viernes. 29.03.2024

Investidura fracasada, fracaso de la izquierda

Todo el mundo coincide en que el fracaso de la investidura de Pedro Sánchez es un fracaso de toda la izquierda. Teniendo en cuenta la posición, conocida de antemano, de ERC, PNV y Bildu, bastaba el acuerdo entre PSOE y UP para obtener la investidura de Sánchez y formar un gobierno de izquierdas. El incentivo para el acuerdo era enorme: el PSOE obtenía la investidura de Sánchez y Podemos tenía posiciones de Gobierno nacional. Por eso, muchos pensábamos que, dado el premio, lo más probable es que el acuerdo se produjera. No ha sido así y toca preguntarse por qué y qué pasa ahora.

Es comprensible que UP intentara conseguir el mayor poder posible. Y también resulta comprensible que el PSOE hiciera lo propio. Quienes hemos negociado algunas cosas sabemos que uno nunca obtiene todo lo que pide

Uno de las reflexiones que más se han oído estos días es que las coaliciones de gobierno son la norma en Europa. Cierto es que coaliciones entre conservadores, socialdemócratas y liberales han sido y son moneda corriente. Más raras han sido las coaliciones entre socialistas y comunistas, pero las ha habido también. Lo que nunca ha habido es una coalición entre un partido socialista y otro de extrema izquierda (un partido a la izquierda de los comunistas), quizás por la sencilla razón de que la extrema izquierda nunca ha tenido votos suficientes para aspirar a formar parte de ningún gobierno. La única excepción es Grecia donde Syriza ganó las elecciones y ha gobernado hasta hace poco. A donde voy a parar es que la coalición PSOE – Podemos hubiera sido una experiencia nueva, inédita en Europa. Formar una coalición entre un partido socialista y otro de extrema izquierda no iba a resultar fácil, como así ha sido.

Consciente de esas dificultades, el PSOE se mostró partidario de la fórmula portuguesa, es decir, un acuerdo programático con UP y un Gobierno del PSOE. Una fórmula que UP rechazó de plano: su apoyo a la investidura tenía como condición sine qua non la coalición de gobierno. Decir que el PSOE no quería la coalición no es ningún secreto. Ha sido una concesión de grueso calibre en aras a obtener el voto de UP. Para aclarar las cosas, en esta negociación hay uno que cede (el PSOE) y otro que se anota tantos. UP no ha cedido nada porque nada tenía que ceder. Es decir, renunciar a la Vicepresidencia no ha sido una cesión sencillamente porque no tenían la tal Vicepresidencia.

Una coalición se basa en un programa de gobierno y un reparto de los ministerios entre los socios de la coalición. Siempre pensé que lo difícil sería acordar el programa de gobierno dada la disparidad de posiciones del PSOE y UP. Sin embargo, el programa no ha dado ningún problema ni ha ocupado casi ningún tiempo de la negociación. Más aún: Iglesias (sin tomarse la molestia de consultar con su partido) se ha avenido a la posición del PSOE en relación al conflicto catalán y a otras cuestiones importantes donde las diferencias, a priori, eran grandes. Sin embargo, ha puesto toda la carne en el asador por los puestos en el Consejo de Ministros y sus competencias, es decir, por el poder.

Es comprensible que UP intentara conseguir el mayor poder posible. Y también resulta comprensible que el PSOE hiciera lo propio. Quienes hemos negociado algunas cosas sabemos que uno nunca obtiene todo lo que pide. Por eso es imprescindible hacerse una idea clara de donde está el límite de lo que es aceptable. Para UP, creo que la línea que separa el éxito del fracaso de la negociación era obtener cuatro carteras en un gobierno de diecisiete porque esa es la proporción de sus escaños en la suma de ambos. Es decir, si ha conseguido que el PSOE aceptara la coalición y colocara ministros en proporción a sus escaños, el acuerdo hay que firmarlo y presentarlo como un éxito porque lo es. Alegar que las competencias son insuficientes para decir que esto es una mierda, solo explica que quien lo dice no ha salido de la caverna del izquierdismo barato. Como decía un amigo, “las pequeñas no las ven y las grandes se les escapan”.

UP se ha empeñado en obtener más competencias, presentando una lista que el PSOE no podía aceptar de ninguna manera, salvo que entregara la manija del Gobierno a UP. Puestos a especular, creo que Iglesias ha debido pensar que puesto que el PSOE había cedido ya en lo principal, bien podría redondear el éxito si el PSOE cedía más parcelas de poder para lo cual bastaba con seguir apretando. El asunto de las competencias tiene su importancia, pero no es lo principal. Las decisiones importantes no son del responsable de un área sino del Consejo de Ministros. Eso, sin contar que hay un Programa de Gobierno a cumplir, esté quien esté al frente de un área. Diré más: en algunos gobiernos se incorpora a ministros sin cartera porque lo importantes es estar en el Consejo de Ministros. En todo caso es el asunto de las competencias los que ha llevado a la ruptura.

Como era de temer, Iglesias le ha devuelto la humillación a Sánchez, llevándole a fracasar en la investidura

Un segundo asunto que ha marcado la negociación ha sido el veto a Iglesias. Quien haya seguido los debates de investidura puede sacar la conclusión de que el jefe de la oposición a Sánchez más parecía ser Iglesias que Casado o Rivera, por lo menos de la oposición  que hace pupa. En todo caso, con Iglesias de Vicepresidente la bicefalia estaba asegurada en la práctica, con el gobierno dividido en dos trozos y amenazando ruina cada semana. Dicho eso, la exclusión de Iglesias debió hacerse al final de la negociación y con discreción. Como era de temer, Iglesias le ha devuelto la humillación a Sánchez, llevándole a fracasar en la investidura. Esta es, me parece la razón por la que Iglesias ha llevado la negociación al fracaso, no aceptando lo que sin duda era un buen acuerdo en términos de carteras y metiéndose en el laberinto de las competencias.

Al llevar las negociaciones al fracaso creo que Iglesias se enfrenta a los intereses de su partido y también a la opinión de sus electores. Las discrepancias en UP ya han comenzado.  El liderazgo de Iglesias sale muy tocado: ha conducido a un fracaso en el intento de obtener coalición de gobierno. Por si fuera poco UP va tener muy difícil explicar a sus electores que no hay un gobierno de izquierdas por una cuestión de quítame allá unas competencias.

Ahora se abre un segundo tiempo para la investidura. Puede que Iglesias ha pensado que lo que Sánchez no ha cedido en Julio lo cederá en Septiembre. Creo que se equivoca. Lo que ha fracasado es el intento de crear una coalición. Se podrá discutir quien tiene la culpa de que haya fracasado. Para decirlo todo, creo que Iglesias ha llevado la negociación al fracaso intencionadamente pero también creo que Sánchez no ha estado muy fino que digamos. Pero el hecho irrefutable es que el intento de armar una coalición de gobierno es agua pasada. Y no creo que haya un segundo intento, salvo que UP se mueva y plantea con mucha claridad cosas nuevas. Lo que no creo que pase es que las negociaciones se retomen dentro de unos días. Es más, para recibir el encargo del Rey de formar gobierno, alguno de los otros partidos debe moverse.

Para terminar creo que una coalición de gobierno hubiese sido muy beneficiosa para la izquierda porque hubiese ayudado a que UP se resitúe. Por seguir con Grecia, creo que la Syriza que sale del gobierno griego no es la misma que la que entró.

Investidura fracasada, fracaso de la izquierda