jueves. 28.03.2024
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Foto: Pixabay

La capital noruega es una ciudad no muy grande y que le hacer ser muy accesible y un buen lugar para irla descubriendo poco a poco. Es un sitio para pasear y descubrir poco a poco cada uno de sus rincones típicos.

¿Me acompaña a descubrir Oslo?


MUSEO DE BARCOS VIKINGOS

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El museo muestra los barcos vikingos mejor conservados del mundo. Los barcos fueron encontrados en tres grandes tumbas reales en las cercanías del fiordo de Oslo. Fueron enterrados hace más de 1100 años para transportar a los reyes al reino de los muertos.

En un espacio diáfano y luminoso, el Museo de los Barcos Vikingos es el lugar donde los restos arqueológicos de Tune, Gokstad, Oseberg y el túmulo funerario de Borre se muestran al mundo. Secretos ocultos durante siglos, conservados bajo tierra, dormidos… que hoy ven la luz y hablan del pasado, de un pueblo orgulloso, de una cultura perdida, y que nos dicen mucho de cómo vivían y sentían los vikingos.

El museo muestra también los maravillosos hallazgos hechos en las tumbas: pequeñas embarcaciones, trineos y el único carro de la época vikinga; además de tejidos y objetos domésticos.

El Museo presenta barcos enormes, sorprendentemente bien conservados. Hay todo tipo de objetos encontrados en estos entierros ceremoniales como trineos decorados con todo tipo de detalles, camas, carros de caballos…. Los barcos vikingos de este museo tuvieron una segunda vida y se usaron para enterrar de manera ceremonial a personas de alto rango de la sociedad vikinga.


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EL BARCO VIKINGO DE OSEBERG

El más espectacular de todos los que hay en Oslo es el barco vikingo de Oseberg. Sencillamente precioso. Quien lo construyó en el siglo IX le prestó una gran atención a los detalles y se encargó de que estuviera decorado con grabados de animales entre los que destaca una serpiente que se curva en espiral en la proa. 

f14El barco de Oseberg

f13Tiene quince orificios para los remos en cada lado que se han conservado perfectamente y que podían haber estado pintados. El barco vikingo de Oseberg, de madera de roble, concluyó su vida útil como la cámara funeraria de dos mujeres que, si se tiene en cuenta la riqueza de sus entierros, debieron ser muy importantes para la comunidad.

Las excavaciones que devolvieron este barco al mundo en el año 1903 descubrieron un navío prácticamente completo en el que había restos de tapices fabulosos, ropas, zapatos, peines, tres trineos ornamentados, camas y todo tipo de regalos para ayudar a estas dos misteriosas damas en su trayecto al otro mundo. Nadie sabe quiénes eran esas dos mujeres ni qué justificó tan suntuoso entierro.

Se descubrió en el año 1880 no ha dejado de hacer soñar al mundo con historias de guerreros surcando el mar… y luego siendo enterrados con todos los honores.

EL BARCO VIKINGO DE GOKSTAD

Por sus características, los historiadores creen que el barco vikingo de Gokstad pudo haber servido tanto para explorar como para comerciar y saquear. Es el más grande del Museo de los Barcos Vikingos, como confirman sus dieciséis orificios para remos por cada lado. Intenté imaginarlo con los treinta y dos escudos de madera fijados a lo largo de su superficie con el que lo encontraron enterrado, de color amarillo o negro.

f12El barco de Gokstad

Tiene una elegante simplicidad de líneas. Este navío se usó sobre el año 900 d. C. para enterrar a un hombre rico y poderoso de unos cuarenta años y más de 1’80 metros de altura que pudo haber muerto en batalla pues presenta heridas en sus piernas y en uno de sus costados.

Un verdadero guerrero vikingo se convirtió en el terror de los mares. Junto a él se encontró un juego de mesa con piezas hechas de hueso, algunos anzuelos, escudos, doce caballos, ocho perros, dos pavos reales y tres barcos más pequeños… Aunque seguramente los saqueadores de tumbas se llevaron la mejor parte del botín.


