jueves. 28.03.2024

Mientras Mariano se fumaba un puro y leía el Marca, las izquierdas se mataban entre sí

Me he tomado unos días de reflexión para realizar unas valoraciones sobre los resultados de las elecciones del 26-J. Las prisas no son buenas consejeras. Sólo les gustan a los ladrones y a los malos toreros.

marianoDe entrada, se ha producido una curiosa paradoja. La población española, que ha criticado tan duramente a la clase política por su incapacidad para formar un gobierno, luego penaliza electoralmente más a los partidos que más se han esforzado en conseguir tal objetivo.

Los estrategas del PP, los más avispados, jugaron la carta de la repetición de las elecciones, ya que el tiempo jugaba a su favor: el electorado cansado, abrumado por la incertidumbre y decepcionado ante la incapacidad de los “nuevos partidos” para construir un gobierno alternativo. Para el PP su mayor fuerza  ha sido la lucha cainita entre las izquierdas, que tampoco es una novedad. Mientras el PSOE miraba por el rabillo del ojo a Unidos Podemos (UP) para evitar el sorpraso; UP hacía lo mismo para ser hegemónica en la izquierda. Entretanto, Mariano se fumaba un puro, leía el Marca, veía a la selección española; alguna foto en un campo de alcachofas o en una pista de petanca; cuatro frases, no más, pero muy claras, como “hay que seguir en la dirección ya emprendida, que genera crecimiento y empleo, incrementa los cotizantes, y así se salva nuestro Estado de bienestar, haciendo especial hincapié en las pensiones”. ¡Vaya discurso! Lo podría aprender y emitir un estudiante normal de 4º de la ESO. Además de sembrar el miedo ante la posible llegada de los populistas y bolivarianos; y advertir a los votantes de Cs “ya se ha acabado la hora del recreo”. No han necesitado mucho más, la corrupción la consideraban amortizada el 20-D, ya que al ser endémica a gran parte de la sociedad española se la suda. Según Carles Castro, un extraordinario comentarista del tema electoral, sus 700.000 nuevos votos casi 400.000 de Cs, y quizás más de 100.000 del PSOE de sus mayores feudos: Andalucía, Extremadura o Castilla-La Mancha. Los 150.000 restantes pudieron proceder de las pérdidas de Podemos.

En el otro extremo del arco político, Iglesias ante las expectativas de descenso de votos buscó la confluencia con IU, pensando en una suma. El objetivo de 85 escaños resultó fallido. Iglesias obtuvo menos papeletas, alrededor de 160.000, que el 20-D, cuando concurrió sin la compañía de Garzón, y un millón menos si tomamos la suma de Podemos e IU del 20-D. Aquí lo ocurrido es que del millón aproximado de votantes de IU en diciembre en su gran mayoría se abstuvieron. Y lo hicieron porque siendo probablemente los más fieles, concienciados y preparados políticamente, no olvidaban los desprecios de Iglesias a su formación. En septiembre de 2014 en una entrevista publicada en Nueva Tribuna de Orencio Osuna Iglesias dijo lo siguiente: A una izquierda española le ha ocurrido que, aunque nunca se ha atrevido a decirlo públicamente, sabía que con su identidad y su discurso aspiraba, como mucho, a gobernar en minoría con el PSOE. Lo sabían, no querían ganar, incluso en un momento de crisis que abría muchas opciones.  Preferían vivir en la comodidad del 8% o del 12% de los votos, antes que asumir que hay que soltar lastres y hacer cosas difíciles para cambiar tu país. A algunas izquierdas, las conozco muy bien, les entusiasma ser una minoría, antes que afrontar contradicciones políticas, rodeado de mis símbolos, de un discurso fácil que lo critica todo, sabiendo que jamás me voy a tener que manchar las manos y asumir que el cambio político implica jugar en un terreno que no es el nuestro”. Obviamente el descenso de UP también se explica por sus virajes ideológicos, el miedo  suscitado en amplios sectores de la sociedad por los grandes poderes económicos y mediáticos; y la prepotencia de Iglesias, muy diferente al talante de Errejón o Garzón. Según el Conde de Romanones, el arte de gobernar no se aprende en los libros ni en las lecciones de Derecho Político, porque en política no existen más verdades que los hechos.  Como acaba de escribir Emir Sader en un artículo Adelante, Podemos en el periódico La Jornada “No es fácil el camino de construir alternativas al neoliberalismo en un mundo neoliberal. Podemos encuentra dificultades del tamaño de su justa ambición de construir una España distinta, democrática, solidaria, humanista. Pero es sólo el final del comienzo, porque Podemos representa el futuro y, por ello, encuentra las fuerzas que necesita en lo mejor de la sociedad española”.

Si nos fijamos en Cs, conviene recordar  la experiencia del CDS, ha sido un ejemplo más de la inconsistencia ideológica de sus votantes puntuales y provisionales, que  han sucumbido ante el voto útil. No obstante, Sr. Rivera, ya ha cumplido su misión histórica: impidió con su pacto envenenado con Sánchez, un gobierno PSOE-Podemos. Entiendo ahora las palabras de Josep Oliu, presidente del Banco de Sabadell “Necesitamos un Podemos de derechas”.

En cuanto al PSOE, su nomenclatura se ha mostrado eufórica a pesar de una nueva y, de momento, irreversible derrota al haber evitado el “sorpraso”. Lamentable. En relación a las generales del 2008, han perdido 5,7 millones de votantes. Tienen motivos para reflexionar, algo que para muchos de sus dirigentes, auténticos autistas, no entra en sus prioridades. Para Susana Díaz, sus malos resultados en Andalucía se explican por el temor a una posible alianza con Podemos.  No obstante, también surgen voces sensatas como la de Susana Sumelzo, diputada electa por Zaragoza y miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE, que en un reciente artículo Toca consolidar un proyecto  publicado en El Periódico de Aragón dijo “Algún día la izquierda deberá aparcar sus prejuicios históricos, sus recelos irracionales, y deberá actuar de forma conjunta para cumplir con el objetivo para el que nació: transformar la sociedad desde el progreso, la Justicia y la igualdad. Nos toca a todos reflexionar mucho sobre esto… Es el momento de que el PSOE actúe unido y las voces internas que trataron de debilitarlo actúen con responsabilidad y criterio. Nadie puede presumir de nada”.

Mientras Mariano se fumaba un puro y leía el Marca, las izquierdas se mataban entre sí