miércoles. 24.04.2024

Acabar con el “Open Defecation” forma también parte del sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) que busca garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos. 

Cada una de las miles de personas que entraron al baño en la sede neoyorkina de las Naciones Unidas el 25 de septiembre de 2015, día en que se aprobaron los ODS, pudo leer en el papel higiénico “Open Defecation”, recordando que una de cada tres personas no dispone de retrete en sus casas. Mientras tanto, en el hilo musical, la colombiana Shakira cantaba aquello de “You may say I'm a dreamer, but I'm not the only one”, frase que esculpió John Lennon en el alma humana.

La utopía comienza en la taza del baño, aunque vivamos en un mundo en el que hablar de retretes todavía anda a mitad de camino entre el tabú y la risa infantil. En los aseos (W.C.) es donde debería hacerse realidad el ambicioso horizonte trazado por Naciones Unidas para 2030 con los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS). Uno de los grandes retos del siglo XXI será que la población mundial tenga acceso a agua potable y a un saneamiento sostenible, tal como quedó recogido en el objetivo 6 de estos nuevos ODS.

De los Objetivos del Milenio a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 

Objetivos para el Desarrollo Sostenible que suponen un avance conceptual sustancial con respecto a los Objetivos del Milenio a los que sustituyen, pues estos últimos parecían dirigirse únicamente a los países en vías de desarrollo, como si la responsabilidad de acabar con la pobreza fuera únicamente suya, dejando para los países con mayor renta la única responsabilidad de colaborar económicamente. Los nuevos ODS tienen una visión global, implicando a todas las naciones y a todos los seres humanos, cuestionan los modelos de desarrollo y son un buen punto de partida para demandar actuaciones a los gobiernos, según palabras de Luisa Gil, de Economistas Sin Fronteras.

Luisa Gil, también afirmaba en un artículo en Ethic que “Antes había países pobres y países ricos, Norte y Sur, pero ésas ya no son categorías válidas. Hoy en día, la mayor parte de los pobres no se reúnen en los países de bajos ingresos, sino en los países de renta media”, poniendo de manifiesto la complejidad de la pobreza. Un fenómeno multidimensional y difícil de medir, según Gina Casa, administradora asociada del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para quien “Pobreza es vivir por debajo de un ingreso mínimo diario, pero también no recibir atención médica, no poder ir a la escuela, no tener acceso a agua potable o combustible para cocinar” según declaraciones a El Diario. Según los datos del propio PNUD, la pobreza alcanzaría a 1.500 millones de personas en todo el mundo que viven en situación de pobreza “multidimensional”, con privaciones no sólo económicas, sino también educativas y de salud. 

Un retrete no es únicamente un retrete. Es un símbolo y un derecho humano. No es solamente un elemento de dignidad de las personas, sino también el símbolo de justicia, sostenibilidad y nuevas oportunidades en un mundo en el que casi novecientos millones de personas se ven obligadas a defecar al aire libre por no tener acceso a un inodoro. 

El acceso a un retrete, water, aseo, inodoro o como queramos denominarlo forma parte de la esencia de los ODS, además de estar incluido explícitamente en el apartado segundo del Objetivo 6, “De aquí a 2030, lograr el acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones de vulnerabilidad”.

En palabras del presidente del Foro de la Economía del Agua, Francisco Lombardo, “garantizar la disponibilidad de agua y un saneamiento sostenible para todos es fundamental para mantener la salud de las comunidades e impulsar su desarrollo”, por lo que “el ODS número 6 tiene un carácter transversal, ya que está relacionado directamente con la salud, el desarrollo económico y la reducción de las desigualdades”. La consecución de este objetivo es, por tanto, parte esencial para impulsar otros muchos ODS. 

Sin embargo, la universalidad del retrete no será un objetivo fácil, en la actualidad hay 4.500 millones de personas que carecen de acceso a uno en sus hogares o, si lo tienen, no permite la gestión de las aguas residuales de manera segura. Se estima que esta falta de saneamiento seguro causa más de cuatrocientas mil muertes anuales por diarrea y es responsable de que casi trescientos mil niños menores de cinco años mueran cada año por falta de agua potable, saneamiento o falta de higiene en las manos. 

Día Mundial del Retrete

Para recordar la importancia del retrete y con el objetivo de convertir el saneamiento en una prioridad en el desarrollo mundial, las Naciones Unidas declararon en 2013 el día 19 de noviembre como Día Mundial del Retrete.

Un tema del que nadie quería hablar y que sigue siendo un tabú escatológico para muchos pero que los ODS han puesto en la agenda mundial, gracias entre otros a la World Toilet Organization fundada por Jack Sim, quien en una entrevista para El Ágora Diario, defendía la “necesidad de invertir en depuración de agua para mejorar la salud y prosperidad”, recordando que “la reutilización del agua es cada vez más necesaria por la escasez de este recurso”. También recordaba este experto como para muchas “mujeres y niñas limpiarse o asearse cuando tienen la menstruación se convierte en una tarea imposible. Por ese motivo, muchas niñas de países en vías de desarrollo se ven obligadas a abandonar la escuela”. Muchas de estas mujeres deben encontrar un lugar apartado o esperar a la noche, lo que “aumenta el riesgo de sufrir alguna agresión como es el caso de la India, donde se considera un problema nacional”. Este emprendedor ambiental originario de Singapur decidió en 2001 abandonar a los 40 años las empresas que dirigía y dedicar su vida a algún asunto que supusiera un cambio decisivo en el bienestar del planeta. Desde hace casi veinte años se dedica a un tema que para muchos aún es tabú, pero imprescindible para la salud de la especie humana. 

Cuando el futuro pasa por el retrete