viernes. 29.03.2024

Bancos: nada es lo que parece

Persuadir es el arte de transformar la voluntad de una persona provocando una renuncia a su interpretación de lo que ve, de lo que oye, de lo que siente, de lo que piensa para instalar en su lugar  una nueva interpretación de lo que sus sentido le indican. Persuadir es modificar la conciencia que cada cual tiene de las cosas. Todo acto social contiene una dosis de persuasión.

Persuadir es el arte de transformar la voluntad de una persona provocando una renuncia a su interpretación de lo que ve, de lo que oye, de lo que siente, de lo que piensa para instalar en su lugar  una nueva interpretación de lo que sus sentido le indican. Persuadir es modificar la conciencia que cada cual tiene de las cosas.

Todo acto social contiene una dosis de persuasión. Cuando interactuamos con los demás se produce un trasvase de puntos de vista y opinión sobre las cosas que influye en el modo en el que yo las veo. Modifican mi conciencia y así se construye la percepción social de la realidad, por consenso  aceptando en dosis homeopáticas visiones divergentes de la propia de cada cual.

Este fenómeno no es negativo, de hecho la educación, el hecho más importante de nuestra vida, contiene elevados registros de sustancias persuasivas, pues la educación busca transformar la conciencia y la actitud del formando precisamente porque está en fase de logro de una nueva conciencia superior y de mayor calidad, mejorando la percepción atávica y básica de las cosas.

Pero la persuasión puede emplearse de un modo menos noble, ejecutada para lograr una modificación de la conducta que favorezca intereses de parte. Los magos lo consiguen buscando el entretenimiento y fascinación de su publico, los amantes hacen algo parecido consiguiendo aparecer ante su amad@ como un ser especial, único, capacitado para trasportarnos al paraíso. Ambos persuaden con intereses de parte pero de manera benigna. Y en la búsqueda de la persuasión no siempre es así, a veces el fin es poco confesable.

El persuasor genera un escenario verosímil que no es ni tiene por qué llegar a ser real. Lo que importa es que la visión del persuasor sea tenida por posible, por viable. La Publicidad es el territorio de los persuasores profesionales. Sus intereses de parte están en los éxitos comerciales de las marcas que promueven. Son maestros, esto es indiscutible, sólo un talento particular y una capacitación profesional extraordinaria en el proceso de generación del discurso puede lograr que nos estalle en el corazón la emoción de viajar sacando una mano por la ventanilla, hacernos olvidar el precio de la gasolina, los peajes, atascos, accidentes, amén del deterioro medioambiental. Pero es una joya de la persuasión, como lo es el lograr que jugueteemos con la idea de que ponernos un desodorante u otro va a llevarnos a vencer cualquier resistencia en materia sexual.

La gente que hace publicidad es extraordinariamente talentosa y de gran creatividad, de hecho una parte de ellos lleva el sello profesional de “creativos”. Lo son

En un encuentro internacional de la industria de la publicidad/persuasión desarrollado en el año 2004, muy anterior al crash de las subprime, los representantes de la actividad en Inglaterra, cuna y sede la segunda industria más potente del planeta, expresaban lo que consideraban la amenaza mas dura para la profesión. La gente con talento ya no viene a nuestro sector. Hemos perdido glamour y sobre todo poder retributivo, se lamentaban.

Así es que la gente con talento creativo ya no se dirigía a generar discursos persuasivos en comunicación comercial; entonces. ¿qué pasa con esta gente talentosa, donde están, a que se dedican? Eso pregunté ¿A qué se dedican las mentes creativas que ya no hacen publicidad?

El representante inglés, con cierta cara de asombro en respuesta a mi ignorancia, me respondió ¡¡A las finanzas!! Es el sitio en el que se gana dinero ahora

Así es que todo está mucho más claro. La banca y las finanzas han estado y siguen estando en manos de gente cuya habilidad principal es crear un mundo irreal, con visos de verosimilitud, pero inviable. Todo parece indicar que mucha gente ha abandonado pendientes, informalidad en el vestir y gafas de pasta por la pasta directamente. La banca, como decía Krugman solo volverá a ser útil cuando sea aburrida, cuando no resulte atractiva para los creativos, cuando no sea el lugar en el que el arte de birle birloque sustituye al tedioso balance de tanto tengo y tanto presto.

En la banca y las finanzas nada es lo que parece, sus prácticas  son juegos de manos y prestidigitación destinada a persuadirnos de la importancia de que por fin todos seamos ricos capitalistas gracias a su “desodorante”. Recordemos que a esta manera de nacer banca y plantear modelos de ahorro y crédito se ha llamado finanzas creativas. 

Bancos: nada es lo que parece
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