jueves. 28.03.2024
ENTREVISTA A PILAR NOGUÉS | PRESIDENTA SINDICATO SAD

"Somos trabajadoras del ayuntamiento cedidas ilegalmente a empresas que se están lucrando del cuidado de personas dependientes"

"Los ayuntamientos no solo incurren en cesión ilegal de trabajadoras, también incurren en el incumplimiento del deber de organizar y tutelar la salud pública", denuncia esta cuidadora profesional.

El testimonio de Pilar Nogués, presidenta del sindicato S.A.D de Cuidadoras Profesionales Municipales de Cataluña, no puede pasar desapercibido para nadie. La situación de estas trabajadoras en España es vergonzosa; salarios miserables, jornadas extenuantes, indignidad laboral se mire por donde se mire. Los poderes públicos deben actuar y devolver la dignidad a este colectivo esencial en el sector de la dependencia, más ahora que estamos en plena pandemia. Por el contrario, los ayuntamientos se ponen de perfil y siguen desembolsando el dinero público que es de todos para una red de empresas privadas con Clece, de Florentino Pérez, como principal cabeza visible. Un grupo de estas profesionales ha decidido dar el paso y crear un sindicato propio. Su objetivo: remunicipalizar el servicio de cuidado a domicilio, poner fin a la "cesión ilegal" de las trabajadoras. Avisan que no van a parar hasta conseguirlo y se ponen como faro visible para otras miles de mujeres en nuestro país que hasta ahora no han recibido el suficiente aplauso y reconocimiento de toda la sociedad.

Los ayuntamientos subastan los cuidados de las personas al peor postor y a partid de ahí empieza la pesadilla de miles de cuidadoras


Isabel García | Pilar, cuéntanos, ¿cuál es vuestra situación laboral?

PILAR NOGUÉSPilar Nogués | Nuestra realidad profesional es que somos trabajadoras del ayuntamiento cedidas ilegalmente a empresas que se están lucrando del cuidado de personas dependientes sin aportar ningún valor al ciclo productivo. Nosotras cuidamos, ellos únicamente ponen la mano para cobrar del dinero público y malpagar a las trabajadoras. Los ayuntamientos subastan los cuidados de las personas al peor postor, y a partid de ahí empieza la pesadilla de miles de cuidadoras profesionales municipales en todo el país. Estas empresas nacieron para destrozar el “status quo” de las relaciones laborales, no tienen vocación de servicio público, y están diseñadas para desafiar y resistir las aspiraciones de las trabajadoras.

Detállanos cuáles son vuestras condiciones

Contratos temporales que no encuentran justificación en ningún elemento productivo, interinidades injustificadas. Muchas trabajamos en régimen de contrato a tiempo parcial, porque a la empresa externa le interesa que no salga a cuenta sentirnos a gusto con nuestro puesto de trabajo.

Llevamos un teléfono de servicio encima que sirve para no respetar los tiempos de descanso de las trabajadoras. Este teléfono puede sonar a cualquier hora del día indicándote que debes ir a cubrir un servicio. Es como si tuviésemos que estar de guardia 24h. Sin derecho a desconexión digital, personal, ni funcional.

El salario medio de estas trabajadoras ronda los 500-600 euros
 

El salario que nos pagan es casi el mínimo interprofesional, y además son pocas trabajadoras las que lo perciben, porque casi todas están con bases horarias parciales. Así que el salario podría rondar los 500 o 600 euros. Este aspecto es muy llamativo, porque los ayuntamientos pagan a estas empresas 20 euros por hora de servicio. Por contra, las empresas externas racanean hasta el pago de desplazamientos entre servicios, que en realidad están obligadas a pagar, sustrayéndoselo al usuario, o a la trabajadora de su tiempo.

No existe posibilidad de verdadera conciliación familiar, porque cada semana tus horarios van variando al antojo de la coordinadora y usuarios. Puede sonar tu teléfono de servicio en cualquier momento alterando por completo tus planes personales semanales.

A todo eso se añade que vuestro colectivo ha sido uno de los que ha estado en primera línea en la crisis de la COVID ¿Cómo es el día a día en el trabajo en plena pandemia?

Nuestro colectivo ha estado en primerísima línea de COVID. Piensa que vamos de domicilio a domicilio cuidando de las personas que necesitan asistencia sociosanitaria. Los ayuntamientos, no solo incurren en cesión ilegal de trabajadoras, también incurren en el incumplimiento del deber de organizar y tutelar la salud pública.

Te llaman y te informan de que debes ir a asistir a una persona con COVID y no tienes mecanismos que aseguren tu seguridad

Estamos asistiendo a personas sin las medidas de prevención básicas, sin formaciones efectivas, con EPIS deficientes, etc., poniendo en riesgo nuestra vida, y la salud pública. En muchos casos nuestra seguridad se ve en colisión con el cumplimiento de nuestro trabajo.

Te llaman y te informan de que debes ir a asistir a una persona con COVID y no tienes mecanismos que aseguren tu seguridad. Naturalmente supone un riesgo que ninguna trabajadora debe asumir, por responsabilidad profesional. Aun así, somos personal que, por la naturaleza de nuestro trabajo, estamos expuestas indudablemente.

Sois trabajadoras ‘esenciales’. Muchas personas dependen de vosotras. ¿Qué situaciones sociales os estáis encontrando que se han podido agravar con la crisis?

