jueves. 18.04.2024
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Foto de archivo

Si, como lo leen, les faltamos el respeto, y además, con descaro. Esos que ahora vemos cada lunes en distintos punto de España, esos que llegaron a Madrid un 15 de octubre de 2019 desde dos columnas, una que partía desde Rota y otra de Bilbao, esos que trajeron a nuestras vidas la democracia, esa que depende del día y de cómo nos levantemos, podemos decir que gozamos de ella un poco o un poco más, pero bajo mi opinión, nunca en plenitud, no pienso que la democracia sea solo hacer uso del derecho a voto, y mientras tengamos que soportar mantener a una familia con los affaires que les caracterizan, solo por haber nacido, pues como que no, pero sigamos con lo que nos atañe.

Esos que nos han criado, mantenido, educado, querido, esos, nuestros mayores, y digo faltado el respeto, incluyéndome en una generación y sumando a esta la siguiente, que mira de perfil sus reivindicaciones, o directamente pasa de ellas, que no son otras que, reivindicaciones que no solo afectan a nuestros antecesores directamente, es que nos afectan a nosotros mismos. Yo, por ejemplo, comencé a entender su lucha, cuando mi padre sin estar prejubilado aun, lo está por una enfermedad, cáncer, no porque su empresa decidiera quitarlo de en medio con una pre jubilación de mierda, asistiera a una mani de jubiletas con mi hijo todavía en el carrito de bebé. Le llevaba con una camiseta que decía “abuelo, gracias por luchar por mis derechos”, la camiseta llamó la atención de una periodista que le paraba preguntándole por el texto, las palabras de mi padre fueron “yo ya tengo mi vida hecha, mis pocos ahorros gracias al fruto de una vida currando, y casi mi jubilación garantizada, yo estoy aquí por él”, eso fue lo que me hizo entender tanto la grandeza de quienes velan por nosotros durante toda su vida, como de la magnitud del problema al adentrarme en este colectivo.

Ayer, en la puerta del Congreso de los Diputados, se concentraban varios colectivos que representan a pensionistas. Lo primero que me llama la atención siempre de ellos, es la solidez con la que, siendo consciente que todos son afines, cada uno imagino al partido político que más le convenza, casi garantizando una hegemonía ideológica, y digo casi porque no puedo hablar por todos, por desgracia no les conozco uno a uno, pero todos tienen algo claro, gobierne quien gobierne las pensiones se defienden, algo que por desgracia no se entiende muy bien en otros colectivos también reivindicativos, y sobre todo en una gran parte del votante socialista, parece que algunos piensan que cuando gobiernan los suyos no hay que protestar, cuando en realidad si no presionas cuando están los tuyos poco sacarás, les recuerdo, lectoras y lectores, que los que no son de su agrado, lo son porque no cumplen sus expectativas, de ahí la necesidad de empujar con más fuerza cuando son los tuyos los que tienen el poder para hacer realidad nuestras peticiones, del mismo modo que aun siendo medianamente cercano en ideología a quien está en la zona de los sillones azules del Congreso, el ego en ocasiones nos pierde y ponemos más palos que aportaciones, lo cual nos lleva a la falta de unidad más que necesaria en lo que a curritos y movimientos vecinales se refiere.

Se repetía a mi llegada al Congreso, las mismas situaciones que viví cuando me acerqué en 2019 al encuentro con la marcha sur de pensionistas para realizar la última etapa a pie con ellos, como no podía ser de otra manera, en compañía de mi padre, esta vez él no llevaba a su nieto en el carrito de bebé, era yo quien llevaba a mi padre empujando su silla de ruedas, el ya formaba parte real, y no solo activa, de ese colectivo. Esas situaciones cada vez que ocurren, y lo prometo, cada lunes en la Plaza de Pradillo de Móstoles a las 12:00h se repiten, las personas que se manifiestan me dan las gracias por asistir, casi con lágrimas en los ojos, bueno que coño, muchas veces con lágrimas en los ojos, me derrumbo ante una mujer de avanzada edad a la que me veo en la obligación de cortar para decirla, “NO, GRACIAS A VOSOTRAS Y VOSOTROS”, gracias por no cejar en la lucha que ya no os compete, gracias por mostrarnos el camino día a día a pesar de no recibir el suficiente apoyo ni siquiera de vuestros descendientes, y eso es real, es un hecho, no llega al 10% la asistencia de personas de entre 20 y 50 años los que asisten a los eventos convocados por pensionistas cuando todos vamos a terminar siendo pensionistas, y es curioso, porque asistiendo y escuchándoles es cuando te das cuenta de que lo que piden no es para ellos, es para ti.