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EL BARCO VIKINGO DE TUNE

Es el peor conservado de los tres barcos vikingos que hay en el museo, el de Tune sigue siendo el tercero mejor conservado de todo el mundo. Esta maravilla fue encontrada en el año 1867 en una granja cerca de Fredrikstad, en un túmulo funerario de 80 metros de diámetro y cuatro de altura siendo uno de los más grandes de Noruega. Es más pequeño que los otros dos barcos anteriores y ha perdido su parte superior, pero eso permite ver cómo se construyó mejor.

f11El barco de Tune

Este barco vikingo del año 900 d. C., se construyó en madera de roble y es muy posible que pudiera tener doce remos por lado. Tiene 18’7 metros de largo y 4’2 de ancho. Además de su quilla, en el Museo podrás ver algunos de los objetos que se enterraron con él y que sobrevivieron al deterioro por el oxígeno que se filtró en el yacimiento.

Cuando los arqueólogos lo excavaron encontraron los restos de un hombre de alto rango y de tres caballos, junto con lo que quedaba sus armas, un escudo, algunos fragmentos de tejido y varios objetos de madera.

La fortaleza de Akershus

Es un complejo de edificaciones militares situado estratégicamente junto al fiordo de Oslo. Fue fundada en la Edad Media como un castillo real, que servía también de sede para los representantes del rey.

Fue modificado en estilo renacentista en el siglo XVII y rodeado de una fortaleza con bastiones. El complejo, de más de 700 años, ha sobrevivido a varios asedios, pero nunca ha sido conquistado por la fuerza por un ejército extranjero. Actualmente, sirve como cuartel general, escuela de oficiales y espacio de alojamiento.

Una parte de la fortaleza se utilizó durante un tiempo como cárcel y zona de trabajos forzados para reclusos durante el siglo XIX. Aún tiene funciones militares, y su protección corre a cargo de la Guardia de Su Majestad el Rey. La fortaleza También alberga el Museo de las Fuerzas Armadas, el Museo de la Resistencia y los ministerios de Defensa y de Medio Ambiente.

Akershus funciona como mausoleo de los reyes de Noruega desde el año 1938.

La fortaleza toma su nombre de la granja Aker, que poseía los terrenos donde se asentó el castillo medieval. El nombre es una palabra compuesta de Akr que significa “campo cultivado” hus que significa “casa, castillo”. La fortaleza ha dado nombre a la provincia de Akershus, aunque no se encuentra dentro de los límites de ésta.

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Oslo fue atacada por el rebelde Alv Erlingsson en el año 1287. El viejo castillo real no fue capaz de defender la ciudad de manera efectiva, por lo que pronto se hizo patente la necesidad de un complejo defensivo más fuerte.

Se desconoce la fecha en que comenzó a construirse el castillo. Parece ser que fue hacia la década del año 1290, durante el reinado de Haakon V de Noruega.

La primera vez que Akershus se nombra en una fuente escrita es en el año 1300, en una carta del rey Haakon V a la iglesia de Santa María de Oslo. El castillo se enfrentó a su primer asedio en el año 1308, dirigido por el conde sueco Erik Magnusson de Södermanland y algunos nobles noruegos.

El sitio fue levantado después de la victoria de un ejército campesino noruego en la batalla de Oslo de 1308. Durante la década de 1330, los nobles noruegos se sublevaron contra la unión personal entre Suecia y Noruega. Estos nobles controlaron la fortaleza por algunos periodos. Durante las décadas de los años 1360 a 1370 el rey Haakon VI vivió en el castillo y ordenó obras de gran envergadura en la fortificación.

La fortaleza de Akershus fue sitiada de nuevo entre los años 1449 y 1450, en esta ocasión por el rey Carlos VIII de Suecia, quien finalmente levantó el asedio. Cuando Noruega era gobernada por el rey de Dinamarca, Akershus fue tomada por el noble noruego Knut Alvsson en el año 1502.

La fortaleza de Akershus fue atacada ese mismo años por mercenarios escoceses al servicio del rey de Dinamarca. Otro nuevo sitio sucedió en el año 1523 por soldados suecos durante la guerra de liberación de Suecia dirigida por Gustavo Vasa contra los daneses.

Durante el reinado de Cristián IV entre los años1588 y 1648 el área de la fortaleza fue expandida sustancialmente. La política del monarca se basaba en la fuerza militar, y en el año 1593 inició una considerable ampliación de Akershus, en concordancia con la evolución de las técnicas militares, especialmente de la artillería.

