jueves. 28.03.2024

Más sobre los Presupuestos

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Que el Gobierno haya sacado adelante sus primeros Presupuestos Generales por una amplia mayoría es un éxito notable. Con 189 votos favorables, once grupos políticos han acordado convertir en Ley el Proyecto enviado a las Cortes por el Gobierno, con algunas pequeñas modificaciones que para nada alteran lo esencial de la propuesta gubernamental.

Lo curioso del trámite parlamentario que hemos vivido es que el Gobierno no ha dado la impresión de buscar desesperadamente apoyos sino, al revés, muchos grupos han ido en busca del Gobierno para salir en la foto la aprobación de un Presupuesto ciertamente excepcional. Claro que han pedido algunos gestos para presentar ante su parroquia la utilidad de su acuerdo presupuestario. Pero la verdadera utilidad para el ciudadano, sea vasco, catalán o turolense son los Presupuestos mismos, encaminados a luchar contra la crisis económica derivada de la pandemia. Algunos venden su posición de apoyo a los Presupuestos con un entusiasmo exagerado. Así Bildu, a quien la derecha se ha empeñado en hacer protagonista, ha señalado que su voto a favor del Presupuesto era un hito histórico que marcaba el inicio de la República Vasca. Ya puestos a exagerar también podía haber defendido el Presupuesto alegando que es bueno para la próstata, exactamente con el mismo fundamento. Cada uno hace propaganda como mejor le parece.

Para valorar bien el acuerdo presupuestario, se debería tener en cuenta la situación política creada tras la gran crisis que empezó en 2008. El esquema de bipartidismo imperfecto que dominó el escenario político español desde 1982 ha dado paso a otro esquema de multipartidismo o de fragmentación política. Juzgar lo que se hace ahora con  la mentalidad de aquella etapa es un error. Un error que están cometiendo algunos políticos retirados del PSOE que expresan incomodidad con determinados acuerdos.  Como dice el refrán hay que arar con los bueyes que hay, porque no se puede arar con los bueyes que había hace diez años. El noble pueblo español ha tenido a bien votar, contumazmente, un esquema multipartidista, eso sí, con el PSOE como primer partido. Así es que si el PSOE quiere gobernar el presente (y no solo añorar el pasado) habrá que negociar con muchos partidos, que, para más joder, están mal avenidos. No es tarea fácil, por lo que habría que valorar la importancia de sumar a 11 partidos. Nadie debería ser tan optimista como para pensar que eso ya es una mayoría parlamentaria estable para el resto de la legislatura. Pero, indudablemente, es un paso hacia la estabilidad. Estabilidad que es condición sine qua non para hacer frente a la peor crisis económica que hayamos conocido.

La idea no es simplemente recuperar el nivel de empleo de febrero de 2020 o el PIB de 2019. La idea es que en 2022 tengamos, además, empresas más competitivas y más sostenibles

La otra cosa que deberíamos tener en cuenta es que ningún gobierno, desde 1981, se ha enfrentado a una situación tan difícil. Estamos en una crisis sanitaria y económica inédita por lo que no hay guía de qué hacer ni cómo actuar. Dejarse guiar por la ciencia es lo mejor que se puede hacer, aunque es bastante evidente que los mismos epidemiólogos están aprendiendo sobre la marcha y que entre ellos hay opiniones bastante diferentes.

En esta coyuntura, no hay otra solución más que probar y ver qué funciona y qué no. Es decir, es tiempo de  pragmatismo no de la ideología. En materia de la crisis sanitaria, el rumbo lo marcan los científicos, los expertos.  En materia económica, el rumbo lo marca Europa. El Gobierno social-comunista, apoyado por nacionalistas más o menos independentistas y regionalista de diverso pelaje resulta que tiene por delante una legislatura con el rumbo marcado por los epidemiólogos y por la UE, quien, por cierto ha dado su bendición al presupuesto que apoya Bildu, Podemos, ERC y tutti cuanti.

En ese marco, la derecha está fuera de cacho y más dividida que nunca. Vox, que aún no se ha recuperado de la tunda que se llevó en la moción de censura, ha optado por pasar del Presupuesto, como si el destino de la economía española no fuera con ellos. Ciudadanos ha quedado enganchado en una propuesta absurda: ofrecer su apoyo a cambio de que el Gobierno rechace los apoyos de ERC y de Bildu. Dicho sea de paso Podemos comete un grave error al intentar (y conseguir) sacar a Ciudadanos de la foto. Sumar a Ciudadanos al acuerdo presupuestario (no a costa de sacar a otros, claro) hubiera sido muy bueno desde todos los puntos de vista. Sobre todo porque ampliaría el campo del progresismo y restaría fuerza al campo del nacionalismo reaccionario. Ciudadanos debería haber seguido el ejemplo del PNV, que ha buscado y conseguido un acuerdo parcial, sin vetar a nadie. El remate de la incoherencia ha sido votar en contra después de haber votado contra las enmiendas a la totalidad.

El PP, como corresponde al partido que lidera la oposición, no tenía más remedio que votar no. Eso está en el guion. Este Presupuesto contiene  importantes transferencias a las CC AA, que tienen que ejecutar una parte de los fondos europeos. Los líderes regionales, con la excepción de Isabel la Caótica, seguro que toman distancia del discurso de Casado.

La negociación que viene ahora es con la patronal y los sindicatos. La crisis tiene una incidencia diferente en cada sector, por lo cual hay que llegar a acuerdos sector por sector. Seguro que los empresarios están más interesados que Casado en los acuerdos. Es curioso que sea el Gobierno “social-comunista” el que más acuerdos sociales ha conseguido.

Y ahora viene lo difícil. Las restricciones motivadas por la segunda ola del COVID hacen que la recuperación económica se alargue más de los previsto hace tan solo cuatro meses. Y esto hace que probablemente los estímulos ya incluidos en el Presupuestos sean insuficientes para apoyar a las empresas y evitar quiebras masivas y también para apoyar con transferencias de renta a los afectados, trabajadores, autónomos y pequeños empresarios. Pero no se trata de volver a Febrero de 2020. Inevitablemente muchas empresas desaparecerán y con ellas, una parte del empleo. Además, se trata de aprovechar los fondos europeos para incidir en  lo que el Presupuesto llama un cambio de modelo productivo. La gran reforma que hay que abordar aprovechando los fondos europeos es la reforma de las empresas e instituciones existentes y la creación de otras. Lo fondos se deben aplicar, a proyectos, públicos y privados, que impulsen la digitalización y la economía verde. Naturalmente, también a tender una tupida red de protección social, pero de eso sabemos más que de lo otro. Si no es así, estaremos desaprovechando una gran oportunidad.

Esa es la parte difícil. La buena noticia es que el inicio de las vacunaciones, mucho antes de lo previsto, pone un calendario para acabar con la pandemia y volver a la normalidad. Seguramente, la recuperación se alargará hasta 2022. Pero, insisto, la idea no es simplemente recuperar el nivel de empleo de Febrero de 2020 o el PIB de 2019. La idea es que en 2022 tengamos, además, empresas más competitivas y más sostenibles. Amen

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