jueves. 18.04.2024

Se acabo el copago… vienen las desgravaciones

El copago, de momento, parece desaparecer del horizonte sanitario (no olvidemos que viene amenazando desde el Informe Abril en 1991). Parece que por fin se han convencido nuestros representantes políticos de que solo produce desigualdades, limitaciones al acceso para los mas pobres y los mas enfermos, y no sirve para aumentar los ingresos. Parece que se han convencido… al menos hasta las próximas elecciones generales.

El copago, de momento, parece desaparecer del horizonte sanitario (no olvidemos que viene amenazando desde el Informe Abril en 1991). Parece que por fin se han convencido nuestros representantes políticos de que solo produce desigualdades, limitaciones al acceso para los mas pobres y los mas enfermos, y no sirve para aumentar los ingresos. Parece que se han convencido… al menos hasta las próximas elecciones generales.

Pero como “dura poco la dicha en la casa del pobre”, ahora desde Cataluña el nuevo gobierno de CiU amenaza con desgravar los seguros privados (se ha avanzado que un 25% del total de lo pagado), lo que evidencia que en nuestro medio proliferan los políticos con escasa capacidad de razonamiento y en los que las pulsiones neoliberales pueden mas que la lógica mas elemental.

¿Por qué se trataría de un retroceso y debe rechazarse?. Hay tres razones principales que de menor a mayor peso conceptual conviene tener en cuenta.

La primera es elemental: si se desgrava el 25% de las primas de seguros en una autonomía como Cataluña donde aproximadamente el 20% de la población tiene una, se verán mermados de manera significativa los ingresos de la Generalitat (porque para hacerse en Cataluña solo se desgravaría en la cuota autonómica), y eso en este momento de recortes presupuestarios significaría mas recortes en los servicios públicos (no necesariamente en sanidad, pero muy probablemente también le afectaría).

Dos. Desgravar el seguro privado de un 20% de la población que ya se lo puede permitir, obviamente porque son los que tienen mas ingresos, significa que el 80% de la población restante pasa a subvencionarlos, lo que es totalmente injusto, mas aún cuando la crisis económica sitúa a un porcentaje creciente de los ciudadanos en el umbral de la pobreza.

Y tres. Unos servicios públicos empobrecidos, en los que además se favorece su no utilización por las clases medias y altas, dejándolos solo para las personas mas pobre significa un deterioro de su calidad inevitablemente, ya lo señalo Olof Palme (un servicio para pobres será siempre un pobre servicio), porque el grupo económica y socialmente mas desfavorecido tiene una menor capacidad de revindicar, de exigir sus derechos. Por eso precisamente es imprescindible la universalización de los servicios públicos, y por eso es también tan importante que sean utilizados por los representantes políticos, porque si no se convierten en beneficencia, y en España todavía hay muchas personas que saben lo que eso significa: una asistencia sanitaria de ínfima calidad.

No es extraño que si se nombra un consejero que viene de las empresas privadas sanitarias, este quiera favorecer los intereses de sus anteriores (y probablemente futuros) empleadores, lo que lo es un poco mas es que pretenda huir de su actual compromiso de gestión de la Sanidad Pública catalana con propuestas aparentemente imaginativas que disminuyen los recursos de su administración y que son discriminatorias para la población.

Se acabo el copago… vienen las desgravaciones
Comentarios