miércoles. 24.04.2024
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Los investigadores apuntan que partidos más socialdemócratas como el PSOE, deben invertir más esfuerzos que sus oponentes en asegurar las prácticas honestas en su seno y controlar las posibles fake news

Científicos de la Universidad de Granada, la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) y Temple University (Estados Unidos) han analizado, a través de técnicas cerebrales, la respuesta a nivel cerebral de simpatizantes del PP y del PSOE cuando leen mensajes de corrupción o positivos del partido contrario.

Para llevar a cabo este estudio, que publica esta semana la revista Political Psychology, los investigadores han trabajado con simpatizantes muy cercanos al PSOE y PP, que mostraron una simpatía de 9 ó 10 puntos en una escala de 1 a 10. Concretamente, los científicos escanearon el cerebro de 10 simpatizantes del PSOE y 10 del PP mientras que leían mensajes de corrupción y otros positivos, y decidían cuánto penalizaban o apoyaban las prácticas referidas en los mismos.

La principal conclusión es que la corrupción impacta a nivel cerebral. Los resultados cerebrales indicaron que los mensajes de corrupción (y no los positivos) ejercieron el mayor impacto cerebral en todos los participantes, debido a una gran implicación de áreas cerebrales relacionadas con el riesgo, decepción y rechazo.

Pero, al comparar mensajes de prácticas de corrupción desarrolladas por el PSOE y el PP, se encontró que las noticias de corrupción referidas al PSOE (versus PP) activaron más fuertemente áreas cerebrales relacionadas con la penalización, riesgo y decepción.

El estudio revela que, más que apoyar las prácticas positivas desarrolladas por su propio partido, los simpatizantes de ambos partidos muestran mucho rechazo (sesgo) a nivel cerebral hacia mensajes referidos a partidos opuestos, ya sean positivos o referidos a prácticas de corrupción.

Ciertos estudios atribuyen que un posible causante de esto es el llamado sesgo partidista, que tiene lugar cuando los simpatizantes de un partido penalizan menos los mensajes de corrupción y otorgan más credibilidad a la información positiva referida a su propio partido, respecto a sus opuestos. Este sesgo afectó en mayor medida a los votantes del PP, que experimentaron a nivel cerebral mayor aversión, riesgo y ambigüedad hacia los mensajes (de corrupción o positivos) del PSOE.

Los investigadores señalan que estos resultados son clave para el diseño de campañas políticas, ya que corroboran a nivel cerebral la importancia de desarrollar campañas basadas en información de corrupción del partido opuesto, más que incidir en las prácticas positivas del propio partido, y concluyen por primera vez que resulta crucial que partidos más socialdemócratas (como el PSOE) inviertan más esfuerzos que sus oponentes en asegurar las prácticas honestas en su seno y controlen las posibles fake news, ya que todo su electorado puede verse profundamente afectado, incluso en mayor medida que los simpatizantes del PP.

Como se ve en esta imagen, los votantes del PP experimentan más fuertemente que los del PSOE activaciones en la corteza orbitofrontal y el tálamo (áreas relacionadas con el riesgo y ambigüedad) cuando se exponen a mensajes (sean de corrupción o positivos) del partido opuesto.

Juan Sánchez Fernández y Luis Alberto Casado Aranda, han sido los investigadores de la UGR autores de este trabajo.

CEREBRO

Como se ve en esta imagen, los votantes del PP experimentan más fuertemente que los del PSOE activaciones en la corteza orbitofrontal y el tálamo (áreas relacionadas con el riesgo y ambigüedad) cuando se exponen a mensajes (sean de corrupción o positivos) del partido opuesto.

Los votantes del PP experimentan una mayor repulsión hacia las noticias del PSOE que al...