jueves. 18.04.2024
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Imágenes: Cartoon Network

Steven Universe es una serie de animación ideada y creada por Rebecca Sugar, que ha estado retransmitiéndose en el canal estadounidense Cartoon Network desde 2013 y cuenta con cinco temporadas con un número irregular de episodios; en España es retransmitida por el canal infantil Boing tarde por la noche. El pasado día, y a la espera del estreno en el canal de la película como colofón, se retransmitió el último capítulo (no disponible todavía en España, donde desde hace un tiempo se llevan reproduciendo los capítulos en bucle hasta los de la última temporada que haya disponibles).

d6La trama de Steven Universe es tan sencilla como interesante. Steven es hijo de un ex aspirante a estrella del rock, Greg Universe, que conoció a una mujer que fue la única espectadora de su concierto en Beach City, lugar donde ocurren gran parte de las aventuras. Su nombre es Cuarzo Rosa, Rosa a secas, y no es una mujer cualquiera: ella y sus compañeras, Granate, Amatista y Perla, son las últimas miembros en la Tierra de una raza alienígena, llamadas Gemas, que colonizó el planeta hace millones de años, y contra cuya dictadura Rosa encabezó una rebelión para proteger la vida de la Tierra y desafiar así el poder de los Diamantes: cuatro seres poderosos que lideran el Planeta Natal (siempre llamado Homeworld, sin más), expandiendo su imperio por otros planetas cueste lo que cueste. Ella y sus compañeras son las Gemas de Cristal: las últimas supervivientes de la resistencia contra el Planeta Natal. Tiempo después de conocerse, Rosa tomó una decisión: renunciar a su ser para tener a Steven, un niño de 14 años que, en resumidas cuentas, resulta ser un híbrido de Gema y ser humano. La historia arranca después de que Greg y las Gemas de Cristal decidan que Steven debe estar con ellas para desarrollar sus poderes y proteger la Tierra de la amenaza de monstruos que, en realidad, son el remanente de aquella invasión. Aunque así narrado pueda tener un cierto tono mesiánico, la serie está hecha con grandes dosis de sentido del humor y desenfado. Añade más a su atractivo el buen número de canciones que aparecen de vez en cuando en algunos capítulos, muchas de ellas memorables.

El capítulo titulado Made of Honor (no disponible en España) fue catalogado por muchos medios como de histórico por el hecho de ser la primera serie de animación en mostrar una boda entre dos personas del mismo sexo

A parte de lo interesante que tiene el argumento, desarrollado de forma que se trata casi de un puzzle en el que el espectador va conociendo la verdad detrás de la historia al mismo tiempo que Steven, la serie tiene unos elementos que, en mi opinión, hacen de ella probablemente la mejor serie de animación que se haya hecho en los últimos tiempos, y no solo por su técnica de dibujo y la imaginación desbordante. Tal vez, por algunas escenas moderadamente violentas, no pueda considerarse apta para todos los públicos, pero un público adulto, que disfrutará con la profundidad que subyace en el argumento, podría ver la serie y guiar a un público infantil a través del mensaje que realmente nos transmite: esto son valores que están un poco en peligro de desaparecer, al verse sustituidos por otros más superficiales que rigen nuestras relaciones personales. Aquí resumo algunos.

Bondad y empatía – Quizás al principio de la serie, como el protagonista reconoce en uno de los últimos capítulos, Steven puede parecer algo lelo, o, como suele decirse de una forma despectiva, que de bueno es tonto. Pero eso es solo una lectura superficial que nos lleva a descubrir la verdad de todo ello: Steven rara vez deja de ser bueno y rara vez se enfada con alguien, porque heredó un rasgo muy importante de su madre: su enorme capacidad de bondad y de empatía, es decir, de ponerse en el lugar de los demás (a veces literalmente, como se puede ver en algunos capítulos), entender por qué se comportan así y comprender lo que esa persona (o Gema) necesita. Tal vez pueda resultar a veces un poco molesto su complejo de Buda, porque a veces parece dejarse pisotear e incluso engañar por confiar en alguien o no perder la fe en algunas personas (o Gemas), d5pero en realidad eso es parte de su encanto y la fórmula para que la serie acabe como lo hace. En el Planeta Tierra, Rosa aprendió a amar todo aquello que vive y a desarrollar una gran piedad por todo ser vivo, cualidad que traspasa a su hijo. Steven descubre todo lo bueno que reside en cada uno y consigue sacarlo a la superficie. Lo importante, muchas veces, no es decirle a la gente que te rodea lo que quieren oír, sino lo que necesitan escuchar. Es un modo de ser un poco pasado de moda, dirían algunos voceros de la porquería, pero, sin querer decir que lleguemos a ese extremo, sí es verdad que necesitamos comprendernos más los unos a los otros y no dar como causas d4perdidas a algunas personas, hasta cierto punto.

