viernes. 29.03.2024
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El conocimiento no es suficiente, debemos aplicarlo. Estar dispuestos no es suficiente, debemos hacerlo
(Goethe)


Por Juan Luis Fleitas | El 16 y 17 de mayo de 2003, se reunía un Comité mundial de expertos a petición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a raíz de la primera Pandemia debida a un Beta Coronavirus productor, al igual que el agente causal de la COVID19, de un Síndrome Respiratorio Severo Agudo o SARS (abreviatura de este síndrome en inglés). Dicho informe titulado “Consensus document on the epidemiology of severe acute respiratory syndrome (SARS)”, publicado en 2003, conjuntamente con los posteriores estudios sobre el MERS (o Síndrome Respiratorio Severo de Oriente Medio) son parte del conocimiento previo a esta Pandemia, los hallazgos científicos que alertaban sobre este tipo de enfermedades zoonóticas o transmitidas por animales a las poblaciones humanas y que son la antesala a la situación que vivimos en 2020.

En efecto, esta situación no es nueva. Entre 2002 y 2003 ya este tipo de Coronavirus mostraron al mundo de que eran capaces. Dicho brote surgió también en el Sudeste de China (concretamente en la Provincia de Guang-dong) y no pasó desapercibido para la Comunidad Científica Internacional. Son muchos los expertos que desde entonces hasta ahora han advertido sobre los peligros de este tipo de enfermedades emergentes. Mucho de lo que se ha hecho y pronosticado sobre el comportamiento de la COVID19 ya estaba reflejado en este magnífico trabajo científico que citaba en el párrafo anterior, elaborado a petición de la OMS.

Prudencia en nuestros hábitos sociales y de higiene, más estudios epidemiológicos serios, en los que no prime la venta de pruebas diagnósticas, sino el uso racional y eficiente de las mismas en bien del interés general, no particular

Se tenía un conocimiento importante sobre el papel que jugaban en la propagación del SARS sus reservorios animales, las grandes aglomeraciones de personas, los hoteles, el riesgo que corrían los sanitarios así como la importancia de los hospitales y el cuidado de enfermos en la propagación de la enfermedad, los mecanismos de transmisión del agente causal que, a razón de las datos existentes hasta ahora, contaba con una tasa de mortalidad entre los afectados mayor que la del agente causal de la COVID19 (que es la evolución actual de aquel virus), las precauciones y medidas que se debían de adoptar para controlar el brote epidémico en las zonas afectadas, la capacidad de propagación y mecanismos de transmisión del virus (probablemente incrementados en esta nueva versión), así como la importancia de las patologías previas en los pacientes de cara a la gravedad de sus síntomas.

Por estudiarse, se estudió hasta el papel que jugó el transporte aéreo en la propagación de dicha pandemia y se cifró la tasa de probables viajeros con síntomas de la enfermedad y, por tanto, propagadores de la misma durante el vuelo y en sus destinos. Dicha tasa se sitúo en 6,5 pasajeros sintomáticos por millón de viajeros (según datos aportados en su día por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo).

Por cierto, según datos publicados en la página oficial de Hoteltur, el tráfico internacional de pasajeros que se desplazaron en avión aumentó de 2016 a 2017 en un 8,4 % y el número de pasajeros en vuelos internacionales que se concentraron entre los 20 principales aeropuertos en operaciones internacionales del mundo asciende a 1.005,27 millones de pasajeros por año. El tráfico internacional de pasajeros se está inclinando claramente hacia el Este, con aeropuertos como el de Dubai que mueve a cerca de 88 millones de pasajeros en vuelos internacionales al año, o China, que cuenta con 10 aeropuertos internacionales con más de 20 millones de pasajeros, o India, en pleno crecimiento y apuntando maneras para convertirse en el tercer país con más tráfico aéreo internacional después de Estados Unidos y China. Según palabras textuales de la citada fuente, “el apetito aéreo chino tiene el potencial de agregar 3.000 millones de pasajeros adicionales para 2040, el 21% del crecimiento del tráfico mundial de pasajeros proyectado para ese año”. Europa incrementó su cifra de tráfico aéreo internacional en 2017 en un 8,5 % (el mayor crecimiento en 13 años), con 8 aeropuertos en el Top 20 mundial de tráfico internacional, 2 de ellos españoles (Barajas y el Prat, con 38,48 y 34,53 millones de pasajeros de vuelos internacionales, respectivamente).

Del transporte marítimo solo 3 apuntes: portaviones Charles de Gaulle (1081 casos); crucero Diamonds Princess (712 casos); super portaviones Theodore Roosvelt (655 casos). Wikipedia incluye a estos navíos entre los territorios afectados por la COVID19 y no están los últimos de la tabla.

