jueves. 28.03.2024

Una buena noticia desde Argentina

El Estado argentino y Repsol ha llegado a un acuerdo para fijar y pagar el precio de la expropiación de YPF...

Despues de tantos meses de noticias inquietantes llegadas desde Argentina y recogidas exhaustivamente por los medios españoles, al fin nos llega una buena noticia dificil de silenciar. El Estado argentino y  Repsol ha llegado a un acuerdo para fijar y pagar el precio de la expropiación de Yacimientos Petroliferos Fiscales (YPF).

Dos años en los que Argentina,según el gobierno español, se mantuvo poco menos que fuera de la legalidad internacional. Recordemos los primeros momentos posteriores a la expropiación (por cierto de sólo el 51 por ciento de las acciones): amenazas flamígeras contra el país e insultos contra su gobierno y especialmente contra su presidenta, por parte de autoridades y medios de comunicación españoles. Falta de seguridad juridica, medida confiscatoria ilegal, en fin un ataque a la comunidad internacional y a España  una y grande.

Presentaciones ante organismos internacionales,medidas de suspensión de exportaciones argentinas a España y Europa, condenas en todos los foros, con el apoyo irrestricto aunque  eso si  un poco mas educado del principal partido de la oposición.

Los medios españoles vociferaron contra el hasta entonces país amigo, su gobierno y todo aquel que intentara justificar la medida. De puente con Europa e intermediario privilegiado a muro insalvable. El honor español en juego.

Que Argentina alegara que se trataba de una expropiacion derivada de la necesidad urgente e imperiosa de garantizar su abastecimiento energetico, que la ley de expropiacion fuera aprobada por el Parlamento Argentino con el apoyo de la mayoria de la oposición, que se expusieran las diferencias entro los planes de inversión (o de no inversión) de la empresa y las necesidades vitales eran  razones que no encontraban oídos en una España ofendida y ofuscada. Repsol, que fuera en tiempos  el monopolio español de petroleo, y que hoy es una empresa privada participada por capitales de diversos origenes, pasó a ser la Marca España. No cometió errores, no abusó de su posicion casi monopólica en Argentina, no compró YPF ayudada del pago de comisiones ilegales y haciendo ricos a varios funcionarios argentinos. Por  el contrario,es un empresa modélica atacada por el populismo colectivista y corrupto (ahora si corrupto, cuando vendía las empresas argentinas a precio vil, nadie se fijó en esta caracteristica  tan propia y exclusiva de latinoamerica) y  por el capricho de un gobierno inestable, impredecible, autoritario y con un funcionamiento antidemocratico..

Repsol exige la devolución inmediata de su empresa, luego exige 15000 millones de dolares de compensación y España amenaza por boca de su ministros con las iras del Olimpo, solo limitada un poco cuando otras empresas españolas, entre ellas grandes bancos les hacen notar que ellas siguen haciendo negocios en Argentina y que no les va nada mal con la remisión de sus beneficios a  la metrópoli.

El acuerdo concretado, por un precio que es un tercio  de lo solicitado inicialmente y la mitad de lo solicitado en las demandas indemnizatorias de Repsol debe terminar con toda esta interpretacion

La Union Europea manifiesta su solidaridad con su socio y acepta planificar represalias. Estados Unidos se desmarca un poco de la vorágine y  limita la cuestión a un problema entre un pais soberano y una empresa que debe ser indemnizada. Se inician acciones legales en Argentina, en España y ante organismos de arbitraje internacional a los que somete a Argentina el contrato de venta de YPF., acciones que luego se hacen extensivas, a modo de bloqueo contra cualquier empresa que pretenda negociar con YPF. Repsol reudce su pretensión indemnizatoria a 10000 millones de dolares. España mantiene su presion y perjudica seriamente la posicion de España en el mundo, pretendiendo inclusive que sea expulsada de organismos internacionales. Los argentinos pasan de ser socios y amigos a lunáticos populistas que osan desafiar la España imperial. A la vista de que las amenanzas e insultos no alcanzan los objetivos deseados,  se trata de una sucia y artera maniobra para aprovechar la debilidad coyuntural de España  quejada por la crisis.

Todo esto queda y hace poso en la opinion publica española, bombardeada inmisericordemente por noticias tendenciosas y tergiversaciones de la realidad.

El acuerdo concretado, por un precio que es un tercio  de lo solicitado inicialmente y la mitad de lo solicitado en las demandas indemnizatorias de Repsol debe terminar con toda esta interpretacion. La Republica Argentina realizó una accion legal, derlivada de la urgencia de mantener su necesidad energetica. Acción prevista en sus leyes, a las que se sometio Repsol, en su Constitución y en las de casi todos los paises del mundo, España incluida. Las formas fueron las usuales en esos casos (o nadie recuerda la ocupacion de las oficinas de Rumasa por el gobierno socialista), luego de años de diferencias entre las autoridades y la petrolera. El precio fue el pactado luego de la valoracion de los activos y los pasivos de la empresa. Para Argentina, excesivamente alto, producto de la presión española en los foros internacionales y de su delicada situacion en relación con el credito internacional. Para Repsol, insuficiente, aunque declara  sorprendentemente su voluntad de volver a invertir en Argentina.

Queda por recomponer la imagen de las partes, aunque resulta dificil que España vuelva a gozar de la confianza ganada en América Latina en años de un politica de cooperacion. Sus gobernantes ha comprometido su influencia por un apoyo desmesurado e injustificado a una empresa y han trasgredido las normas de respeto entre gobiernos y  estados soberanos. Esperemos que la empresa les siga compensando adecuadamente por un comportamiento tan desatinado y dañino para los paises.          

Una buena noticia desde Argentina