jueves. 28.03.2024

España padece la derecha más siniestra

VOX 550

Hace una semana concluía un artículo en este mismo espacio asegurando que el PP tiene dos problemas fundamentales: Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. Pero vamos a más. Cada día que transcurre se evidencia que son la derecha más siniestra, preocupada porque Vox, la ultraderecha más siniestra, no les quite el espacio.

La palabra “izquierda” desciende etimológicamente de “ezkerra”. O sea, procede del euskera para dolor de los españoles “muy españoles y mucho españoles” que consideran su idioma enviado directamente por Dios, no tanto como un bello instrumento de comunicación, sino como un arma arrojadiza patriotera frente a otros patrioteros. Es más, “ezkerra” llenó lo que bien podría ser la Federación Ibérica, pues también se quedó en el catalán (esquerra), el gallego y el portugués (esquerda).

Claro, en esta península ibérica nuestra, (fundamentalmente en España gracias a la Revolución de los Claveles), lo de atacar a la izquierda ha llegado históricamente tan lejos que su primigenio vocablo latino, “siniestra”, quedó sepultado por las acepciones más utilizadas: “avieso, malintencionado, infeliz, funesto, aciago”. No así en italiano (sinistra). La palabra española “siniestra” no era algo tan exageradamente malo. Simplemente fue el antónimo de la palabra “derecha” (diestra) y aunque el corazón esté en la izquierda, los mejores asientos siempre fueron para la derecha (Jesús está sentado a la derecha de Dios). En la heráldica el lugar preferente era la derecha, que es la parte que paraba los golpes en los escudos de los caballeros. Vamos, que el asunto involucionó de tal manera que la siniestra es lo peor, estigmatizando hasta a los zurdos (palabra prerromana, por cierto).

Con todo, cuando alguien tiene “mano izquierda”, es que es capaz de controlar situaciones difíciles a través de la diplomacia, con tacto, paciencia, empatía… Es decir, todo lo contrario a lo que hace la derecha española, que paradójicamente se ha convertido en la más siniestra, sólo a la altura del trumpismo en EEUU. Igual que en España, tras el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Podemos iban a arder las iglesias; en EEUU, existe un “anarquismo invisible” como recientemente denunciaba el premio Nobel de Economía, Paul Krugman.

Vox es la ultraderecha más siniestra y, fundamentalmente en Madrid, PP y Ciudadanos son la derecha más siniestra, siempre a rebufo de Santiago Abascal y su tropa. La hoja de ruta ultra está clara. Estos días, la ciudad de Madrid ha sufrido uno de los momentos más vergonzantes de su historia cuando el Ayuntamiento de Martínez-Almeida y Begoña Villacís aceptaban retirar las calles “Francisco Largo Caballero” e “Indalecio Prieto”, así como instar al Gobierno de España a retirar la escultura que sobre Largo Caballero se levanta en Nuevos Ministerios.

Como cualquier madrileño con dos dedos de frente, hasta José María Álvarez del Manzano, que fue alcalde del PP en la capital, se quedó “perplejo” ante la decisión de los jóvenes cachorros, pues fue bajo su alcaldía cuando se inauguró el bulevar en memoria de Indalecio Prieto. Y cuidado, siendo concejala de Cultura Esperanza Aguirre, que no es precisamente La Pasionaria.

Las declaraciones del concejal de Vox, Ortega Smith en el pleno municipal fueron tan terribles para los dos ilustres socialistas, miembros de gobiernos democráticos, que la Liga Española Pro Derechos Humanos ha reclamado a la Fiscalía General del Estado que abra diligencias. Incluso plantea que se valore también si procede realizarle un reconocimiento psicológico "por si su comportamiento y conducta reiterada no le capacitaran para ejercer funciones institucionales”, según informaba Europa Press. Reconocimiento que quizá debería hacerse extensivo al alcalde y la vicealcaldesa.

Vox desea agitar y erosionar la democracia mientras roba espacio electoral a la “derechita cobarde” del PP. Pablo Casado también ha optado por el ruido permanente y la deslealtad al Gobierno de España, con Isabel Díaz Ayuso como abanderada, para poner sordina a la que se viene encima con el Caso Kitchen, lo que pueda desvelar Villarejo, y por qué no, el propio Rodrigo Rato, que aunque con pulsera acaba de salir de la cárcel, absuelto por la salida a Bolsa de Bankia. En unos meses, si la sordina de la pandemia y de la monarquía desaparecen, Casado va a tener que torear en los medios de comunicación con la imputación del que fuera ministro de Interior con Mariano Rajoy, Jorge Fernández Díaz.

Pero como empiecen a cantar La Traviata, habrá que ver qué sucede con el propio Rajoy, con Fernández Díaz, María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, Luis de Guindos…, que para no ser una organización criminal, el PP y sus gobiernos se dan un aire. El fango era y es de tal calibre que la histórica dirigente del PP, Pilar Martínez, acaba de darse de baja tras 40 años de militancia. En un video, Martínez explicaba que el PP “hoy es un partido penetrado por intereses ajenos a la política, que mediante usos políticos autoritarios dan rienda suelta a que proliferen casos que avergüencen a nuestros afiliados”.

El espectáculo ofrecido en la Comunidad de Madrid por Ayuso y su consejero de Sanidad puede ser parte de esa enorme cortina de humo que lanzan Casado y Miguel Ángel Rodríguez, que es quien mueve todo lo que pasa por el Gobierno regional de Madrid. La deriva de Ayuso preocupa mucho en un PP que empieza a oler a descomposición.

Otra pata de este lío impresionante, a veces involucionista que menea el PP, es a través de ese poder judicial, que ha dejado de ser silencioso y tranquilo para encabezar pequeñas algaradas. Hasta Europa mira al Consejo General del Poder Judicial de nuestro país por llevar dos años caducado y, sin ninguna vergüenza, seguir realizando nombramientos, como el de Ángel Hurtado, en la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, que juzga a los aforados por corrupción. Hurtado, fue el único juez que pidió la absolución del PP en la sentencia de la Gürtel y se opuso a que declarara Rajoy porque era “innecesario”. También decidió que la mujer de Bárcenas no entrara en prisión mientras la sentencia no fuera firme. Claro, que Bárcenas ha advertido que como su mujer entre en prisión, él lo cuenta todo.

Si rascamos un poquito podemos encontrar el porqué de estas actuaciones inexplicables en medio de una pandemia que está matando a conciudadanos. La respuesta es que la derecha española es muy siniestra y está envuelta en mil batallas de alcantarilla. Y en ese escenario surgirá otro ruido: la moción de censura de Vox contra el Gobierno de Pedro Sánchez.

La moción de censura que quiere situar a Abascal como presidente del Gobierno no es tanto dolor de cabeza para Casado como pueda parecer, pues será otra sordina, un nuevo enfrentamiento entre españoles y más erosión a nuestras instituciones democráticas. El problema lo va a tener Felipe VI, pues va a sufrir otro abrazo de oso ultra  en el que van a meter en el mismo saco a Franco y a la monarquía actual. Esa moción de censura va a poner sobre la mesa la Causa General de Franco de 1940. Va a ser más odio y agotador cainismo. Va a ser seguir erosionando la democracia.

Lo que España tiene con la derecha es una tragedia lorquiana. ¿Se han enterado en Ciudadanos que siguen siendo parte de esa derecha siniestra?

España padece la derecha más siniestra