La remodelación se financió en parte a través de un impuesto anual extra en Ostlandet y Agder, y en parte gracias a la mano de obra de los pobladores locales. En el trabajo participaron incluso mujeres transportando ladrillos. Quedó concluida la primera etapa constructiva en el año 1604: alrededor del castillo se levantaron nuevas murallas según el sistema italiano, con bastiones y terraplenes recubiertos de piedras.

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La silueta que tiene actualmente fue debida a la reconstrucción radical del viejo castillo medieval, que quedó convertido en un castillo del Renacimiento. Durante la expansión se construyeron varios edificios alrededor del castillo. En el antiguo polvorín, debajo de la iglesia del castillo, se instalaron cuatro mazmorras, de las que aún existen dos. Las habitaciones del rey y del alcaide se mejoraron y se redecoraron. La nueva fortaleza quedó en ese tiempo como una ciudad dentro de la ciudad.

La ciudad se incendió en el año 1624, el rey ordenó que la población se trasladara hasta la vecindad de las murallas de la fortaleza. La nueva ciudad recibió el nombre de Cristianía y fue una ciudad amurallada, con la fortaleza de Akershus como ciudadela.

El complejo conservó sus funciones militares, pero comenzó a utilizarse también como lugar de proclamación de los reyes, lugar de sesiones del Parlamento y como residencia de los monarcas.

La mayoría de los edificios dentro de la fortaleza que tenían funciones administrativas cayeron en una fase de decadencia en los siglos XVII y XVIII. El único edificio en el castillo durante el siglo XVIII era el llamado Overhofretten, una especie de tribunal supremo en Noruega. Los edificios militares fueron remozados a finales del siglo XVII y en 1750, cuando la fortificación fue ampliada aún más.


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Después del incendio de Cristianía en el año 1686 se derribaron las murallas de la ciudad. Al mismo tiempo, la fortaleza de Akershus se expandió a costa de los edificios circundantes. Alrededor de toda la fortaleza se extendían poderosas murallas de piedra con bastiones, y toda la zona fortificada comprendía una superficie casi tan grande como la del resto de la ciudad.

El ocho de marzo del año 1716 fue atacada la fortaleza por primera vez después de haber sido agrandada. El rey Carlos XII de Suecia la atacó sorpresivamente con 10. 000 hombres. En un ambiente de confusión, el comandante de la fortaleza, el coronel Jørgen Christopher von Klenow, reunió 3.000 defensores y pudo resistir un largo asedio hasta que los suecos finalmente se retiraron.

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Como toda fortificación, con el avance tecnológico de la artillería Akershus se volvió obsoleta y hacia el año 1750 había perdido ya su relevancia militar. Después de que Noruega se uniera con Suecia bajo una misma monarquía en el año 1814, se desmantelaron gradualmente las instalaciones de la fortaleza y se derribaron parte de las murallas exteriores.

Oslo tuvo nuevas necesidades de edificios, y a la fortaleza se le asignaron nuevas funciones después del año 1814. El complejo arquitectónico comenzó a decaer y sus partes exteriores fueron utilizadas como solares para nuevos edificios urbanos con funciones públicas y privadas.

La Bolsa, el Teatro de Cristianía, el Banco de Noruega y la Logia de la Masonería, se establecieron en la periferia de la fortaleza. La misma fortaleza sirvió para la población de la ciudad como lugar de recreo y paseo, y la playa de Akershus se convirtió en un popular balneario y sitio de pesca, durante el verano, y en una pista de patinaje, durante el invierno.

Muchos de los edificios de Akershus se destinaron a diferentes actividades, por ejemplo como depósitos: el Archivo Real de Noruega estuvo ahí hasta 1866. Una gran extensión de la fortaleza fue empleada como prisión, que sería conocida popularmente como la Esclavería.

En el siglo XIX se levantaron varios edificios militares junto a lo que hoy es el parque Kontraskjæret, entre ellos el picadero, la residencia del comandante, almacenes y cuarteles, talleres y oficinas del Ministerio de Defensa y otros establecimientos.

El deterioro de la fortaleza, así como la necesidad de ampliar la ciudad, condujeron a que algunas voces se levantaran para pedir su demolición. Uno de los defensores de tal propuesta fue el destacado pintor y escritor Christian Krohg. Sin embargo, hacia el final del siglo XIX se incrementó la percepción de Akershus como parte del patrimonio histórico de Noruega y se comenzaron a tomar medidas para detener su deterioro.


