viernes. 29.03.2024
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Palabras tales como empatía o asertividad, adolecen de interpretación en este método de comunicación

Dicen que aproximadamente vemos unas 23 veces al día nuestro móvil para conocer si nos han escrito un wasap. “Quien no está en redes sociales no existe” … cuantas veces habremos oído esta frase para justificar lo que hoy en día es nuestra era digital y la sociedad de la información. Desde el mundo de la gestión de conflictos también hemos avanzado en este campo, para estudiar, valorar y prever los diferentes conflictos surgidos de la utilización de las redes. No obstante, hoy queremos llamar la atención al uso de “Whatsapp” o como vulgarmente será reconocido tarde o temprano por la Real Academia de la Lengua: el wasap. Hablamos pues de los conflictos surgidos por el uso de una aplicación de envío de mensajes instantáneos para teléfonos inteligentes.

Hoy en día nuestros teléfonos móviles se han convertido en nuestro “mensajero particular”; no necesitamos una llamada, un correo electrónico u otro tipo de contacto, para mantener una fluida e instantánea conversación con quien se halla al otro lado del mundo y vemos cómo desde cualquier teléfono podemos intercambiar preguntas, opiniones, proyectos e información de un modo cómodo e instantáneo. Su aparición en nuestras “vidas” no vino acompañada de ningún “manual de uso y buenas prácticas”, es más, quien escribe, ha sido ya testigo mudo de conflictos surgidos por una mala redacción o en su caso una mala interpretación de un mensaje por wasap. Palabras tales como empatía o asertividad, adolecen de interpretación en este método de comunicación.

No es la primera vez que en mis clases he llamado la atención de los alumnos a la importante formación en comunicación no verbal, ya que al parecer de los expertos, esta supone el 60 por ciento al menos de la interpretación de un mensaje oral. El tono, la reacción, la mirada, suponen un importante aliciente para saber interpretar los mensajes. ¿Y en el wasap?. Las discusiones por wasap son cada vez más comunes y de ellas derivan en conflictos a veces irresoluble para las partes, llegando al “bloqueo” a partir de ahora de quien me dijo aquello.

Dicen los expertos que evitar discutir por wasap es el primer paso para que no surjan conflictos entre las partes, de ahí que nos podamos atrever a recomendar unas pautas para que no surjan “conflictos” interpersonales por al mal uso de esta herramienta de nuestro siglo.

En primer lugar, debemos evitar hablar por este medio aquellos temas que pudiéramos pensar que para nuestro interlocutor sean conflictivos: no es lo mismo hablar del tiempo o de que harás el fin de semana, o en su caso de la situación laboral o un problema vecinal. Sentimientos y emociones afloran sin querer y más si no pensamos lo que escribimos de forma sopesada.

En segundo lugar es muy típico hoy en día usar un emoticono en nuestra conversación. No todos se interpretan de igual forma, es más el mismo se puede usar incluso con distintos tonos o colores. ¿Estados de ánimo? A través de un dibujo queremos decir algo que muchas veces no llega al receptor y lo dejamos a su libre albedrio. Parece mentira, pero me recuerda haciendo un uso abstracto de mi mente a las pinturas rupestres… ¿Qué querían dejar para el futuro nuestros antepasados?. Usar el emoticono, ayuda a simplificar el mensaje que queremos dar, pero abusar de él, es una importante fuente de “ruido”.

En tercer lugar, hablaríamos de las palabras “recortadas”, Dada la brevedad, el lugar, el momento y la inmediatez de nuestro mensaje, muchas veces utilizamos abreviaturas que se consideran disfuncionales cuando intentamos establecer cierta semántica en la estructura de nuestro mensaje. Vamos por la calle, en el autobús, redactando un mensaje que no tiene mucho sentido cuando al “enviar” conecta con el otro lado. Yo en mi caso os confieso que utilizo mucho los puntos suspensivos, de ello se rie mi familia… pero quizás ello es producto de que les pido que sean consciente que en su mente deben parar antes de seguir leyendo lo siguiente. Y ni que decir tiene si hablamos de la existencia de “corrector”, esa aplicación maravillosa que nos aparece para poder la aplicación darle sentido a la palabra que queremos decir. Cuantas veces habremos corregido un mensaje diciendo… “maldito corrector”, lo que quería decirte era… Es importante respetar los tiempos y vigilar nuestra impaciencia.

También puede surgir el conflicto porque Wasap permite saber cuándo un mensaje enviado ha sido leído por el receptor, y nos encontramos en nuestro móvil el famoso “rayito verde”. Los expertos señalan que existen "casos de obsesión por recibir contestación". En esa línea, aclaran que conectarse no significa que la persona quiera comunicarse. "Muchas veces se accede para para releer mensajes antiguos, comprobar últimas horas de conexión, ver si alguien está conectado". Esa falta de contestación, en aspectos negativos, puede asumirse como una falta de interés de parte del interlocutor, y no es asi, podemos decir que están esperando el momento.

Podemos concluir, cara a la mediación, que los mediadores tendremos en cuenta esta herramienta, básicamente como elemento de comunicación, no de entretenimiento y por tanto asi debemos valorar la misma en la conciencia de nuestros mediados, cuando tras un conflicto, que quizás tuvo su origen o explosión tras un wasap, queramos reconstruir las relaciones de las partes.

Por eso recomendar que quizás actualmente con el uso de “mensajes de voz”, se puedan sustitur muchas de las malas interpretaciones y sobre todo si es de texto, lee, lee con atención y no dejes que tu mente vuele, el mensaje dice lo que dice, y nada más, es solo una impresión y todos sabemos que no debemos dejarnos llevar por la primera impresión cuando vemos a una persona, porque seguramente nos equivocaremos.

La gestión de conflictos surgidos por WhatsApp