martes. 23.04.2024

Así lo demuestra el nuevo estudio de Greenpeace Sudeste Asiático y el Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), el primero que analiza de esta forma el coste global de la contaminación procedente de los combustibles fósiles, principalmente del carbón, petróleo y gas.

Un problema que está detrás de alrededor de 4,5 millones de muertes anuales en todo el mundo, lo que equivale a aproximadamente un 3,3% del PIB mundial.

Es un coste altísimo que pagamos con nuestra salud. La contaminación que nos rodea nos impide disfrutar de nuestras ciudades, respirar aire limpio o incluso correr por la calle, tal y como muestra el último video de Greenpeace que nos anima a exigir #AireLimpioYA.

Si se internalizase el coste real de los combustibles fósiles veríamos que se trata de una fuente de energía tremendamente cara e ineficaz.

Sin embargo, sigue siendo la fuente principal de energía en casi todo el mundo, ya que ni los productores de combustibles fósiles ni sus principales consumidores asumen los costes externos que tiene la quema de carbón o de los derivados del petróleo.

En muchos países el principio de “quien contamina, paga” es todavía algo utópico. Pero incluso en Europa hay sectores que disfrutan de exenciones fiscales en sus combustibles, como sucede con el queroseno de los aviones, el fuel oil pesado de muchos barcos, o la desigualdad del diésel frente a la gasolina.

Acabar con los combustibles fósiles conllevaría importantes beneficios sanitarios y económicos, no solo para proteger nuestra salud, sino también para frenar el cambio climático. Y las soluciones existentes son cada vez más numerosas y asequibles.

Las personas de todo el mundo exigimos un aire limpio y los gobiernos deben actuar en consecuencia: detener la construcción de nuevas centrales térmicas de carbón y cerrar las ya existentes, invertir en sistemas de transporte público y evolucionar hacia la energía renovable tan rápido como sea posible.

Más de 23.000 millones de dólares al año, solo en España

Aunque la China continental, India y Estados Unidos sean las regiones que más costes asumen por su mala calidad del aire, los países de la Unión Europea no son en absoluto ajenos a los impactos derivados de la contaminación de los combustibles fósiles.

El informe elaborado por Greenpeace y CREA estima en 398.000 las muertes prematuras en la UE vinculadas a enfermedades causadas por la quema de carbón y derivados del petróleo.

En el caso de España, el coste total de la contaminación causada por los combustibles fósiles se calcula en 23.631 millones de dólares anuales -lo que equivale al 1,68% de nuestro PIB– si se analizan las emisiones de micropartículas, ozono y dióxido de nitrógeno.

Los reiterados incumplimientos en los niveles máximos de este último contaminante, el cual procede fundamentalmente de los automóviles de combustión, han motivado a la Comisión Europea a llevar a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

El informe elaborado por Greenpeace y CREA estima en 398.000 las muertes prematuras en la UE vinculadas a enfermedades causadas por la quema de carbón y derivados del petróleo.

En el caso de España, el coste total de la contaminación causada por los combustibles fósiles se calcula en 23.631 millones de dólares anuales -lo que equivale al 1,68% de nuestro PIB– si se analizan las emisiones de micropartículas, ozono y dióxido de nitrógeno.

Los reiterados incumplimientos en los niveles máximos de este último contaminante, el cual procede fundamentalmente de los automóviles de combustión, han motivado a la Comisión Europea a llevar a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

La ‘facturita’ que pagamos entre todos por la contaminación