viernes. 03.05.2024

La capacidad plástica o neuroplasticidad del sistema nervioso es la base del aprendizaje y de la adaptación en función de la experiencia y de los estímulos del entorno.

La música y el movimiento favorecen el incremento de conexiones neuronales entre diferentes áreas cerebrales, lo que afecta tanto a funciones fisiológicas como cognitivas. Si ambas actividades se realizan simultáneamente, se potencian aún más los beneficios cognitivos. Música y movimiento potencian la neuroplasticidad, o sea la creación de nuevas conexiones neuronales

Hasta los cinco años, se dan las condiciones más favorables para desarrollar la neuroplasticidad. Un cerebro de dos años tiene el doble de sinapsis que un adolescente, por la poda neuronal (proceso de eliminación de las conexiones sinápticas que el cerebro no utiliza durante la etapa de desarrollo que transcurre en la infancia y, sobre todo, en la adolescencia), lo que favorece la adquisición de habilidades. Después se puede seguir adquiriendo habilidades, pero con mayor esfuerzo.

La música y el movimiento favorecen el incremento de conexiones neuronales entre diferentes áreas cerebrales, lo que afecta tanto a funciones fisiológicas como cognitivas

La investigación científica sobre la neurociencia de la música muestra que los cerebros de los músicos pueden estar preparados para distinguir la información sensorial significativa del ruido. Esta capacidad parece potenciar otras capacidades cognitivas como el aprendizaje, el lenguaje, la memoria y la neuroplasticidad de diversas áreas del cerebro.

Una revisión basada en datos realizada por investigadores de la Universidad Northwestern publicada en Nature Reviews Neuroscience, reúne investigaciones convergentes de la literatura científica que vinculan el entrenamiento musical con el aprendizaje, que se extiende a habilidades como el lenguaje, la memoria, la atención e incluso la expresión vocal de la emoción.

La explosión de investigaciones en los últimos años que se centran en los efectos del entrenamiento musical en el sistema nervioso, incluidos los estudios de revisión, tienen fuertes implicaciones para la educación. La investigación sugiere fuertemente que las conexiones neuronales realizadas durante el entrenamiento musical también preparan al cerebro para otros aspectos de la comunicación humana.

Un compromiso activo con los sonidos musicales no solo mejora la neuroplasticidad, sino que también permite que el sistema nervioso proporcione el andamiaje estable de patrones significativos tan importantes para el aprendizaje.

El cerebro es incapaz de procesar toda la información sensorial disponible de un segundo a otro y, por lo tanto, debe mejorar selectivamente lo que es relevante. Tocar un instrumento prepara al cerebro para elegir lo que es relevante en un proceso complejo que puede implicar la lectura o el recuerdo de una partitura, problemas de sincronización y coordinación con otros músicos.

Las conexiones neuronales realizadas durante el entrenamiento musical también preparan al cerebro para otros aspectos de la comunicación humana

El cerebro de un músico mejora selectivamente los elementos portadores de información en el sonido. En una interrelación entre los procesos sensoriales y cognitivos, el sistema nervioso hace asociaciones entre sonidos complejos y lo que significan. Las conexiones eficientes entre el sonido y el significado son importantes no solo para la música, sino también para otros aspectos de la comunicación.

Este artículo revisa la literatura que muestra, por ejemplo, que los músicos tienen más éxito que los no músicos en aprender a incorporar patrones de sonido para un nuevo lenguaje en las palabras. Los niños que reciben formación musical muestran una activación neuronal más fuerte para los cambios de tono en el habla y tienen un mejor vocabulario y capacidad de lectura que los niños que no recibieron formación musical.

Y los músicos entrenados para escuchar sonidos incrustados en una rica red de melodías y armonías están preparados para entender el habla en un entorno ruidoso. Exhiben habilidades cognitivas y sensoriales mejoradas que les dan una clara ventaja para procesar el habla en entornos auditivos desafiantes en comparación con los no músicos.

Los niños con trastornos del aprendizaje son particularmente vulnerables a los efectos nocivos del ruido de fondo. El entrenamiento musical parece fortalecer los mismos procesos neuronales que a menudo son deficientes en las personas con dislexia del desarrollo o que tienen dificultades para escuchar el habla con ruido.

Los niños que reciben formación musical muestran una activación neuronal más fuerte para los cambios de tono en el habla y tienen un mejor vocabulario

En la actualidad, lo que se sabe sobre los beneficios del entrenamiento musical en el procesamiento sensorial más allá del involucrado en la interpretación musical se deriva en gran medida del estudio de aquellos que son lo suficientemente afortunados como para pagar dicho entrenamiento.

La revisión de la investigación, concluyen los investigadores de Northwestern, aboga por una inversión seria de recursos en la formación musical en las escuelas, acompañada de exámenes rigurosos de los efectos de dicha instrucción en las habilidades de escucha, aprendizaje, memoria, atención y alfabetización.

El efecto del entrenamiento musical sugiere que, al igual que el ejercicio físico y su impacto en la aptitud corporal, la música es un recurso que tonifica el cerebro para la aptitud auditiva y, por lo tanto, requiere que la sociedad reexamine el papel de la música en la configuración del desarrollo individual.

Por último, compartir esta reflexión de Claude Debussy: “La música es la aritmética de los sonidos, como la óptica es la geometría de la luz”.

La música mejora el aprendizaje a través de la neuroplasticidad