“El Monumento al Legionario no es sino un nuevo hito antidemocrático que envilece nuestro espacio público, un motivo de vergüenza para la sociedad madrileña, que, con independencia de su corrección por los tribunales, debe exigir su inmediata retirada”.
Así se pronuncian varios colectivos integrados en la recién conformada Coordinadora contra el Monumento al Legionario tras la inauguración esta semana de la estatua por parte del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida.
El monumento situado en el Paseo de la Castellana, muy cerca del de la Constitución rememora la figura de un legionario de los años 20 del siglo pasado, “un acto que el propio alcalde ha convertido en una exaltación de la Legión y en particular de su fundador, el militar golpista Millán Astray”, denuncian.
En el acto celebrado el 8 de noviembre, el alcalde reivindicó al general franquista y la calle que lleva su nombre en el distrito de la Latina y cuyo cambio por el de la Maestra Justa Freire fue rechazado en octubre por el pleno del ayuntamiento con los votos de PP, C’s y Vox.
La Coordinadora de colectivos memorialistas a la que también se han sumado algunos sindicatos y partidos políticos considera que con estas acciones el Ayuntamiento de Madrid gobernado por las derechas lleva la “inequívoca marca” de un gobierno municipal “reconocido enemigo de la memoria democrática”.
En este sentido, recuerdan que la legislatura se inició “con la vandálica destrucción” del Memorial del Cementerio Este y prosiguió con los cambios de nombre de las calles de Indalecio Prieto y Largo Caballero, y la destrucción de la lápida dedicada a este último que aún no ha sido repuesta pese a las dos sentencias dictadas este mismo año declarando nula la orden del ayuntamiento. “Atropellos” que se suman a lo ocurrido con el callejero franquista.
La Coordinadora considera que la conmemoración por el primer centenario de la Legión promovida por la Fundación Museo del Ejército “exalta a un cuerpo expedicionario compuesto por reos de graves delitos” como fuerza de choque en la Guerra Colonial del Rif (1909-1927), “uno de los episodios más sangrientos, antidemocráticos y racistas de la Monarquía de Alfonso XIII y la Dictadura de Miguel Primo de Rivera”.
En aquel conflicto se cometieron “terribles crímenes de guerra y contra la humanidad”, unos crímenes -afirman- que luego se repitieron con la represión de la Revolución de Asturias y durante la Guerra Civil.
El colectivo también denuncia que estas decisiones se hagan sin consulta y consenso de los madrileños ya que su instalación no ha sido aprobada por las correspondientes comisiones de Patrimonio Histórico y Cultural local y regional, a pesar de que se encuentra en el recinto protegido de la Villa de Madrid, declarado Bien de Interés Cultural, aseguran.
COMUNICADO ÍNTEGRO DE LA COORDINADORA Y COLECTIVOS QUE LA INTEGRAN
