jueves. 18.04.2024

Triunfo de la democracia

El resultado del referéndum griego supone una vez más el fracaso de la política del miedo y de las declaraciones amenazadoras.

Para cualquier demócrata la celebración de un referéndum en un país debiera significar el ejercicio del derecho de los ciudadanos a ser consultados cuando un gobierno se plantea o se ve obligado a aplicar medidas en asuntos trascendentales que pueden afectar seriamente a sus condiciones de vida, y en ningún caso un peligro para la salud de la democracia sino más bien un fortalecimiento de la misma. Quienes invocan de manera reiterada y demagógica las bondades del sistema democrático y al unísono practican políticas antisociales contrarias a las necesidades de la mayoría social, quienes practican políticas de recortes de derechos y libertades, debieran tomar buena nota de lo ocurrido ayer en Grecia y entender que los pueblos y la dignidad de los mismos no pueden ser pisoteados a favor de los intereses de los mercados, poderes económico-financieros y gobernantes que se pliegan a sus deseos insaciables de beneficios a costa de las condiciones de vida de los ciudadanos.

El referéndum celebrado ayer en Grecia y el rotundo triunfo del NO significa que el pueblo griego, apoyando a su gobierno, no está dispuesto a soportar más una política de austeridad que en los últimos años le han llevado a la pobreza y por tanto rechaza las pretensiones de la troika de seguir imponiendo a Grecia unas medidas de política económica que condenaría a los helenos a no tener futuro alguno como sociedad durante los próximos decenios.

Las políticas de recortes que la UE, BCE y FMI han impuesto a Grecia durante los últimos años han supuesto un clamoroso fracaso en relación a las pretendidas mejoras que  las mismas debían producir en la sociedad griega; muy al contrario esas políticas han llevado a un incremento brutal de la deuda pública(180% del PIB), una contracción del PIB griego del 25%, una destrucción casi total de los servicios públicos esenciales, despidos masivos de empleados públicos y consecuencia de todo ello la aparición de unos niveles de pobreza difícilmente asumibles en democracia.

La dramática situación social griega, tras años de brutales políticas de austeridad y recortes impuestas por la troika, fue sin duda causa determinante del  triunfo de Syriza en las últimas elecciones con un programa que dejaba claro su firme propósito de plantar cara a las imposiciones de la troika y exigir llegar a acuerdos que no supusieran seguir hundiendo a los griegos en una extrema penuria; en mi opinión ha sido asimismo la intransigencia de UE, BCE y sobre todo el FMI a lo largo de las negociaciones mantenidas desde la llegada al poder de Sirias lo que ha ayudado también al triunfo tan contundente del NO en el referéndum de ayer, todo ello sin perjuicio de los errores que la delegación griega haya podido cometer a lo largo de todo el proceso negociador.

El resultado del referéndum griego supone una vez más el fracaso de la política del miedo, de las declaraciones amenazadoras tratando de violentar el derecho del pueblo griego a votar en libertad y sin presiones. Las declaraciones efectuadas por altos representantes políticos europeos dibujando un escenario de caos si los griegos optaban por el NO, suponen en mi opinión un ejercicio más de tratar de violentar la soberanía popular. El desarrollo normal de la jornada de votación, la ausencia de cualquier problema de confrontación entre ciudadanos que habían votado opciones distintas, ha demostrado la normalidad que toda  consulta comporta en una sociedad democrática. Las desafortunadas declaraciones del Presidente Rajoy indicando que el triunfo del SI, llevaría aparejado que se negociaría con otro gobierno en Grecia, dejaba a las claras lo que algunos responsables políticos europeos y del Fondo Monetario perseguían con sus planteamientos tan inflexibles en las negociaciones: la caída del gobierno de Syriza. Una vez más el Sr. Rajoy se muestra como alumno aventajado de la Sra. Merkel y vuelve a equivocarse, sería deseable que se preocupase más de solventar los graves problemas de desigualdad y de pérdida de derechos que sus políticas han generado en España y menos de servir como propagador de las políticas de los poderes económico-financieros.

Para ir concluyendo, a partir de hoy se volverán a reanudar los contactos entre el gobierno griego y sus socios europeos, se reanudarán las negociaciones, eso sí, con un gobierno griego fortalecido tras el respaldo rotundo de sus ciudadanos y parece razonable pensar  se producirá un acuerdo que contemplará un programa de reformas estructurales a realizar por el gobierno griego, que abordará una reestructuración de la deuda con una posible quita tal y como contempla un informe del FMI, que suavizará las condiciones de pago a los acreedores y asimismo aportará medidas para asumir un programa de inversiones que reactive la economía griega;  sin que todo ello signifique mantener los niveles de asfixia y pobreza actuales sino al contrario que permita ir revertiendo la situación actual.

Ayer se votó en referéndum, los griegos ejercieron de manera pacífica y en un porcentaje amplio un derecho democrático y dijeron de manera clara y rotunda NO A LA AUSTERIDAD, SI A LA DEMOCRACIA.         

Triunfo de la democracia