viernes. 29.03.2024

Abdessalem Triki, pescador

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"Varias veces me he visto obligado a saltar al agua para rescatar a personas en apuros, dejando mi barca atrás. Sé que esto me pone en un gran riesgo, pero no puedo dejar que alguien se ahogue frente a mí y no hacer nada. Normalmente los llevamos a nuestras barcas y cuidamos de ellos. A veces están en muy mal estado físico, así que les damos comida o cocinamos algo caliente. Perdemos dinero y jornadas de trabajo, pero tenemos que hacerlo".


Nourdin Achourmtent, pescador de Zarzis

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“Hace unos cinco años, doce cadáveres fueron arrastrados por la corriente hacia la costa. Aquellos fueron los primeros; los encontramos y los enterramos. Desde entonces, cada vez estamos viendo más refugiados y gente muerta en el mar. Hemos llegado incluso a encontrar cadáveres en nuestras redes de pesca. Enterramos a la gente de la mejor manera que podemos. Somos conscientes de que el problema viene desde Libia, ya que es de ahí de donde salen esos barcos con más de 700 refugiados a bordo. Cada vez que nos encontramos con uno, hacemos lo que podemos, pero no podemos sacar a todos del agua. Pedimos ayuda y dividimos a la gente entre los diferentes botes pesqueros que se encuentren trabajando cerca del lugar.

Ya no podemos trabajar como lo hacíamos antes. Ahora tenemos muchos problemas cuando salimos al mar, pero tenemos que enfrentarnos a estas dificultades como sea y tratar de ayudar a estas personas".


Slah Blehbiskis, buzo

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“Soy buceador, me sumerjo hasta a 20 o 50 metros de profundidad. Comencé a encontrar cadáveres bajo el mar hace ya bastante tiempo. Cuando un bote de refugiados se hunde, los pescadores me avisan y yo voy a ayudarles a recuperar los cadáveres que se encuentran bajo el agua. Llevamos los cuerpos al puerto y le pedimos a los policías y los bomberos que se hagan cargo de ellos. Desde hace cuatro o cinco años la situación se ha puesto cada vez peor. Cada vez hay más gente que sale de Libia e intenta cruzar el mar”.

CURSO DE RESCATES DE MÉDICOS SIN FRONTERAS

MSF facilita formación a pescadores tunecinos sobre operaciones de salvamento en el mar

Médicos Sin Fronteras (MSF) ha llevado a cabo una formación de seis días con 116 pescadores tunecinos en la ciudad de Zarzis, en Túnez.

El objetivo de esta instrucción es incrementar la capacidad y los conocimientos de los pescadores locales para realizar rescates. MSF también está facilitando capacitación a miembros de la Media Luna Roja en Libia y Túnez, del Servicio de Protección Civil Tunecino y de la Guardia Nacional Tunecina sobre la recepción de las personas rescatadas y su traslado a la costa así como sobre el manejo adecuado de los cadáveres.

El pasado 27 de agosto, 200 personas perdieron la vida cuando un bote de madera volcó frente a las costas de Zuwara, Libia. La Media Luna Roja Libia, que escasos días antes había recibido formación por parte de MSF sobre el tratamiento de cadáveres, se hizo cargo de los cuerpos mientras que MSF facilitaba material para el control de infecciones.

Una segunda embarcación, con 130 personas a bordo, fue rescatada el 30 de agosto por pescadores tunecinos que también habían recibido entrenamiento a cargo de MSF para realizar operaciones de rescate. Las 130 personas rescatadas fueron trasladadas por los pescadores a la localidad de Zarzis donde MSF les brindó atención médica.

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“Realizar una acción de salvamento de un bote que se hunde y está totalmente lleno de personas desesperadas que no pueden nadar conlleva una gran cantidad de riesgos, es una operación peligrosa”, dice Wiet Vandormael, coordinador de formación de MSF. “Los cuerpos de las desdichadas personas que han fallecido en el mar deben ser atendidos con dignidad y sin poner en peligro la salud de quienes intervienen en la acción. A través del intercambio de experiencias entre MSF y los ciudadanos tunecinos y libios involucrados, estamos incrementando la capacidad para ayudar a la gente en peligro y manejar las desastrosas consecuencias de los naufragios. Me siento realmente conmovido por la motivación de los pescadores y su reacción ante las difíciles situaciones a las que se están enfrentando.”

La ruta del Mediterráneo central es la más peligrosa y se ha cobrado la vida de 2.535 personas

Durante años, los pescadores tunecinos se han encontrado con botes de migrantes y refugiados en situaciones de peligro y han salvado vidas rescatándolos y subiéndolos a sus barcos de pesca. La mayoría de los marineros capacitados por MSF son pescadores que navegan en pequeñas embarcaciones con una tripulación igualmente reducida. No obstante, también han asistido a las formaciones pescadores que trabajan en naves más grandes, de unos 40 metros de largo, y en las que pasan varios días en alta mar.

El entrenamiento ha familiarizado a los pescadores con todos los pasos que son necesarios seguir en una operación de rescate. Así, entre otros aspectos, se les ha enseñado cómo comunicarse con la gente que viaja en estas embarcaciones y cómo contactar con Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo de Roma para pedir ayuda adicional. También se les ha facilitado capacitación sobre el uso de equipamiento adecuado de rescate y seguridad como chalecos salvavidas, ropa y materiales protectores; además, han sido instruidos en cómo realizar un manejo seguro de cadáveres y prevenir el contacto con líquidos corporales.

La costa de Libia se ha convertido en la principal vía para el tráfico de personas que tratan de cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa. Cada día es más habitual que los pescadores tropiecen con embarcaciones, embarcaciones que son cada vez más precarias y tienen mayor probabilidad de hundirse. Ante el creciente número de operaciones de tráfico de personas en Libia, los pescadores han explicado a MSF que evitan acercarse a las aguas de este país, pues temen que sus botes sean atacados y secuestrados por traficantes de personas.

Se estima que más de 2.600 personas habrían fallecido tratando de alcanzar las costas de Europa. La ruta del Mediterráneo central es la más peligrosa y se ha cobrado la vida de 2.535 personas según estimaciones de la Organización Internacional de las Migraciones.

“Hemos llegado a encontrar cadáveres en nuestras redes de pesca”