El acuerdo que el eurogrupo ha tomado con relación a la deuda griega proporciona un alivio a corto plazo a este país, pero no resuelve los problemas fundamentales.
La situación económica y política requiere reformas en profundidad y, sin embargo, los partidos siguen enzarzados entre sí culpabilizando al otro por no haber llegado a un acuerdo.
La economía como una rama del saber y del conocimiento ha sido cuestionada por no haber sido capaces la mayoría de los economistas de predecir la crisis actual.
El fundamentalismo de mercado que se ha impuesto está provocando demasiados males a los que hay que atender y a los que el libre mercado no les puede dar soluciones.
Mientras que los partidos políticos discuten sobre posibles pactos, y unos se declaran incompatibles con otros, se avecinan tiempos negros para la economía.
La cesión que han hecho los dirigentes de la Unión Europea (UE) al Reino Unido para evitar que este país abandone ésta resulta bastante vergonzoso.