jueves. 28.03.2024

El Empleo y la recuperación

Si atendemos a las encuestas, el paro es la principal preocupación de los españoles. Los economistas nos dicen que la principal debilidad de nuestra economía es la elevada tasa de paro. El empleo parece ser la primera prioridad entre los líderes políticos de todo color. Tanta unanimidad choca con el escaso espacio que la cuestión del empleo tiene en el debate público.

Si estamos de acuerdo en que el empleo es el principal objetivo, el desempeño de un Gobierno debería ser juzgado, en primer lugar, por cómo ha ido el empleo en el país. Por eso importa analizar el primer mandato de Rajoy a la luz de la creación de empleo y la disminución del paro. A este respecto, la propaganda del PP es simple: las cosas han ido bien y por ello ni la política económica ni la reforma laboral deben ser cambiadas. Pero ¿Cuál ha sido la política económica de Rajoy?

Nada más llegar a La Moncloa Rajoy subió impuestos y recortó gasto público. El efecto de esta política contractiva fue profundizar la incipiente recesión que ya apuntaba en el último trimestre de 2011. Salimos de la recesión sobre todo merced a las decisiones adoptadas por el BCE y por lo que se han llamado “vientos de cola”, principalmente la caída del precio del petróleo. Ya en las postrimerías de la Legislatura, Rajoy bajó impuestos (creo que con la vista puesta en las elecciones) con el daño colateral de incumplir el objetivo de déficit. Por tanto ¿de qué política económica hablamos? ¿De la contractiva de 2012 o de la expansiva de 2015? Ahora, Rajoy nuevamente ha subido impuestos, acuciado por la necesidad de enderezar el déficit y los vientos de cola parece que soplan menos. Pero seguimos sin saber de qué política económica hablamos en un momento en que se prevé una ralentización del crecimiento.

Desde el punto de vista del empleo, es muy claro que los primeros años de la Legislatura se cerraron con una importante destrucción de empleo y los dos últimos con una también importante creación de empleo. Pero ¿Cuál es el balance de la Legislatura?

Si nos atenemos a lo que dice la Contabilidad Nacional resulta que en 2015 había tres cuartos de millón de empleos menos que en 2011. Para ser exactos, tenemos 762.200 empleos equivalentes a tiempo completo menos que en 2011. Importa destacar que la CN usa el concepto de trabajadores equivalentes a tiempo completo de modo que, evidentemente, dos trabajadores a media jornada hacen un trabajador a tiempo completo en la CN. No así la EPA que, en ese caso, contabilizaría dos trabajadores. Y esta es una observación a tener en cuenta puesto que una de las cosas que han pasado en esta legislatura ha sido el gran aumento de la contratación a tiempo parcial.

Aun así, la EPA da también una visión negativa de la creación de empleo en la Legislatura. Entre 2011 y 2016 la ocupación media anual cayó en 79.000 empleos. Pero el dato más contundente nos lo da  el número de horas trabajadas. En 2015 se trabajaron 1.360 millones menos que en 2011, según la CN.

Coincido en algo con Rajoy: lo que funciona no se debe cambiar. Donde no coincido es en que, a la vista de los datos antes mencionados, la reforma laboral de febrero de 2012 haya funcionado, o sea, haya servido para crear empleo. ¿Para qué ha servido entonces?  Seguramente para bajar los salarios. Según un reciente estudio de UGT, el decil con salarios menores ha visto disminuir su poder de compra en un 12,4 % desde la reforma laboral. La remuneración de los asalariados como porcentaje del PIB ha bajado dos puntos. Otras fuentes insisten en la misma idea: hay una rebaja salarial muy significativa en los tramos bajos. Por cierto, de ahí la importancia de la subida del Salario Mínimo nada menos que en un 8%. ¿Hay relación entre la reforma laboral y la bajada del poder de compra? Muy probablemente. Al disminuir el poder de negociación colectiva de los trabajadores es más que probable que se haya producido una devaluación salarial muy intensa en las capas de trabajadores con menores ingresos. De algún modo, esto es lo que viene a insinuar la propaganda del Gobierno: a  salarios menores, más contrataciones. Lo cierto es que el volumen de empleo viene influenciado por el coste laboral, pero no es el factor decisivo que sigue siendo la producción.

El PIB se contrajo en 2011, 2012 y 2013 para crecer en 2014, 2015 y 2016, lo cual lleva a muchos a hablar de recuperación. En algún momento de 2017, se nos dice, España alcanzará el PIB de 2008, con lo cual se  dará la crisis por superada. Pero yo no creo que se pueda dar la crisis por superada hasta que no tengamos el nivel de empleo de 2008 y los salarios se recuperen de la bajada. Puede que este año alcancemos el nivel de producción que teníamos hace diez años, pero con dos millones de empleos menos y con salarios más bajos, al menos para una parte significativa de los asalariados.

La crisis ha dejado una herida importante en la economía de nuestro país, herida que se puede cuantificar por la diferencia entre el PIB real y el PIB potencial, es decir, entre lo que realmente ha pasado y lo que habría pasado si no hubiese habido crisis. Un primer cálculo no lleva a decir que, a lo largo de la crisis, se han perdido unos 200.000 m€. Con esa cifra en mente, podemos decir que estamos muy muy lejos de haber superado esta crisis.

El propósito de una política económica digna de tal nombre es promover empleos para todos y salarios dignos. Con ese criterio, es claro que la política aplicada por el PP ha fracasado. Me llama la atención que la oposición mediática al PP que con mucho entusiasmo realizan algunas TV no ponga el foco en este asunto que es de enorme trascendencia para  la ciudadanía en general. Claro que es mucho más entretenido (y seguramente da más audiencia) seguir las peripecias de los Bárcenas, Camps, Soria y compañía. Quizás desde alguna parte se debería promover un debate económico en serio. Falta nos hace.

El Empleo y la recuperación