sábado. 20.04.2024
cc

Levantar cabeza y partir de cero. Olvidar las deudas del pasado y ganarse la opción de volver a empezar. Esto es en resumidas cuentas la Ley de Segunda Oportunidad, una alternativa legal novedosa, con apenas cinco años de vida, y que ofrece un sinfín de posibilidades para las familias, particulares o autónomos que están pasando por un bache económico, se ven con el agua al cuello y necesitan una solución.

Si bien es cierto que la utilidad de este mecanismo es mayúscula, ya que permite volver a empezar tras la quiebra mediante la exoneración de deudas, resulta sorprendente lo poco conocido que es este procedimiento jurídico a nivel nacional. Hasta el punto de que da la sensación de que no se aprovecha lo suficiente si se atiende a las cifras de procedimientos desarrollados. Así lo demuestran los datos del propio INE (Instituto Nacional de Estadística), que contabilizan menos de 10.000 casos de personas físicas que hayan recurrido a la Ley de Segunda Oportunidad desde su entrada en vigor en 2015. 

Dado que las circunstancias actuales propiciadas por la COVID-19 pueden favorecer su uso a raíz del cambio drástico que ha sufrido la situación económica de muchos negocios, particulares o autónomos, repasar en profundidad en qué consiste este mecanismo y qué detalles es imprescindible conocer para poder acceder a él podría ser determinante para encontrar la solución a graves problemas de insolvencia. ¿Puede verdaderamente lograr la Ley de Segunda Oportunidad el perdón de todas tus deudas?

Un proceso de dos o tres pasos

La abogada Elisabet de Vargas Capella conoce muy bien cómo funciona este mecanismo y ha gestionado distintos casos con el despacho Abogados para tus deudas. Ella distingue principalmente dos fases en el procedimiento, con opción de una tercera. La primera es la “documental” donde “se realiza un estudio para conocer si la persona se ajusta a los requisitos marcados por la Ley” y la segunda es la fase de “mediación”, donde “se detalla un plan de pagos viable que se ajuste a la situación concreta de la persona y se busca el acuerdo extrajudicial”. 

Finalmente y en el caso de no alcanzar ese punto en común se llegaría a esa tercera fase, la “judicial”, más orientada a “solicitar ante el Juzgado la exoneración o cancelación de toda la deuda, que concluirá con la posterior confirmación del Juez mediante sentencia”.

¿Qué requisitos hay que cumplir?

Esos requisitos de la Ley que apuntaba la letrada Elisabet de Vargas Capella están muy orientados a aquellas personas que hayan sido buenos pagadores a lo largo de su vida, pero que justo ahora se encuentran inmersos en un mal momento económico. Generalmente estará disponible para todo el mundo, aunque hay que tener presentes una serie de puntualizaciones. En este contexto resulta indispensable un punto clave en el procedimiento, probar la buena fe del deudor. También es importante que haya intentado una solución extrajudicial o que no haya frustrado cualquier posibilidad de pago.

Entre estos matices para acceder a la ley hay que añadir que la deuda no puede ser superior a los cinco millones de euros, que el solicitante no puede haber sido declarado penalmente culpable por un delito socieconómico en los últimos diez años o que no haya accedido a este mismo mecanismo en los últimos cinco años. Se entiende por delito socioeconómico aquellos que fueran contra los trabajadores apropiación indebida, administración desleal, estafa… En cualquier caso, cada situación requiere una atención especial dado que puede contar con unas características muy singulares.

Exoneraciones de decenas de miles de euros

Para conocer hasta qué punto puede ayudar la Ley de Segunda Oportunidad a personas en apuros, Elisabet de Vargas Capella pone una serie de ejemplos sobre deudas que han logrado exonerar en los últimos meses. Así pues, explica que “el pasado mes de julio, el juzgado de Primera Instancia 7 de Tarrassa canceló en su totalidad todas las deudas de una persona que tenía varios préstamos personales”. De hecho, desvela que “al conseguir que el Juez dictaminara el Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI), esta persona quedó libre de una deuda que ascendía a más de 23.000 euros”. 

A este ejemplo añade otro el pasado mes de abril. En este caso se produjo “un acuerdo extrajudicial en mediación de una persona con problemas para afrontar el pago de una hipoteca por valor de 277.000 euros que tenía junto con su marido y su hijo”. Las dificultades eran importantes y la gestión del préstamo pasó a manos de otra entidad, que le reclamó por vía judicial la deuda. Al concluir la mediación, Elisabet de Vargas Capella reconoce que “logramos que le perdonaran más de 60.000 euros y también obtuviera una cuota mensual flexible acorde a sus posibilidades”. Muestras que evidencian el valor incalculable que tiene este mecanismo, que puede suponer una cuerda salvadora en medio de una situación financiera desfavorable

¿Cuál es el prototipo de persona que accede a la Segunda Oportunidad?

A la hora de dibujar un perfil medio de las personas que suelen acogerse a este mecanismo, o aquellas a las que les puede resultar útil, esta especialista lo tiene claro y se acuerda de “todos aquellos autónomos cuyos proyectos de emprendimiento en su día fracasaron y cayeron sobreendeudados”. Y no sólo son protagonistas los autónomos, ya que también está dirigida a “aquellos particulares (personas físicas no empresarias y familias) que se ven con el agua al cuello y tienen dificultades de pago en sus préstamos personales, hipoteca, tarjetas, minicréditos...”.

Por tanto, la Ley de Segunda Oportunidad se revela como un mecanismo legal que permite recuperarse de un revés económico y, lo que es más importante, facilita a aquellas personas atrapadas en deudas poder pensar en redibujar su futuro sin el lastre que eso conlleva.

¿Puede la Ley de Segunda Oportunidad perdonar todas tus deudas?