buscar una solución federal y democrática que además de la derecha dinástica, la propia Corona imposibilitan.

Debemos buscar alianzas de progreso hacía el cambio profundo y la ética politica, pero se deben alejar del sectarismo, el infantilismo y el folklore “alternativo”. Toda la sociedad democrática debe entender que avanzamos o el Estado Español camina hacía el autoritarismo. Hay, por tanto, que establecer en cada caso el equilibrio entre nuestras posibilidades de  acción política y electoral promoviendo  los acuerdos a desarrollar  en todos los ámbitos, al objeto de buscar alianzas entre los diversos sectores democráticos y de progreso.

Este escenario necesita pues un partido en el ámbito del socialismo que sea, transformador, constituyente, impulse la organización de la clase trabajadora, acompañe al feminismo y sea valiente. Un partido que juegue el papel del PSOE del principios del siglo XX, que el actual, desde hace años ya ni lo juega, ni tienen voluntad de hacerlo.

Hace falta el socialismo transformador y republicano organizado, porqué ni el populismo ha demostrado ser serio y abierto a la democracia interna o a la clase trabajadora, ni el socioliberalismo estancado en apoyar una UE que impone austeridad y castra las aspiraciones de las clases populares puede, ni sabe, ni quiere.

Estas elecciones al menos debieran servir para impulsar un cambio político, que es el que desde las calles está liderando el movimiento feminista y que expresa las tremendas ganas e ilusiones de cambio social frente al retroceso, la extrema derecha, el machismo y lo peor de una España reaccionaria y antigua. Movilización que todavía carece de expresión politica, pero que está al menos dispuesta a impedir cualquier retroceso. El 8 de Marzo la lucha de las mujeres dejó clara su oposición al empobrecimiento, el precariado, la explotación en todos sus ámbitos y el deseo de igualdad y la igualdad total es un objetivo socialista. 

El 26 de mayo elecciones generales, continuismo o ruptura