jueves. 28.03.2024

En los últimos meses nos hemos visto obligados a estar mucho más tiempo en casa. Por una parte nos hemos ahorrado gastos en transporte, bares y ropa, pero sin duda los costes del hogar han subido. Entre otros la luz y es posible que lo hayas notado en el recibo. Por ello siempre es buen mejorar tus prácticas de consumo energético en el hogar. Unos consejos pueden venir bien.

21°C es suficiente

La calefacción, sobre todo si es eléctrica, supone un gasto considerable en los meses de invierno. Por cada grado que ajustes el termostato hasta llegar a 20º, puedes ahorrar hasta un 10% en tu factura al mes. Para evitar gastos innecesarios, mantén tus radiadores a 20–21º grados centégrados.

 Recomendamos que apagues/bajes la calefacción una hora antes de acostarte y que tengas cerradas puertas y ventanas para evitar que se “escape” el calor. También es importante que no cubras los radiadores ni pongas objetos al lado (por ejemplo, la ropa húmeda). Si el aire caliente no se distribuye bien por la casa, tendrás la sensación de que hace frío.

Controla la temperatura de tu nevera

Por lo general, +5°C es suficiente para un frigorífico y -18°C para un congelador. Si pones temperaturas más frías, el consumo aumentará mucho y no servirá para conservar mejor los alimentos. Para que te hagas una idea, puedes ahorrarte unos 10–15€ al mes en la factura si dejas de tener el frigorífico al máximo. Intenta no meter comida caliente en la nevera y optimiza el almacenamiento para que el frío se distribuya correctamente.

Lava tu ropa a 30 grados

Más del 80% de la energía que consume una lavadora se va en calentar el agua. Reduce la temperatura de lavado a 30º y asegúrate de llenar la lavadora antes de ponerla en marcha.

Intenta no usar la secadora

Si puedes y tienes espacio, utiliza un tendedero interior o exterior para secar la ropa.

Utiliza el lavavajillas cuando esté lleno del todo

Intenta poner siempre los programas de lavado económicos (algunas marcas los llaman “eco”) y de baja temperatura. Igual que pasa con la lavadora, la mayoría de la energía se va en calentar el agua.

No calientes tu comida en el horno

Es uno de los electrodomésticos que más energía consumen. Si puedes, utiliza el microondas. Necesita más potencia pero es más eficiente y tarda menos.

Apaga la vitrocerámica y el horno 5 minutos antes

Ambos mantienen el calor varios minutos después de apagarlos (excluyendo inducción). Utiliza este calor para que los alimentos acaben de cocinarse.

Aprovecha la luz natural

Sube las persianas y corre las cortinas para que entre la mayor cantidad de luz natural posible. Así evitarás dar las luces antes de tiempo.

Intenta apaga las luces cuando te vayas de una habitación. Es un pequeño gesto que a la larga ayuda mucho.

Las bombillas, mejor si son LED

Aunque son las más caras, a la larga merecen la pena. Suponen un ahorro energético de hasta un 90% comparadas con las incandescentes y tienen la mayor vida útil de todos los modelos de bombillas (incandescentes, bajo consumo, halógenas y LED).

Desconecta tus aparatos, incluso en standby

Desenchufa del todo tus aparatos electrónicos (televisión, cargadores del móvil, router, ordenadores, etc.). Puedes utilizar regletas, te será más fácil. Si te resulta pesado, prueba a comprar temporizadores para tus enchufes. Podrás programarlos y decidir a qué hora quieres que se desconecten (así puedes tenerlos toda la noche desconectados, por ejemplo).

No dejes la radio y la televisión encendida todo el día

Una mala costumbre que tenemos es dejar encendidas las radios o televisiones que hay por la casa aunque no las estemos viendo o escuchando. Todo suma en el ahorro.

Como decían nuestras madres: "El ahorro empieza por las cerillas".

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