En general hay nerviosismo y preocupación. Las patologías de los usuarios se han visto agravadas por la prioridad sanitaria de atender a enfermos de COVID. Aumento de las listas de espera en las operaciones programadas y en sus citas médicas.

A nivel de trabajadoras, más precariedad, ya que muchas de ellas han perdido los trabajos que ayudaban a complementar un sueldo o lo han perdido sus parejas. Incertidumbre y nerviosismo al estar expuestas a una pandemia sin la protección y la formación adecuada. 

Depresión por la pérdida de familiares, usuarios y compañeras afectadas por el COVID. Ansiedad, por la carga emocional y la falta de empatía por parte de las empresas y el abandono por parte de las administraciones. Excluidas de reconocimiento, como servicio esencial y sanitarias que somos. Mientras las sanitarias eran aplaudidas, las trabajadoras del SAD estábamos amenazadas por negarnos a trabajar sin los EPIS adecuados. 

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El vuestro es un sector profundamente feminizado, ¿os sentís por ello víctimas de una doble discriminación?

Está instalada en nuestra sociedad una extraña casualidad. Los sectores feminizados tienen salarios más bajos. Los cuidados son esenciales para una sociedad, y tenemos que cuidar con amor, no con ansiedad derivada de sobrecarga laboral. No podemos cuidar con miedo a ser despedidas, o con miedo a no llegar a fin de mes.

Nos sentimos hermanadas con Las Kellys, y con otros sectores feminizados que están defendiendo su importante papel en la sociedad

Nosotras pensamos que es hora de reivindicar una vida digna, es hora de que los trabajos feminizados sean dignos. Nos sentimos hermanadas con Las Kellys, y con otros sectores feminizados que están defendiendo su importante papel en la sociedad.

Pedimos a los familiares de las personas que cuidamos con tanto amor que el ciclo de cuidados sea bidireccional, que no vean solo el resultado, que aprecien el valor humano. En definitiva, que la psicología de la cuidadora se expanda y conquiste nuevos horizontes. En la raíz de la psicología de nuestro trabajo hay algo maravilloso, que debe aflorar en la mente de todos.

¿Cómo y por qué surge la idea de organizaros por vuestra cuenta, de crear un sindicato?

Esto es como todo; la mejor representación solo puede llevarla a cabo una misma. Tenemos una identidad propia, un saber hacer. Muchas hemos intentado otras fórmulas antes de auto representarnos, y desde el más profundo respeto a todas las opciones, un día llegamos a la consideración de que teníamos que tener la posición proactiva de crear un sindicato.

Vender los cuidados pervierte nuestros servicios públicos y maltrata a usuarios y trabajadoras

De este modo, nos hemos podido centrar en lo genuino: cuidar de las cuidadoras, y pedirle al ayuntamiento que nos regularice. Que deje de dilapidar el dinero de la dependencia, que no puede salir todo a concurso público, que los cuidados no se pueden vender. Vender los cuidados pervierte nuestros servicios públicos y maltrata a usuarios y trabajadoras.

Hacéis bandera de la defensa de los servicios públicos. ¿Qué exigís a las corporaciones locales?

Les decimos a los ayuntamientos y corporaciones locales que somos sus trabajadoras, las que cuidan de los vecinos que necesitan asistencia en su domicilio para poder llevar una vida digna. Que deben cuidar de las cuidadoras, que incurren en cesión ilegal, que cambien inmediatamente de actitud, rompan los contratos que les vinculan con el fraude; que asuman sus responsabilidades y con carácter inmediato regularicen a las trabajadoras del Servicio Público de Asistencia Domiciliaria. Decimos a los alcaldes y alcaldesas que hay cosas inherentes a la institución que presiden, cosas intransferibles, que no pueden ser llevadas a cabo por nadie más que el ayuntamiento.

SAD Foto Oriol Daviu
Trabajadoras del SAD. (Foto cedida por Oriol Daviu).

¿Cuáles son vuestros objetivos, hasta donde estáis dispuestas a llegar?

Nuestro objetivo es defender a las cuidadoras y no vamos a cesar nuestro empeño. Recorreremos todos los rincones y levantaremos todas las alfombras. Pedimos a las trabajadoras que adopten una posición proactiva en la defensa de sus derechos, que juntas vamos a cambiar el actual modelo. Pretendemos que los ayuntamientos se hagan cargo de sus responsabilidades con las trabajadoras, y las cuidadoras puedan llevar una vida digna. Vamos a luchar por un cambio de paradigma laboral, ensalzar la justicia laboral, cambiar conciencias, vamos a promover la solidaridad, poner en valor los cuidados.

Pedimos a las trabajadoras que adopten una posición proactiva en la defensa de sus derechos, que juntas vamos a cambiar el actual modelo

Tenemos como objetivo la contratación directa de los ayuntamientos, y pretendemos erradicar la cesión ilegal de todos los municipios, acabar con la malversación del caudal público que supone la contratación de empresas con ánimo de lucro para gestionar un servicio público.

Todo ello sin aportaciones de carácter privado, ni de subvenciones. Estamos autogestionadas, sin horas sindicales ni delegadas liberadas que pueda llevar a tener privilegios que a las demás compañeras se les ha denegado por el diseño vertical implantado en los sindicatos actuales. Hemos nacido para representar el sentir de las cuidadoras y acudiremos al auxilio de cualquier compañera que nos necesite. Una para todas y todas para una. 

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