martes. 16.04.2024

Además del desprecio y la humillación general, han perdido lo más importante: la dignidad

Estamos demasiado absortos con las sentencias recientes a los Rato, Blesa, Mato, Urdangarín, la infanta, etc. A mí personalmente que les metan a la cárcel o no, y si les meten 6 u 8 años, ya me parece lo menos importante. Que devuelven o no todo lo que han saqueado a todos los españoles, también ya me parece lo menos importante. Ya han sufrido suficiente castigo. Personajes que estaban en un pedestal se han derrumbado estrepitosamente. Han sido  sometidos a la humillación y el desprecio por parte de la sociedad española, al conocer su auténtica catadura moral. Esto sí que es importante. Ha habido momentos emblemáticos de esa humillación y desprecio. Cuando el diputado de la CUP (Candidatura de Unión Popular) David Fernández le enseñó una sandalia mientras interrogaba al expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, en su comparecencia ante la comisión de investigación del Parlamento catalán sobre las cajas. Al acabar su intervención, Fernández, con una de sus sandalias en la mano, preguntó a Rato: "¿Sabe lo que hacen en Irak con esto, como símbolo de humillación y desprecio al poder del poder?", y le reprochó la implicación del Gobierno del PP "en la guerra de Irak" y su participación, "desde otras esferas", en la "guerra económica contra los pobres". Después, Fernández le espetó: "¿Usted tiene miedo?", a lo que Rato replicó: "¿A quién, a usted?". Y de nuevo el diputado: "No, a perderlo todo, como a millones de familias (en España), y a que un día la gente se harte". ”Nos vemos en el infierno. Su infierno es nuestra esperanza (...) Hasta pronto, gángster", terminó. Otro momento fue cuando un policía le empujó la cabeza a Rato para introducirlo en el asiento trasero para ir a declarar ante el juez. Y los abucheos e insultos de la gente a Urdangarín a la entrada y la salida del tribunal. La declaraciones patéticas de Ana Mato.

Además, han perdido aquello que más ennoblece al ser humano: la dignidad. Esto también es muy importante. El sociólogo y politólogo italiano Ilvo Diamanti definió dignidad “el poder levantarse por la mañana y mirarse al espejo, directamente a los ojos, sin bajar la mirada”. Estos personajes al no entender este significado de dignidad, es seguro que al levantarse por la mañana y mirarse al espejo, directamente a los ojos, no bajarán la mirada. Pero será difícil al constatar el desprecio general que pueden mirar de frente al pueblo español sin bajar la mirada. Ya tienen suficiente castigo, esto es lo realmente importante.

No quiero dejar pasar la oportunidad para mencionar a un personaje, que está relacionado con todos ellos. No en vano, fue él quien les dio su protagonismo político y económico. Martínez Noval, del Grupo Socialista del Congreso, le espetó a Áznar en la sesión del 10 de marzo de 1999: “Estando en la oposición usted recordará que utilizaba muy a menudo el discurso de la regeneración democrática. La frase que mejor recuerdo, la más resonante era aquella de que usted iba a barrer de España a los corruptos”. Respondió Áznar: “Por muchos errores que se cometiesen ahora o en el futuro en la vida política española jamás se podría igualar o superar lo que ustedes llegaron a hacer en la vida política española jamás, ni acercarse... Sin comentarios. No obstante, este personaje algún día tendrá que reconocer su parte de culpa ante tales nombramientos. ¿Tendrá alguna responsabilidad en toda la corrupción en su partido durante su mandato? Y si la tiene, algo que es claro y evidente, que deje ya de darnos lecciones de ética a todos los españoles. Ya vale.

Como conclusión. De lo que los españoles nos debemos preocupar es de todos los atropellos y desmanes que nuestros gobernantes, meros palafreneros de las élites económicas, están llevando a cabo contra la mayoría de la sociedad española: precariedad, desigualdad, ataque a nuestro debilitado Estado de bienestar, evisceración de la democracia, etc. Esto es lo realmente importante y que lamentablemente olvidamos mientras hablamos de los Blesa, Rato, Urdangarín, Mato, la infanta, etc. Debemos estar despiertos.

Además del desprecio y la humillación general, han perdido lo más importante: la dignidad