viernes. 29.03.2024

Al pan pan, y al Trillo Trillo

NUEVATRIBUNA.ES - 22.3.2009Sostiene Rajoy dos tesis jurídicas de colosal importancia (asesorado por la prestigiosa firma Perejil, de la Rúa, Michavila y asociados). La primera es que los imputados en el ominoso caso Garzón deben gozar de la presunción de inocencia y, la segunda, que confía en la justicia de los altos tribunales -cuanto más altos mejor- para dejar bien clarito que el PP está más impoluto que los condones de Ratzinger.
NUEVATRIBUNA.ES - 22.3.2009

Sostiene Rajoy dos tesis jurídicas de colosal importancia (asesorado por la prestigiosa firma Perejil, de la Rúa, Michavila y asociados). La primera es que los imputados en el ominoso caso Garzón deben gozar de la presunción de inocencia y, la segunda, que confía en la justicia de los altos tribunales -cuanto más altos mejor- para dejar bien clarito que el PP está más impoluto que los condones de Ratzinger. Sin duda nos encontramos ante dos aportaciones doctrinales a la teoría mundial del derecho digna de un Hans Kelsen o de un Norberto Bobbio. No en vano Don Mariano goza de una reputada formación como registrador de la propiedad -en la reserva- en la bella localidad alicantina de Santa Pola.

La doctrina Rajoy - que viene a reformular el principio de “in dubio pro reo”-, contiene sus lógicas excepciones que, lejos de ser contradictorias con el dogma, no hacen más que confirmar su solidez intelectual y moral. Así el presunto juez Garzón es culpable de todo tipo de delitos �que van de la prevaricación al cohecho, pasando por el estupro y el robo con escalo, amén de su patético mal gusto en el vestir y el uso de balas dum-dum para cazar perdices� tal y como lo han sentenciado en sesión conjunta el alto tribunal constituido por el pleno de la junta de accionistas del PP y el consejo de redacción del diario del Señor de los Tirantes, actuando como ponente el prestigioso jurista Paco No Sé Qué (Gürtel, el de los espías o el chocolatero, cualquiera es bueno). ¡A qué esperar a los pronunciamientos de los tribunales con la carga de trabajo acumulado y la falta de medios que padecen los pobres jueces!

Se podría acusar a Rajoy de formular una nueva y audaz doctrina sobre la presunta presunción de inocencia sólo por interés partidista. ¡De eso nada!. Esa malintencionada interpretación, surgida en círculos de progres resentidos, ignorantes y caducos, queda inmediatamente refutada con la fulminante destitución de los gürtelianos alcaldes, diputados, consejeros y demás malandros zarzuelescos y falleros. ¡Ni presunción, ni hostias! ¡Al aforrado que pillen trincando sin ser aforado que se fastidie por zoquete!

La confianza ciega de Rajoy en los altos tribunales también resulta muy pertinente por un doble discernimiento: de un lado la ingente cantidad de amigos, compañeros, colegas, asesores, socios y familiares con los que cuenta el PP en todos los rincones del Patio de Monipodio del poder judicial, así en Valencia como en Madrid; por otro, la jurisprudencia sentada en el afamado caso Naseiro -transmutado en el caso del juez Manglano (por cierto ¿qué habrá sido de ese hombre?)- o en el no menos afamado caso Fabra, indican fehacientemente lo acertado de su vista de lince ibérico doctrinal. ¿Alguien puede imaginar que, a modo de ejemplo, el milanesco Camps pueda ser condenado por personas que son más que amigos? ¿Que la jefa de espías puede ser imputada en delito alguno si ya fue exonerada -contra toda evidencia- nada menos que del Tamayazo? Además, en caso de que se hubiere o hubiese cometido algún torpe desliz en la manipulación y ocultación de pruebas inculpatorias siempre quedaría el recurso de la doctrina Berlusconi, es decir, si se vulnera una ley pues se cambia cuando la ocasión lo permita y aquí paz y después gloria.

Si existiese alguna duda sobre la sincera confianza de Rajoy en los altos tribunales, ahí tenemos como suprema verificación la desopilante sentencia que exculpa al tal Alcaraz por delatar al presidente del gobierno español como cómplice del terrorismo etarra (si bien es cierto que Zapatero ya tenía unos antecedentes de terrorista de tomo y lomo tal y como demostraron los peones negros con el 11-M). Ahí es nada poder aseverar que el presi es coleguita de Ternera, Txeroqui, De Juana y demás cuadrilla, sin que te peguen, por lo menos, un par de moquetes por bocazas. ¡Esto sí que es libertad de expresión, no lo que hay por ahí!

Pero -que nadie se confunda- no se debe incurrir en un libertinaje nihilista apelando a una ilimitada libertad de expresión, como prueba la sentencia condenatoria a la lenguaraz Karmele Marchante por llamar descerebrada a Carmen Sevilla. Tanto es así que Ana Mato -la ex-consorte del alcalde del jaguar -no se había querellado contra nadie hasta que el desafortunado Tomás Gómez (este hombre no da una) la ha comparado, a ella y a su marido, con el fascinante dúo constituido por Julián Muñoz y Maite Zaldívar. Así pues, bien está que se haga mofa y escarnio del pringao de Zapatero, pero lo que no se puede tolerar es que se ponga en entredicho a las estrellas de la tómbola mediática.

De seguir así todo esto, a nadie le extrañará que la próxima discordia político-judicial radique en la terna de candidatos a presidir el Tribunal Constitucional: la añorada Pepa Flores por los méritos contraídos en su estudio “La la justicia es una tómbola, tom, tom, tómbola”; el jerezano Pedro Pacheco por su Tesis “La justicia es un cachondeo” y monseñor Martínez Camino por su denodada lucha por la preservación del lince ibérico ( siempre y cuando demuestre que sus alzacuellos los paga en metálico la Conferencia Episcopal y no hayan sido confeccionados por el seudotorero José Tomás).

Aunque en verdad en verdad os digo que el que más se merece ser jefe supremo de la justicia rajoyesca es el manda huevos de Perejil, entre cuyos altos méritos cabe destacar: primero, que seguramente pagaría el cargazo en riguroso cash porque le viene bien; segundo por su insobornable amor al Camino de monseñor Escribá de Balaguer y no al de Javier Fresser y, por último, pero no menos importante, por su pericia en cocinar la gacha cartagenera con el agua para todos del trasvase Tajo/Segura.

Orencio Osuna es empresario

Al pan pan, y al Trillo Trillo
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