sábado. 20.04.2024
mediacion

@Elba_Trum @MiguelRArias | Ninguno de nuestros partidos políticos nacionales, "castas" o "castos", parece estar dispuesto a aprovechar las grandes ventajas que una decidida apuesta por la mediación y el arbitraje, como instrumentos jurídicos para la resolución voluntaria de conflictos, podría tener para el conjunto del sistema de justicia español y para la posición de los ciudadanos ante el mismo.

Las únicas excepciones que sí que parecen estar atendiendo al menos a este asunto a lo que parece, PSOE y Equo pero sin nada concreto, al menos todavía.

Qué se le va a hacer.

Numerosos asuntos civiles podrían encontrar una autocomposición entre las partes y muchas otras situaciones de conflicto que - con su enquistamiento y reiteración - terminan incluso en ulteriores agravaciones podrían encontrar un mucho mejor encaje si nuestros legisladores quisiesen hacer una auténtica reflexión de fondo de nuestro sistema de justicia y una apuesta creible por la mediación y el arbitraje como instrumentos de participación directa del ciudadano como sujeto activo,más allá de su mero rol actual como "justiciable" pasivo.

Pero al parecer, por el momento, querer lo que se dice querer, se quiere poco o, de lo contrario ambos institutos ya ocuparían una posición destacada en los discursos de la siempre invocada "reforma de la justicia", "justicia de calidad" y otros "eslóganes pre electorales" vacíos que volveremos a encontrarnos a vuelta del verano, fórmulas agotadas.

Y quizá ese sea el auténtico problema de fondo no tanto técnico-legal o legislativo, acaso quizá ni de voluntad política, sino, más bien, de comprensión política en el momento actual, pues una cultura de la mediación poco o nada tiene que ver con el paradigma aparentemente de moda de nuestra política nacional, de la confrontación y la imposición, que algunos resumen en la conocida serie de moda, "Juego de Tronos".

Por mucho que, de moderno ello mismo tenga poco, en realidad. Más bien una buena porción de "Max Weber añada 1920", y recauchutado además, y por eso se plantea una concepción del "poder" como mera capacidad de imponer nuestra voluntad al otro por la fuerza, y como "lucha" por obtener esa capacidad de "poder".

Y, claro, si tal es la comprensión política (y social) de fondo, lógicamente institutos jurídicos como la mediación seguirán relegados a meros juegos florales por parte de nuestros políticos.

¿O acaso se lucha "en la arena política" por un poder a "conquistar, conservar e imponer por encima del otro", exactamente así concebido, pero, después, en el plano social, se pretende que ese modelo conflictual de comprensión de poder y conflicto se reconduzca (por arte de birlibirloque), en el de "suma y autocomposición entre las partes" como alternativa al choque de trenes judicializado?

Y así en nuestra actual política nacional comprendida, vivida, como "lucha" y "conquista", la mediación como cultura alternativa queda barrida del mapa en sus premisas culturales mismas más allá de bonitos brindis al sol, y maquillajes legislativos superficiales por cumplir (a regañadientes) con Europa.

Nulo interés al respecto, al menos por el momento, al menos desde tales planteamientos. Esa es la realidad.

Tan realidad como que estamos perdiendo una valiosa oportunidad de desarrollo para nuestra sociedad.

Y por cierto, Max Weber - "Juego de tronos" - se equivocaba. "Poder" no es la capacidad de imponerse al otro a pesar de su resistencia, eso es sólo "violencia". Poder es algo muy distinto, es la capacidad de construir con el otro, y ese es, precisamente, el pleno sentido de la cultura de la mediación ante el conflicto, como forma de su superación. Hace mucho tiempo que la valiente Hannah Arendt, perseguida y superviviente del nazismo, se lo contestó, punto por punto, a Weber, y de paso nos lo dejó explicado a todos los demás.

De modo que ¿será Lannister?, ¿será Stark?, ¿o al final del camino tendrá que ser, necesariamente, Lannister con Stark?, ¿son "malos tiempos" estos para la mediación o son tiempos en los que, precisamente, trabajar por una nueva cultura de la mediación resulta todavía más valioso y necesario?


Elba Trujillo Mesa y Miguel Ángel Rodríguez Arias | Asociación Canaria por la Mediación y el Arbitraje (ACMA).

¿Lannister suma a Stark?