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Las características esenciales del viejo castillo medieval se han perdido, pero aún se conservan varias de sus partes. Lo característico de esa época son las construcciones de piedra y ladrillo, entre las que se encuentran la Torre de la doncella, una puerta fortificada de la que todavía quedan restos de la reja y del puente de piedra.

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La Temeraria fue la torre central que dominaba el horizonte del castillo. Fue derribada, pero el rastro de sus cimientos aún es evidente en el patio del castillo.

La Torre del canónigo, llamada, desde finales de la Edad Media, Knutstårnet en honor de Knut Alvsson, era una torre que flanqueaba la fortificación por el norte. La torre actual fue erigida sobre los restos de la anterior.

El casco del castillo se constituía de tres secciones. La sección norte era el edificio principal, con una sala para eventos oficiales y cuartos privados para residencia de la familia real. La sección sur albergaba la iglesia medieval, y la sección de Romerike, con funciones de mantenimiento, tales como cocina.

Buena parte de la apariencia externa actual de Akershus se debe a la remodelación y expansión que comenzó Cristián IV, que incluye las murallas y los bastiones. Al derribarse las torres, el castillo se volvió una estructura más abierta e iluminada.

Entre los edificios pertenecientes a ese periodo están la Torre de Munk, erigida en el año 1559 y que servía tanto de almacén de pólvora como de puerta fortificada, en sustitución a la Torre azul, que era una estructura de ladrillos del año 1623 con tejado recubierto de plomo.

La sección sur del castillo se restauró en el siglo XVII con el objetivo de alojar varias salas de eventos oficiales, en sustitución de la vieja sala de la sección norte. Varias de las nuevas salas se decoraron con paneles, nuevos muebles, pinturas y tapices. La iglesia del castillo, en la sección sur, fue redecorada durante la década de 1620 por orden de Cristián IV.

Tras la extensiva remodelación del siglo XVII, la fortaleza continuó expandiéndose a lo largo del siglo XVIII, hasta que entró en una fase de decadencia durante el siglo XIX. En ese tiempo, se construyeron nuevos y variados edificios, unos con funciones militares y otros con funciones administrativas o de mantenimiento. El cambio de uso de la fortificación propició que algunos viejos edificios militares fueran destinados a otras funciones.

El parque de Vigeland, o Parque de las esculturas

Es el parque más famoso de Noruega. Creado por el escultor noruego Gustav Vigeland entre los años 1907 y 1942 por encargo del ayuntamiento de Oslo. Es una exposición permanente de las esculturas de Vigeland de entre los años 1926 y 1942.

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El Parque de Vigeland ocupa una extensión de cerca de 32 hectáreas. La superficie del parque se articula en cinco áreas sucesivas:

  • La cancela de la entrada.
  • El puente.
  • La fuente.
  • El monolito.
  • La rueda de la vida.

La mayor atracción del parque es el Monolito que es un bloque único de granito que se alza sobre una plataforma octogonal escalonada que tiene 17 metros de altura, y está esculpido con 121 figuras humanas desnudas y entrelazadas.

Otra de las esculturas más conocidas del recinto, es la del niño enojado o con “rabieta”. Esta obra comparte el puente del parque con 57 estatuas más. Ha llegado a identificarse como símbolo de Oslo.

El conjunto de esculturas y bajorrelieves de bronce se inspira en acontecimientos de la vida cotidiana, evocando momentos como el nacimiento, la infancia, la adolescencia, el primer amor, la madurez, los hijos, la familia, la vejez y la muerte. Todo ello sintetizado por otra de las célebres esculturas del parque localizada al final del mismo, se llama "la rueda de la vida", en la que siete figuras humanas, cuatro adultas y tres infantiles se entrelazan formando un círculo.

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Monolito realizado por Gustav Vigeland en el parque Vigeland.

La Ópera de Oslo

Levantada frente al fiordo de Oslo, es el centro de artes escénicas más importante de ese país. Se inauguró en el año 2008 y fue diseñada por el estudio de arquitectura noruego Snøhetta, autor de otros proyectos como la embajada noruega en Berlín y la Bibliotheca Alexandrina en Alejandría.

