jueves. 28.03.2024

¿Sirve la economía para comprender lo que está pasando?

La economía como una rama del saber y del conocimiento ha sido cuestionada por no haber sido capaces la mayoría de los economistas de predecir la crisis actual.

La economía como una rama del saber y del conocimiento ha sido cuestionada por no haber sido capaces la mayoría de los economistas de predecir la crisis actual, o por lo menos de avisar de los peligros en los que se estaba incurriendo y que acabaron estallando en 2007. Hubo una minoría, bastante exigua, que sí fue capaz de predecirla y de advertir de la senda tan peligrosa que se estaba siguiendo. Pero no fue lo general. Además, no solamente hay que achacar estos errores a los economistas académicos, sino que los servicios de estudios de organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la OCDE, la Unión Europea (UE), y de los distintos países, no vieron venir lo que luego sucedió.

Estos servicios de estudios, así como en nuestro país los del Banco de España, cuentan con un número elevado de economistas, muy bien retribuidos y que disponen de muchos medios materiales para efectuar los análisis. El error cometido es tan profundo que esto nos debe conducir a hacer una reflexión sobre qué es lo que realmente ha sucedido. El problema, por si fuera poco, no acaba en la incapacidad para predecir, sino en las respuestas que se han dado para afrontar una situación que no se había dado desde la Depresión de los años treinta del siglo pasado. Los hechos tan tozudos, como siempre, han cuestionado el conocimiento económico predominante y las políticas económicas llevadas a cabo.

La crisis económica está dejando un número elevado de damnificados, pero otros graves problemas como el desastre ecológico y la desigualdad de género apenas se abordan. Se asiste a una fuerte polarización internacional entre lo que son las grandes fortunas y los millones que sufren hambre y pobreza. La dinámica económica, impulsada en las últimas décadas por las teorías neoliberales, está creando mayor desigualdad, alto desempleo, trabajo precario y una gran sobreexplotación del trabajo en los países subdesarrollados. Se cae en el fetichismo del crecimiento sin plantearse la naturaleza de ese crecimiento, los efectos que tiene en la distribución de la renta, en la igualdad de género y en el medio ambiente. Cuestiones tales como la existencia de paraísos fiscales y la elevada corrupción no se estudian.

De manera que los grandes problemas económicos que padece la humanidad y los procesos de acumulación, intercambio, distribución y estructura del consumo no son objeto principal de la economía convencional y predominante. Los economistas se encuentran en su despacho investigando y desarrollando modelos económicos muy bien formalizados y con un apoyo matemático significativo, sin que se asomen a la ventana de la realidad, desde la que se puede observar que ha habido progresos, aunque muy desigualmente repartidos los frutos de los avances logrados, pero que al lado y coexistiendo hay muchas privaciones y necesidades básicas sin cubrir. Se encuentra, además, de esa superficie, la cara oculta de la economía. como el tráfico de drogas, de armas(legal e ilegal), las empresas offshore y los paraísos fiscales, que son refugios para el dinero negro y la evasión fiscal.

La publicación de los papeles de Panamá es otro escándalo más de los muchos que hemos ido conociendo. La irritación y la indignación de la ciudadanía crece como consecuencia de la existencia de estos refugios que sirven como tapadera, en muchos casos, de delitos económicos. Ante estos hechos se empieza a plantear por dirigentes políticos que resulta necesario un mayor control y regulación internacional de las cuentas y movimientos de capitales que se dan a escala global. El descubrimiento de estas cuentas hace ver que se encuentran implicados bastantes políticos, lo que explica que no se hayan tomado medidas contra estos abusos cometidos. ¿Cómo van a arreglar esta situación los dirigentes que han ocultado sus ingresos, así como de los que actúan como cómplices de una situación alarmante que engorda aún más la fortuna de los ricos y los beneficios de las empresas multinacionales?  Las puertas giratorias funcionan y se produce una complicidad entre el poder político y económico. Los elevados costes que generan la evasión fiscal, el dinero negro y la corrupción, para el bienestar de la ciudanía, a su vez son responsables, en parte, de las graves desigualdades que se están dando.

La economía no puede permanecer ajena a la evolución de la realidad y a la existencia de tantos males como se están dando. La mayor parte de los modelos que se elaboran no explican el funcionamiento del proceso económico y eso por dos razones primordiales. La primera, porque se basan en abstracciones simplificadoras de la realidad, no teniendo en cuenta aspectos institucionales y estructurales. La segunda, porque las abstracciones no se hacen sobre los elementos relevantes de la sociedad.

La abstracción es necesaria en la teoría y en la elaboración de modelos y eso  es lo que da consistencia a la economía, pero toda abstracción se encuentra limitada por ser simplificadora y en consecuencia, se necesita de la historia, del estudio de las instituciones y estructuras, de las relaciones sociales, de género y ecológicas. La teoría por muy buena que sea no se basta por sí misma para entender la complejidad de lo real. Lo malo es que la teoría en la que se basan la mayor parte de los modelos, como es la neoclásica, también es inadecuada. La formación de los economistas, lo que se agrava con el paso de los años, se encuentra mutilada, al tiempo que parte de supuestos, en muchos casos falsos, por lo que se llega a resultados erróneos.

En suma, la economía tal como se estudia hoy sirve bastante poco para la comprensión de los fenómenos reales. Sin embargo, hay grupos de docentes e investigadores que nadan contracorriente y desvelan las tendencias subyacentes en el funcionamiento económico y desvelan la parte más oscura y negra. Los economistas que nadan contracorriente cada vez lo tienen más difícil, pues la ortodoxia condena todo lo que no responde a los cánones establecidos. Esta economía heterodoxa sobrevive, a pesar de las vallas que se ponen en su camino.

¿Sirve la economía para comprender lo que está pasando?