jueves. 28.03.2024
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Silicon Valley vuelve a estar de moda. Una serie documental reciente de dos capítulos emitida por una cadena privada de televisión española ha puesto en primer plano la vitalidad y pujanza de las empresas transnacionales disruptoras creadas en los últimos años en esa zona de la costa oeste estadounidense. Los fenómenos de Uber, airbnb, Google, Facebook, y otros que inciden en nuestro presente son analizados de forma crítica sin obviar algunas consecuencias dramáticas que su comportamiento está suponiendo en algunas zonas del mundo como la India o en sectores de actividad tradicionales como el taxi o la prensa.

El segundo capítulo de dicha serie está dedicado casi en exclusiva a la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses y al papel jugado por el análisis de la personalidad de los votantes a través de su uso de las redes sociales, especialmente Facebook. Visto con ojos críticos podría pensarse que es un programa puramente publicitario de la empresa que dirigió y aportó la información esencial para organizar la campaña triunfadora, Cambridge Analytica,  que curiosamente no está en Silicon Valley, sino en Londres.

El guión del programa está basado en un libro publicado por Deborah Perry Piscione llamado precisamente “Los secretos de Silicon Valley” y en el artículo publicado originalmente en el portal Scout, una plataforma que explora y anticipa el futuro que nos espera, escrito por Berit Anderson y Brett Horvath titulado “El ascenso de la máquina de armas propagandísticas de inteligencia artificial” y traducido al castellano por Elena Pérez Lagüela en el número 138 de la revista de papeles de relaciones ecosociales y cambio global de la Fundación Hogar del empleado (FUHEM) 

El argumento fundamental de dicho artículo es que existe una nueva máquina de propaganda automatizada que impulsa la política global

Johathan Albright, profesor asistente y científico de datos en la Universidad de Elon, comenzó a investigar sitios de noticias falsas después de que Donald Trump fuera elegido presidente

A través de extensas investigaciones y entrevistas con Albright y otros expertos clave en este campo, incluyendo a Samuel Woolley, Jefe de Investigación en el Proyecto de Propaganda Computacional de la Universidad de Oxford, y Martin Moore, Director del Centro de Estudios de Medios, Comunicación y Poder en Kings College, se hizo evidente que este fenómeno era mucho más que unas pocas noticias falsas. Era una pieza de un rompecabezas mucho más grande y oscuro: una maquinaria de armas propagandísticas de inteligencia artificial que se utilizaba para manipular nuestras opiniones y nuestro comportamiento con el fin de  avanzar en agendas políticas específicas.

Al aprovechar la manipulación emocional automatizada junto con enjambres de bots, publicaciones oscuras de Facebook, pruebas A / B y redes de noticias falsas, una compañía llamada Cambridge Analytica activó una máquina invisible que aprovecha las personalidades de los votantes individuales para crear grandes cambios en la opinión pública.

Muchas de estas tecnologías se han usado individualmente antes de algún efecto, pero juntas conforman una máquina de manipulación de votantes casi impenetrable que se está convirtiendo rápidamente en el nuevo factor decisivo en las elecciones en todo el mundo.

Cambridge Analytica ayudó a elegir al presidente de EE. UU., Donald Trump, aseguró la victoria para la campaña Brexit Leave y lideró la campaña de Ted Cruz en 2016, guiándolo a un primer plano  del Partido Republicano de Estados Unidos.

La compañía es propiedad y está controlada por intereses conservadores y “la  derecha alternativa” que también están profundamente entrelazados en la administración de Trump. La familia Mercer es propietaria principal de Cambridge Analytica y uno de los principales donantes de Trump. Steve Bannon, además de actuar como estratega jefe de Trump y miembro del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, es miembro de la junta de Cambridge Analytica. Hasta hace poco, el CTO de Analytica era el CTO en funciones en la Convención Nacional Republicana.

Presumiblemente debido a sus alianzas, Analytica se ha negado a trabajar en cualquier  campaña demócrata, , al menos en los Estados Unidos. Sin embargo, está en conversaciones para ayudar a Trump a manejar la opinión pública sobre sus políticas presidenciales y expandir las ventas para la Organización Trump. Cambridge Analytica ahora se está expandiendo agresivamente en los mercados comerciales de EE. UU. Y también se está reuniendo con partidos y gobiernos de derecha en Europa, Asia y América Latina.

Cambridge Analytica no es la única compañía que podría llevarlo a cabo, pero ahora es la más poderosa. Comprender Cambridge Analytica y su máquina de propaganda es esencial para cualquier persona que quiera comprender el poder político moderno, construir un movimiento o evitar ser manipulado. La máquina de propaganda que representa se ha convertido en el nuevo requisito para el éxito político en un mundo de polarización, aislamiento, noticias falsas y publicaciones oscuras.

Donald Trump, Cambridge Analytica, Facebook y Silicon Valley