jueves. 25.04.2024

La conspiración de los necios

NUEVATRIBUNA.ES - 25.2.2009La dimisión de Bermejo cumple las exigencias proferidas al unísono por el PP y los jueces huelguistas. Rajoy fue elocuente en el Congreso cuando afirmó que si Zapatero no cesaba a Bermejo el propio Zapatero se trocaría en Bermejo, en un acto sin precedentes de transmigración de las almas en vida y en sede parlamentaria.
NUEVATRIBUNA.ES - 25.2.2009

La dimisión de Bermejo cumple las exigencias proferidas al unísono por el PP y los jueces huelguistas. Rajoy fue elocuente en el Congreso cuando afirmó que si Zapatero no cesaba a Bermejo el propio Zapatero se trocaría en Bermejo, en un acto sin precedentes de transmigración de las almas en vida y en sede parlamentaria. ¡y eso sí que no¡ Asimismo se ha dado un plazo perentorio para que Garzón se desentienda del sumario a la voz de ar. La próxima pieza querrán que sea Garzón y después Solbes y después � Zapatero.

Hemos podido comprender �gracias a Rajoy y la inestimable colaboración del generalísimo de Perejil - un ingenioso artefacto narrativo que parece salido directamente de la pluma de John Kennedy Toole y su delirante Conjura de los necios. La factoría de relatos de Génova ha fabulado que, al parecer, tanto el sofisticado caso de los espías de Madrid (del cual Gallardón no sabía nada, por supuesto), como la sutil red de trinque tejida por los invitados de la boda Agag/Aznar (de la que tampoco Rouco supo nada, ocupado como está en la defensa de la familia), forman parte de una misma y monstruosa conjura contra el PP. La conspiración fue ordenada por Zapatero (un nuevo señor X en la cadena delictiva) y ejecutada con mano de hierro por la célula constituida por el ministro, el juez ,el policía y el fiscal.

Todo iba viento en popa para los perversos fines de la siniestra trama cuando -llevados por una insaciable sed de sangre- todos se fueron de cacería para celebrar el momentáneo éxito de sus fechorías, emulando así el clásico comportamiento de esos delincuentes que acaban siendo atrapados en un prostíbulo gastándose a manos llenas y sin ningún disimulo el botín obtenido tras un esforzado atraco.

En realidad fue fácil desenmascarar a los conjurados ya que han sido ellos mismos los que se han delatado con sus desaciertos y por algunos pequeños fallos técnicos. Sólo así se entiende la torpeza de que todos los compinches se fueran de fin de semana sin invitar al evento a un especialista como Paco Gürtel, con lo que hubiesen conseguido que toda la montería saliese a pedir de boca -y probablemente gratis total- dada la profesionalidad del caballero en cuestión. También, como en el caso de Al Capone -que fue condenado por algún olvido contable- el descuido de una licencia andaluza ha permitido descubrir con auténtica consternación que España está dividida en innúmeros taifas cinegéticos-precursores de la España rota que nos espera.

Pero aún quedan muchos asuntos por dilucidar en este entuerto y que nadie piense que, por el mero hecho de que se haya acatado la exigencia de la dimisión inmediata de Bermejo, los demás conjurados se van a ir de rositas. Para empezar: a ver cuándo y cómo destituyen, o lo que sea, al juez prevaricador en el momento y hora que lo diga el generalísimo Trillo -que de esas cosas sabe un huevo-. En el plazo indicado Garzón debe hacer entrega del caso instruido a otro colega de confianza como podría ser, sin ir más lejos, el señor De Rosa, en tiempos fiel empleado de Camps. Sin duda lo haría con completa imparcialidad y, si no puede ser él personalmente por razones técnicas, pues que pongan a uno o una que el mismo Camps designe, que para eso tiene las encuestas cojonudas. De incurrir en desacato a la orden dada por Rajoy, Garzón, además de demostrar que es un torpe prevaricador, se estaría inculpando de delitos de lesa patria lo que, por otra parte, no sería de extrañar dado su contumaz historial de persecución contra los decenas de miles de compatriotas que yacen en paz y tranquilidad en las cunetas y zanjas de nuestro bello país.

Tampoco, en modo alguno, se va a permitir por la autoridad competente que la comisión de los espías se convierta en un coto de caza para uso y disfrute de los conjurados en busca de camorra. ¡Si quieren camorra que se vayan a Nápoles! El signo de victoria de Aguirre al leer la noticia de la dimisión de Bermejo nos permite aventurar que todo está perfectamente claro y no precisa de ulteriores aclaraciones. En efecto: el chalet y el siniestro total del Mini Cooper de Granados nada tienen que ver con la crisis inmobiliaria; el cese del presidente de la comisión de los espías es debido a una indisposición momentánea, de la que pronto estará restablecido; Gamón robó el portátil de Prada confundiéndolo con un bolso de Prada-Milano que pretendía regalar a su esposa el día de los enamorados, por lo que no quedó inventariado como material fungible; López Viejo no recibió dinero de Gürtel sino que las cantidades monetarias recibidas provenían de un premio gordo de la lotería que le había regalado el fotofóbico Fabra, por mediación de su yerno Güemes, con ocasión del cuarenta aniversario de su entronización perpetua al poder provincial castellonense; el agente Pinto cuando anotó “llega el jefe, Santiago”se refiere a Santiago Carrillo, que como se sabe es un conocido jefe de las checas rojas; si Gallardón ha destituido a unos cuantos ha sido a consecuencia de un pertinaz bajo rendimiento laboral desde que no cobran coimas�¡Vale ya de sandeces!

Bermejo ha sido -como un buen chivo expiatorio que se precie- un hombre inocente y comprometido con reformar un sistema judicial arcaico y pretendidamente inaccesible al control de una sociedad democrática. El reformador, al final, ha devenido en una victima más de esa jauría asilvestrada constituida por jueces tirados, políticos con los huevos por corbata y mentecatos ávidos de pasta fácil. Lo siento por él, pero también por las futuras presas de esos necios.

Orencio Osunaes empresario.

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