No contentos con pensionar con una mierda de retribuciones, para más inri, son revisables, es decir, si te toca revisión el día que te encuentras medianamente bien te la pueden bajar

Entre muchas cosas, piden blindar por ley unas pensiones para que cuando te llegue la hora lo tengas garantizado, pero no solo eso, una de las canciones que de Cádiz a Bilbao, pasando por Mieres, y que Carmen, activista de la PAH que casi pierde su vivienda de Alcorcón en 2019, amenizaba ayer bailando, es que se termine con esa reforma laboral que tiene a un 40% de la juventud desempleada, si, piden por la juventud, porque somos los suyos, a pesar de que nosotros todavía no entendamos que ellos son los nuestros, pensamos que son unos viejos aburridos porque no hay obras a las que mirar apoyados en la vaya de enfrente, o que no tienen otra cosa que hacer que dar la murga día tras día en las calles.

Mayka, de la Plataforma de Pensionistas de Móstoles, desgranaba ayer punto tras punto el Pacto de Toledo, ese gran pacto tan anunciado a bombo y platillo como un éxito de consenso entre grupos parlamentarios, ese gran pacto que no es otra cosa que una puñetera mierda que mira más por el banquero que por el obrero, ese gran pacto que aumenta la brecha salarial que ya han tenido que sufrir las mujeres tras muchos años cotizando, ese gran pacto que desatiende la Carta Social Europea, ese gran pacto ni iguala las pensiones entre mujeres y hombres, como para igualarlas al salario mínimo, porque tampoco eso, ese gran pacto mantiene a un amplio porcentaje de pensionistas bajo el umbral de la pobreza, lo dicho, ese gran pacto es una puñetera mierda, por mucho que quieran colárnoslo unos y otros.

Escrivá, ministro del actual gobierno, y que sufre de socialismo obrero asintomático, pretende colarnos el comienzo de la privatización del Sistema Público de Pensiones, mediante la recomendación 16, y mira que me meto con Ayuso y sus privatizaciones, pero es necesario informar que es el Psoe el que comienza siempre estas, tal y como ya comenzara en 1991 al encargar un informe “ad hoc” a Fernando Abril Martorellun, dicho informe no llegó a aprobarse por su falta de popularidad, pero si se fue consolidando durante los años siguientes, fue encargado por el entonces enfundado bajo chaqueta de pana Felipe González, el mismo Felipe que ahora veranea en yate con un pensión vitalicia, y que culminara con la ley 15/1997 incluyendo en su punto 2: “La prestación y gestión de los servicios sanitarios y socio sanitarios podrá llevarse a cabo, además de con medios propios, mediante acuerdos, convenios o contratos con personas o entidades públicas o privas, en los términos previstos de la Ley General de Sanidad”.

En 20 de las 21 recomendaciones aprobadas, se las mujeres y en las que se les cita, es para encasillarlas como cuidadoras, recomendando buscar la igualdad efectiva, pero sin proporcionar ninguna solución real para tal efecto, las mujeres pensionistas llegan a cobrar un 35% menos que los hombres, reconocido esto por la Seguridad Social.

Me resulta algo hipócrita esa parte de gobierno, que se hace llamar progresista, cuando mantiene las reformas de pensiones de 2011 y 2013, mantiene las reformas laborales de 2010 y 2012, y no es capaz ni de blindar por ley la revalorización de acuerdo al IPC anualmente, eso sí es progresar, lo otro es vivir de la renta bajo promesas electorales que nunca son ejecutadas cuando pisan Moncloa, claro que con un futuro cómodo asegurado desde el sueldo vitalicio es sencillo hablar de mochilas austriacas, lo dicho, socialismo obrero asintomático.

