viernes. 19.04.2024
La opinión de
Ernesto Ruiz Ureta

Ernesto Ruiz Ureta

La manoseada y ensuciada libertad

En este mundo globalizado la libertad se manosea y se ensucia constantemente ya que son muchas las libertades pisoteadas.

La hipocresía del neoliberalismo

El mundo del mercado libre necesita buscar negocio sin desmayo y sin importar las consecuencias de esta búsqueda.

Paro, pensiones y pobreza

Hay quién se afilaba las uñas con el llamado capitalismo popular, queriendo destruir el sistema público de pensiones para multiplicar sus beneficios.

Una estabilidad dinámica y creadora

Hacer juegos malabares puede tener un resultado desastroso. En política es difícil unir una cosa y su contraria, por mucho que los extremos se atraigan.

En el reino de la mentira

Estamos en el reino de la mentira y en él, quién busca la verdad es tildado de anti-sistema y extremista de izquierdas.

Un cambio de valores

Los partidos que luchan por mantener la política económica neoliberal imperante, lo que pretenden es mantener al hombre como una pura mercancía.

El efecto Mateo y la austeridad

En Europa la terrible economía de la deuda, condimentada con las políticas de austeridad, han sido herramientas muy eficaces para distribuir el Efecto Mateo.

Las compras selectivas: una necesidad

En estos momentos en los que se adora enloquecidamente al dios Consumo, se requiere una sensibilidad especial que nos ayude a contribuir a un mundo mejor.

El espíritu de la Navidad

Después de 2000 años desde que nació Jesús, el hombre sigue siendo violento e insensible; el mercantilismo y el beneficio económico son la medida de todas las cosas.

¿Somos masoquistas los españoles?

Los españoles, otrora considerados como paladines de la valentía, instrumentan el voto del miedo: más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.

El calentamiento global

En el sector del medio ambiente las grandes empresas van en busca de mayores ganancias y anteponen la rentabilidad a las precauciones.

Reestructuración de la deuda

La deuda encadena y ahoga y cuando se pretende intocable sólo se consigue que,como bola de nieve, crezca y crezca.