Inspirado en un témpano emergiendo del mar, está íntegramente revestido con mármol blanco de Carrara y cristal.

El auditorio principal tiene capacidad para 1.364 espectadores, su araña de 7 metros de diámetro, pesa 8 toneladas y tiene más de 8.000 diodos luminosos y 5.800 elementos de cristal y vidrio. El escenario principal se encuentra a 16 metros bajo el nivel del mar, tiene 16 metros de ancho por 40 metros de fondo.

El segundo auditorio tiene capacidad para 400 personas; el complejo alberga 1100 salas y costó un total de 528 millones de euros.

El edificio ganó el Festival Mundial de Arquitectura en Barcelona en el año 2008. Tiene una estructura pensada para andar sobre ella. La innovadora configuración del edificio con su tejado cubierto de mármol te servirá para que puedas contemplar las diferentes vistas de la ciudad.

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El interior del edificio está construido fundamentalmente con madera de roble. El vestíbulo principal tiene forma de herradura, como tributo a los teatros clásicos de la antigüedad.

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El Museo Munch.

Es museo de arte que alberga obras de Eduard Munch, que fueron dejadas en su testamento a Oslo en el año 1940. El museo abrió sus puertas al público en el año 1963, cien años después del nacimiento del pintor. 

f2La colección consiste en obras y artículos de Munch, que donó al municipio de Oslo antes de morir, y otros trabajos adicionales donados por su hermana Inger Munch, así como otras obras compradas posteriormente.

Edvard Munch donó en su testamento a Oslo cerca de 1100 pinturas, 15.500 dibujos con 700 motivos, 4.700 esbozos y seis esculturas. La donación incluyó 2.240 libros, bloc de notas, documentos, fotografías e instrumentos de trabajo, así como gran cantidad de obras pictóricas de otros autores.

El museo tiene ahora en su colección permanente más de la mitad de la obra pictórica completa del artista, y además una copia de todos sus impresos. El museo también alberga secciones educacionales y de conservación, así como instalaciones sobre artes escénicas.

Comprende un espacio para exposiciones, fotografía y conservación de pinturas, escritorios, una biblioteca y salas de estar. También cuenta con un salón utilizado para exposiciones, conciertos, piezas de teatro y proyección de películas, una tienda de recuerdos y una cafetería.

Situado en la primera línea de mar, quilla del nuevo Oslo. Cientos de millones invertidos en un nuevo museo, obra del arquitecto español Juan Herreros. Es allí donde los vikingos del primer Oslo construyen sus barcos y canoas, imprescindibles primero para la vida y luego para la conquista en el gélido país.

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Juan Herreros ha levantado una torre que, torcida en su remate superior,parece pedir perdón por su importancia. Con 55 metros, compite en altura con el célebre ayuntamiento local. Herreros levantó la torre de Munch en apenas 32 días, mediante una técnica, empleada en la construcción de plataformas petrolíferas, denominada encofrado deslizante. No hay rascacielos en esa zona de la ciudad.

La nueva sede del pintor ofrece ya su cara final. Sus 55 metros ocultan 13 plantas y 22 salas de exposición, con una de 600 my otra de 300 en cada nivel. Tendrán accesos independientes, con lo que la actividad de montaje y desmontaje de las exposiciones será invisible.

Un paseo por la dársena ofrece la deliciosa imagen, apenas detrás de un cristal, de escenógrafas y costureras preparando el próximo Verdi. Lo mismo pasará en el museo. Toda la estructura está revestida por una lámina horadada de acero, que difumina la visión de dentro a afuera.

La institución tendrá unos 26.000 m2, donde las áreas de actividades paralelas, con un 35% de superficie, ocupan cerca de lo que contendrá obra, un 44%. Munch dejó un legado de unas 28.000 piezas, 1.200 de ellas pinturas.

El museo expone algunas de sus mejores obras, pero no todas. De El grito existen cuatro versiones: la primera está en la galería nacional, hoy en plena reforma; la segunda, de 1910, está aquí; la tercera y cuarta son sendos pasteles, el primero de los cuales también está en este museo y el otro en casa de algún coleccionista que en el 2012 pagó 91 millones de euros en una subasta en Sotheby’s.

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