Uno de los factores negativos en la lucha de las pensiones, es lo lejos que vemos las siguientes generaciones nuestra jubilación, pensamos que ya se solucionara, que cuando llegue la hora ya veremos, o que cuando mami y papi estiren la pata, con lo que saquemos de la venta del piso que ellos pagaron con largos años de currele, terminaremos de pagar la nuestra, y ya iremos algo más desahogados, intento poner ejemplos reales, viendo la falta de empatía hacia el prójimo, y meto el dedo en la llaga a ver si asé espabilamos un poco. Y aquí es donde entran a jugar los jóvenes pensionistas, sorpresa, existen, y no son jóvenes pensionistas porque así ellas y ellos lo decidan, no ha sido porque su jefe les haya ofrecido largarse a cuidar nietos antes de tiempo, no tienen nietos, son jóvenes, son jóvenes pensionistas porque han sufrido la desgracia de tener un accidente laboral, accidente que se puede tener a los 55 años, o a los 19, accidente que deja con secuelas de por vida en el mejor de los casos que te impiden tener un trabajo “normal” al que cualquier persona puede acceder, o te deja con una discapacidad que te imposibilita llevar una vida medio normal en la que estas imposibilitado a realizar ningún trabajo.

Mariángeles, portavoz nacional de Jóvenes Pensionistas, a la cual es fácil verla ya que no falla en ninguna “mani”, ya sea de ámbito pensionista o de cualquier lucha laboral, ataviada siempre con su chaleco blanco y su muleta, me la encuentro continuamente, al final eso que me dice mi padre desde chico de “no te lleves a engaño hijo, la democracia y los derechos los trajimos unos pocos, eran las mismas caras las que nos veíamos en todos sitios” va a ser cierto, hay una parte que siempre coincide en todas las luchas en la calle, los que más conciencia tienen tanto de lucha, como de clase social. Obviamente luego, y dependiendo de cada reivindicación, se suman sus colectivos propios, pero hay que reconocer, que unos pocos están siempre en muchos sitios.

María me cuenta la situación actual de los jóvenes pensionistas, si mi generación y la siguiente desconoce el significado de empatía, solo por miedo a que les ocurra verse en esta situación, lo cual puede suceder, tendrían que sumarse a sus reivindicaciones más que justas.

En España existen 953.110 personas con incapacidades permanentes reconocidas (no hay cifras oficiales acerca de las que siguen procesos de reclamación judicial por parte de los enfermos afectados), es decir, el 10% del total de los pensionistas. Las reclamaciones judiciales llegan a durar dos años, por lo que durante esos dos años, esas personas no figuran como pensionistas. Anterior al proceso judicial tienes que abrir una vía administrativa que es denegada en el 95 % de los casos.

Pongamos un ejemplo práctico, un autónomo que tenga un accidente laboral que le sea denegada la incapacidad, hasta aproximadamente trascurridos 3 años que gane la batalla judicial, tendrá que subsistir con lo percibido por estar de baja menos la cuantía que seguirá pagando de la cuota de autónomo, tendrá que sobrevivir durante 3 años con 300 pavos, de los cuales tiene ir sufragando los gastos judiciales hasta que venza la batalla a los de la toga, y a esto es a lo que llaman democracia plena, manda cojones.

En el manifiesto de Jóvenes Pensionistas podemos leer que “los grados de incapacidad se estiman en función de las reducciones anatómicas o funcionales sufridas por los trabajadores, siempre que disminuyan o anulen su capacidad laboral. Dependiendo del grado de incapacidad que se solicite, se exigen unos requisitos generales y de cotización”.

Incapacidad Parcial, Incapacidad Total, Incapacidad Absoluta, o Gran Invalidez. Estas dependen del grado asignado a la enfermedad o incapacidad adquirida en tu puesto de trabajo, es decir, si te caes del andamio, si te resbalas fregando, o si de camino al tajo tienes un accidente que deja tocado. Las pensiones varían desde unos miserables 508 euros hasta el 100% de la base reguladora. No contentos con pensionar con una mierda de retribuciones, para más inri, son revisables, es decir, si te toca revisión el día que te encuentras medianamente bien te la pueden bajar, cuando siendo estrictos en la denominación “irreversible”, una enfermedad hoy mañana la puedes llevar mejor que ayer, pero eso no quiere decir que hayas mejorado, la enfermedad sigue siendo la misma, de ahí la urgente necesidad de que las incapacidades que sean catalogadas como permanentes no sean revisables.

Para despedirme, volviendo a meter el dedo en la llaga, y recordando esa frase de mi padre “he logrado ahorrar lo suficiente durante mi vida”, si con 20 años te caes de tu bici de Glovo o del andamio, y te dan una incapacidad de 508 pavos, hasta que críes malvas vas a estar con 508 pavos mensuales, menuda vidorra eh, denle una vuelta a esto y cuénteselo a los jóvenes que ven lejos la jubilación y que no muestran apoyo a sus mayores, pero sí les faltan el respeto.

Gobierne quien gobierne las pensiones se defienden