jueves. 28.03.2024

Memorias de Bush, memoria de Felipe González

NUEVATRIBUNA.ES - 10.11.2010PARA DIARIO DEL AIRELa larga entrevista de Juan José Millás con el ex Presidente Felipe González,
NUEVATRIBUNA.ES - 10.11.2010

PARA DIARIO DEL AIRE

La larga entrevista de Juan José Millás con el ex Presidente Felipe González, publicada el pasado domingo en el diario El País, más parecía un amago de Memorias que una interviú en profundidad. Nunca antes había expuesto González con tanto detalle aspectos personales y familiares en un medio de información. Todo esto pasó, sin embargo, a un segundo término porque el entrevistado tuvo la imprudencia de hacer memoria sobre un hecho del que nadie sabía nada y darle mascado así al entrevistador uno de los titulares del año.

Felipe González pudo acabar con la cúpula de ETA en su última etapa al frente del Gobierno. Habría bastado, según él, con dinamitar el edificio donde estaba reunida. ¿Lo habría hecho González si en lugar de estar reunida la cúpula etarra en Francia lo hubiera estado en España? Optó por no hacerlo, pero -y aquí está el meollo de la cuestión teniendo en cuenta la actividad terrorista de los GAL- no sabe hoy en día si hizo lo correcto, pues se pregunta cuántas muertes hubiese podido evitar con esa acción. Tanta simpleza y tanto menosprecio a las hechuras morales de un Estado democrático sorprende en quien está considerado como un gran estadista.

Está demostrado que acabar con una cúpula de ETA no representa acabar con la siguiente, que la sustituiría de inmediato, ni con las fechorías asesinas de la banda. En cuanto al terrorismo de Estado, aparte de ser moral y democráticamente reprobable, suele servir como substancioso argumento para reforzar el caldo de cultivo social en que se basa la ejecutoria terrorista de quienes pretenden combatir al Estado. Es de lamentar que González no tenga esto claro actualmente y que, además, exponga sus dudas al respecto cuando un Gobierno de su partido está haciendo posible el previsible acabamiento de ETA sin que se haya planteado esas mismas dudas.

Bush ha sido mucho más claro en el libro que le han escrito para sostener la gran desfachatez de que él no era partidario de invadir Irak. En sus Memorias no tiene el menor reparo en justificar las torturas y muertes en las prisiones iraquíes, pues el ex presidente norteamericano sostiene que tal proceder -como dinamitar la cúpula de ETA, según González- se hizo para evitar otras muertes. A tal fin, no había que reparar en medios, aunque el país invadido, ocupado y torturado por el gobierno de ese señor sea en la actualidad un permanente y muy cruento escenario de muerte.

Félix Población - Escritor y periodista

Memorias de Bush, memoria de Felipe González
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