Relaciones personales – Probablemente el valor más patente en la serie. En oposición al valor de la competitividad, tan en boga incluso en algunas series de animación, gran parte del motor de la trama está basado en esto. Presente en todos y cada uno de los capítulos, la serie puede descubrir a los niños lo que realmente puede valer una amistad: el apoyarse los unos a los otros, ser fiel a los amigos, no traicionarles nunca y no dejarles caer o, si se caen, ayudarles a levantarse. Cada capítulo tiene muestras muy hermosas de amistad, comenzando por el propio protagonista, que es capaz de sacrificarse a sí mismo por aquellos a los que ama. Hoy en día, cuando tanto se oyen expresiones como “esa persona no me aporta nada”, y miramos a la gente bajo el prisma de qué provecho o utilidad podemos sacar, no viene nada mal volver a las raíces de las relaciones personales: la de valorar a las personas por lo que son y no por lo que nos puedan aportar. ¿Alguna vez te has preguntado tú qué aportas a los demás realmente? Es hora de volver a las d3esencias, a dejar de cuantificar a las personas, a dejar de utilizar expresiones como “puedes aspirar a algo mejor (materialmente)”, y empezar por los pequeños es un paso fundamental.

Sentimientos – Particularmente pienso que es el mejor valor que transmite, contra un mundo cada vez más racionalizado de la manera más equivocada. Comenzando con el trasfondo de la serie, con lo que las Gemas pretendían convertir la Tierra: un campo que sólo sirviera para producir, exterminando todas las formas de vida del planeta. De hecho, el mundo de las Gemas es absolutamente racionalista en este sentido, no consintiendo la más leve imperfección entre las súbditas ni las conductas que puedan salirse de la norma establecida; razón por la cual las Gemas de Cristal no pueden seguir viviendo en su planeta y deciden desertar y rebelarse. A parte de eso, Steven es un gran clarificador de sentimientos para sus amigos, muchos de los cuales se empeñan en esconderlos o ahogarlos: el protagonista trata de hacerles ver que sus sentimientos son buenos y que no deben de sofocarlos o renegar de ellos por parecer débiles. Es un mensaje muy valioso, sobre todo en estos días en los que un racionalismo mal entendido nos hace pensar que todo aquello que no es mensurable ni cuantificable no tiene valor en absoluto, como los sentimientos, o, uniendo con lo anterior, valorar a las personas por algún tipo de aportación o provecho económico.

d2Otras formas de relación amorosa – Es un hecho que se ha tratado en muchos sitios. De hecho, el capítulo titulado Made of Honor (no disponible en España) fue catalogado por muchos medios como de histórico por el hecho de ser la primera serie de animación en mostrar una boda entre dos personas del mismo sexo, algo que los seguidores de la serie siempre hemos visto como una constante: la manera tan natural y sana en la que se tratan los sentimientos amoroso entre dos mujeres, ya que las Gemas solo son mujeres. Casi desde el principio, los sentimientos de Perla hacia Rosa y los de Zafiro y Rubí (componentes de Granate) entre ellas (una de las mejores historias de amor que se haya podido mostrar en una serie de animación), se mostraron sin ningún tipo de pudor y desde una perspectiva más que natural, sin que en ningún momento cualquier otro personaje pueda censurarlos o sorprenderse. Sin lugar a dudas, solo por este hecho, Steven Universe ha hecho historia en el mundo de la animación infantil-juvenil sin ninguna duda y, desde luego, puede contribuir a visibilizar con absoluta normalidad las relaciones amorosas no heterosexuales y educar a los niños en el respeto y la aceptación de estas relaciones.

