martes. 16.04.2024

El primero de enero comenzó el camino para eliminar, en un plazo de tres años, el uso de glifosato en México y prohibir el maíz transgénico, de acuerdo con el decreto que el gobierno federal emitió en el Diario Oficial de la Federación en el último día de 2020.

A más tardar en el primer semestre de 2023, las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de Salud (Ssa) y de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), así como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) promoverán las reformas legales correspondientes.

Se instruye a las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal para que, a partir de la entrada en vigor del presente decreto, se abstengan de adquirir, utilizar, distribuir, promover e importar glifosato o agroquímicos que lo contengan como ingrediente activo, en el marco de programas públicos o de cualquier otra actividad del gobierno, ordena la publicación.

Con esta medidase salda una deuda histórica con la diversidad genética del país, ya que desde hace 21 años, junto con organizaciones campesinas, académicos, investigadores artistas e intelectuales, organizaciones ecologistas impulsaron su eliminación.

Se establece que la Sader y la Semarnat promoverán alternativas sostenibles y culturalmente adecuadas que resulten seguras para la salud humana, la diversidad biocultural del país y el ambiente, para remplazar el uso del glifosato.

Asimismo, el Conacyt emitirá recomendaciones anuales para las autoridades competentes que les permitan sustentar, en su caso, la cantidad de glifosato que autorizarán a los particulares para su importación.

El documento aprobado señala que deberán modificarse "por alternativas sostenibles y culturalmente adecuadas, que permiten la producción y resulten seguras para la salud humana y la diversidad biocultural del país"

El maíz es un cultivo representativo de México por su importancia económica, social y cultural. Desde tiempos antiguos, el maíz al igual que otras plantas silvestres eran conocidas y se consumían en gran parte del continente americano, tanto hacia el norte como hacia el sur, -de Canadá hasta Chile-.Los mexicanos siempre se han considerado hijos del maíz, ha sido un alimento básico y fundamental de las culturas indígenas mesoamericanas muchos siglos antes de que los europeos llegaran.

El glifosato es un herbicida que cualquier planta puede absorber a través de sus tejidos. Su activo químico evita que las plantas algunas proteínas necesarias para su crecimiento, lo que la conduce finalmente a su muerte. Para los agricultores es un recurso que pueden utilizar para las plantas que no están dándose de forma correcta y que roban nutrientes del resto de la siembra.

Una investigación del Seminario Universitario de Sociedad, Medio Ambiente e instituciones de la UNAM arroja que el uso de glisofato tiene un alto costo para el ecosistema en el que se utiliza. En altas concentraciones expone a la flora y fauna de los ecosistemas, reduce su población y disminuye la capacidad para controlar plagas.Tras un estudio en ratas y ratones, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos publicó un análisis en Science Direct que arroja que el glifosato no tiene potencial cancerígeno.

En el decreto más reciente de López Obrador se solicita reemplazar este herbicida por alternativas calificadas como "agroquímicos de baja toxicidad, productos biológicos u orgánicos". Además, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) emitirá recomendaciones anuales durante el periodo de transición respecto a las cantidades de glifosato que se permitirá importar al país.

En un análisis publicado en la revista Nature, que cubre los resultados de investigaciones hechas de 1996 a 2006, se arroja que hasta el momento no existe una correlación entre transgénicos y afectaciones a la salud humana, sino que se confirma el incremento de la producción de cultivos, puesto que son más resistentes a plaguicidas y herbicidas.

El problema en México radica en que los consumidores no tienen forma de saber en cuáles productos hay presencia de transgenes, puesto que a diferencia de otros países no hay una normativa para que lo incluyan en su empaque, a fin de que el consumidor sepa con claridad lo que está consumiendo.

El decreto de López Obrador prohíbe el maíz transgénico, cuya liberación al ambiente en México ha estado congelada por orden judicial desde 2013, pero está permitido por la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados.

Con el propósito de contribuir a la seguridad y a la soberanía alimentarias y como medida especial de protección al maíz nativo, la milpa, la riqueza biocultural, las comunidades campesinas, el patrimonio gastronómico y la salud de las mexicanas y los mexicanos, las autoridades en materia de bioseguridad revocarán y se abstendrán de otorgar permisos de liberación al ambiente de semillas de maíz genéticamente modificado.

Además de prohibir la liberación de nuevas semillas, el decreto ordena revocar las autorizaciones para uso de grano de maíz transgénico en la alimentación a más tardar el 31 de enero de 2024.

En México se emite un decreto que prohíbe el maíz transgénico y el glifosato