jueves. 09.05.2024

¿Es Rubalcaba la solución?

Alfredo Pérez Rubalcaba fue elegido candidato electoral con esa convulsión (como el náufrago que bracea frenéticamente para salvarse, pero sin saber hacia dónde va) con la que el Gobierno y el PSOE están tomando sus decisiones desde hace más de un año.

Alfredo Pérez Rubalcaba fue elegido candidato electoral con esa convulsión (como el náufrago que bracea frenéticamente para salvarse, pero sin saber hacia dónde va) con la que el Gobierno y el PSOE están tomando sus decisiones desde hace más de un año. Se agarraron a él como a la única tabla de salvación, pensando únicamente en evitar el desastre electoral, prescindiendo no solo del debate de las ideas sino también del de las personas, con fuertes presiones para evitar las primarias. Aun así, Rubalcaba se considera (probablemente también lo consideran en su partido) el líder del PSOE, el que manda.

El nuevo jefe socialista pretende convencer al electorado presentando perfil más socialdemócrata y resaltando las diferencias personales con Rajoy. Ciertamente los programas serán distintos y los candidatos presentaran diferentes “talantes” pero, ¿es creíble el nuevo perfil de Rubalcaba? ¿Puede revertir el descontento de numerosos sectores progresistas con la política del PSOE?

No hay duda de que Rubalcaba es inteligente y buen comunicador, lo que no está tan clara es su coherencia política en los últimos años. Apoyó para Secretario General a José Bono, nítido exponente del nacional-catolicismo del PSOE; se hizo un hueco en el zapaterismo compartiendo con el presidente del Gobierno sus ocurrencias (bajar impuestos de manera indiscriminada y decir que hacerlo es de izquierdas), su incapacidad para diseñar una alternativa progresista para salir de la crisis (ahora apoya otra reforma laboral, tan inútil y lesiva para los trabajadores como las anteriores) y pretende liderar el giro a la izquierda.

Tanto Rubalcaba como su equipo justifican sus nuevas alternativas en el cambio de los tiempos, pero para que sea creíble deben explicarse cuáles son estos cambios, cuando se han producido y en qué medida modifican la realidad. De lo contrario suena a estrategia para evitar el hundimiento electoral de su partido, a puro oportunismo. Como cuando dice estar de acuerdo con el 15-M en la necesidad de cambiar las formas de hacer política y acepta ser nominado y no elegido, un cambio de la Constitución sin debate y en agosto o comienza una precampaña totalmente personalista con un “Rubalcaba sí sabe”.

El problema del PSOE no es el de elegir un candidato más o menos hábil. La socialdemocracia española, si quiere ser un factor de progreso, necesita refundarse, encontrar su espacio político en las complejas sociedades del siglo XXI, apostar por la coherencia, la honradez y la pedagogía política, repensar su relación con la ciudadanía… Y no es ese el camino elegido por Rubalcaba.

¿Es Rubalcaba la solución?
Comentarios