La aceptación de uno mismo – Éste sería el leitmotiv de la serie, cuyo argumento es en gran parte el descubrimiento que de sí mismo tiene que hacer Steven, convencido por sus amigas de que tiene un futuro trascendental, y el capítulo final viene a confirmar este aspecto de la aceptación de sí mismo. Steven vive un poco acomplejado por la comparación de su venerada madre por las Gemas de Cristal, y tiene que ir aprendiendo exactamente lo que ésta les dijo a sus compañeras: que cada una de ellas es perfecta tal y como es, algo que Steven les repite en cada capítulo, especialmente a Amatista. Las tres Gemas de Cristal no encajaban demasiado bien en el mundo hiper-racionalizado de los Diamantes, por una u otra razón: Perla pertenece a una clase destinada a servir, y la desaparición de Rosa le crea un cierto complejo de vacío; Granate es una fusión entre dos Gemas de distinta clase social, lo cual conllevó el rechazo de la aristocrática sociedad de esta raza; y, finalmente, Amatista es una clase de guerrero que nació atrofiada. Especialmente en la relación de Steven y Amatista es donde más se ve este valor, sobre todo en capítulos como A la fuga, Regeneración o Steven contra Amatista, en donde se repite la máxima de Rosa: que cada una es perfecta en d1sí misma. Y así, considero que éste es el motor de parte de la historia: el aceptarse a uno mismo tal y como es y, a partir de ahí, poder empezar a mejorar.

Humanismo – A modo de conclusión, ya que el asombro por el ser humano es lo que llevó a Rosa a iniciar una rebelión contra su Planeta Natal. Las Gemas nacen ya hechas, creadas por los Diamantes para un propósito concreto e inmutable: no están sujetas al cambio y su conciencia es invariable desde el momento en el que surgen de la tierra, mientras que los seres humanos son cambio constante: los eventos que ocurren en su vida forman su conciencia constantemente. Un punto de vista muy interesante filosóficamente: el hecho de que una especie no sujeta al cambio, con su ser y conciencia ya acabadas, pueda maravillarse de algo que a los seres humanos nos pasa desapercibido totalmente: el hecho del cambio y la formación de nuestra conciencia a cada paso. Lo que se quedó de manera implícita en la serie es que Rosa deseaba experimentar en sí la experiencia del cambio al transmutarse en su propio hijo: vivir la experiencia humana. Así lo dice en el capítulo Leon 3: directo al vídeo: «¿No es maravilloso, Steven? Este mundo está lleno de posibilidades. Cada ser vivo tiene una experiencia totalmente única: los paisajes que ven, los sonidos que oyen, la vida que viven… ¡Es tan complicado y tan simple! Estoy deseando que te unas a ellos (…) Me convertiré en la mitad de ti, y quiero que sepas que, cada vez que ames tu propia vida, soy yo amándote a ti y amando estar en ti, porque serás algo extraordinario: serás un ser humano».

Por estas razones, porque desprende una filosofía vital muy valiosa que la sustenta, Steven Universe es, si no la mejor, una de las mejores series de animación que se han hecho en las últimas décadas, en contraposición a otras series, reproducidas en horario infantil, de las que pueden desprenderse otros valores no tan buenos, como la competitividad, la violencia, destruir a los otros… O que simplemente son vacíos, tontos, sin sentido o sencillamente de mala calidad. Por el contrario, la serie creada por Rebecca Sugar desprende unos valores mucho más beneficiosos para la educación de los niños, los cuales, como sabemos, tienden a ser esponjas y a reproducir las conductas que observan en sus padres, amigos o héroes de ficción. Por eso, estaría bien que tus hijos, y tú también, vierais juntos esta serie.

Por qué tus hijos y tú deberíais ver Steven Universe