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NUEVATRIBUNA.ES - 18.12.2009

...y lo único que se repite es que hasta ahora “no hay acuerdo”. Los mandatarios buscan culpables para poder explicar el ya previsible fracaso de Copenhague.

La cumbre terminaba a las seis de la tarde de este viernes. Dos horas después no hay acuerdo. Los presidentes de Estados Unidos y China se han vuelto a reunir y las negociaciones paralelas se multiplican sin ofrecer ningún tipo de resultado.

Obama quien ofrece la peor oferta en cuanto a reducciones (un 4% menos respecto a las emisiones de 1990, cuando la Unión Europea está ofreciendo una reducción del 30%), se ha convertido en el líder más exigente y autoritario de Copenhague.

“Transparencia” es la gran petición del líder norteamericano. China y otros países emergentes se niegan a que sus economías sean inspeccionadas argumentando que hay “intereses en husmear y espiar sus negocios”. El nuevo Nobel de la Paz ha dicho que sin transparencia no se puede llegar a ningún pacto. La delegación china respondió entonces que “no habría acuerdo”.

Esta discusión es la misma que ya se trató hace dos semanas y las posturas de ambas partes se mantienen firmes. Sin embargo los líderes europeos no han tardado en echar todas las culpas a China, cuando Obama ha llegado a última hora con un discurso ampuloso y sin contenido: “No he venido a hablar, sino a actuar”.

Esta falta de respeto por el trabajo realizado los pasados días (no muy bueno, pero con intenciones) no ha caído especialmente bien entre los líderes latinoamericanos. A primera hora de la tarde Hugo Chávez anunciaba que tras el discurso de su homólogo norteamericano los países del ALBA abandonaban la Cumbre ..

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, pronosticaba que “sólo un milagro podía salvar este encuentro”. El milagro no ha llegado. La batalla se libra entre dos gigantes y la Unión Europea se muestra divida. Los daneses apuestan por presentar un acuerdo no vinculante y seguir negociando a lo largo del próximo año (la misma postura de Obama). Sin embargo el francés, Nicolas Sarkozy opina que no vale la pena firmar nada que no tenga peso suficiente.

Pasan las horas y las tensiones aumentan. Entre los pasillos del Bella Center se da por hecho que no se llegará a nada, pero ningún país quiere aparecer como responsable del previsible fracaso de la Cumbre.

Dos semanas de negociaciones, una cobertura mediática de meses, cientos de periodistas, decenas de titulares y al final: Nada. Se prevé que a lo largo de la noche continúen las feroces negociaciones. El sábado se dará a conocer la explicación sobre por qué el trabajo de estos días ha caído en saco roto. Las economías individuales priman ante una causa global como la del cambio climático. Eso es lo único que hasta el momento se puede afirmar. Lo otro que cabe preguntarse es ¿Estas cumbres son puro marketing o realmente tienen buenas intenciones?

La Cumbre agoniza sin acuerdos