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Pero vayamos al origen. ¿Qué ha pasado en China para que en los años 2002-2003 se registrara un brote de SARS que originó una pandemia y que ha evolucionado hasta nuestros días para causar la crisis sanitaria mundial que ha supuesto la COVID 19? Como dijera Einstein en su día: Dios no juega a los dados.

Hay una serie de hechos que han pasado a un segundo plano en estos días de tanta información, me refiero al origen de la nueva cepa. Todo tiene un origen queridos lectores y hoy día, gracias a las nuevas técnicas de diagnóstico molecular podemos establecer o aproximarnos al origen de los seres vivos estudiando su material genético. Mucho se ha especulado sobre el origen de esta nueva cepa. Que si ha habido un acto de bioterrorismo, que si lo han hecho los americanos, que si lo hicieron los chinos. Créanme cuando les digo que hay datos científicos de relevancia que nos hablan de realidades que poco tienen que ver con el bioterrorismo y si con otras vergüenzas. Pues bien, vamos a ello. Prometo no aburrirlos con nombres científicos complicados.

Brote de SARS de 2002-2003, ¿cuál fue su origen? Los análisis del material genético del Coronavirus que causó dicha pandemia, originada en el Sudeste de China, confirmaron que estaba, evolutivamente hablando, muy cercano a los coronavirus presentes en poblaciones salvajes de murciélagos. Pero había una especie salvaje criada en cautividad, que en aquellos años y muy probablemente hoy día, sigue haciendo de nexo entre el ciclo silvestre y el doméstico de este tipo de Coronavirus. Dicha especie animal era la civeta de las palmeras. Y es aquí cuando empiezo a hablar de las vergüenzas y del mirar para otro lado.

Deberíamos prestar más atención a los felinos que a los caninos. No nos olvidemos que en Canarias hay murciélagos, simios y primates censados y que, los hurones y los humanos compartimos procesos gripales y según estudios recientes, podríamos también compartir la COVID19

Las Civetas, parientes evolutivos más cercanos a los gatos y a las ginetas de lo que pudiera parecer, son utilizadas para hacer el café más caro del mundo, el Kopi Luwak. Este café se fabrica a partir de los granos de este vegetal mal digeridos y expulsados en las heces por las Civetas. La producción de este tipo de café comenzó siendo una actividad artesanal que persiste hoy día y que consiste en la recolección de estos granos a partir de las heces de civetas salvajes que comparten territorio y ambiente con distintas especies de murciélagos, lo cual pone en riesgo inminente de contagio a los recolectores de esta materia prima. Pero la cosa, como siempre, se complica cuando hay fuertes cantidades de dinero por medio y en la actualidad hay criadores de estos animales que utilizan jaulas que no respetan para nada los estándares de bienestar animal que nos hemos propuesto en Europa y de los que pretendemos ser garantes.

¿Pero y en China?, ¿qué ocurrió en 2002-2003 para que las autoridades sanitarias de este país se plantearan después de la pandemia decretar determinados cambios en los peligrosos hábitos alimentarios de sus ciudadanos? Los habitantes de la Provincia de Guang-dong son conocidos entre sus compatriotas por comer de todo y lo dejo ahí. La carne de Civeta es un manjar muy solicitado. Estos animales se venden vivos en los mercados. El resto es fácil de imaginar. Lo que no es tan fácil de imaginar es que, tras haberse confirmado y comunicado por parte de la OMS que el origen de la Pandemia de 2002-2003 estaba vinculado a la comercialización de las civetas y su uso culinario, pandemia que afectó a más de 8000 personas en unos 30 países y que causó más de 800 muertes, Europa-Press publicara en Beijing, el 14 de febrero de 2007 la noticia titulada “China.- Restaurantes chinos vuelven a incluir carne de civeta en su menú pese al riesgo probado de contagiar el SARS”. Por cierto, en aquella pandemia la Comunidad Internacional también acusó a China de ocultar el número real de casos y de víctimas mortales.

Creo que nos merecemos una democracia mejor y situaciones como esta crisis pueden convertirse en oportunidades para que mejoremos como individuos y como sociedad

Noviembre del año 2019. Aparición de primeros casos aislados en China de la COVID 19. ¿Les suena la analogía ahora con la pandemia de SARS de 2002-2003? Pero si es que el Coronavirus que produce la COVID 19 es prácticamente una copia del que produjo el brote en el año 2002-2003. No lo digo yo, lo dicen los análisis realizados. Es cierto que ha evolucionado algo, pero como prácticamente la totalidad de todos los Beta Coronavirus. De hecho, el Coronavirus que produce la COVID 19 puede que sea menos mortal y un poco más transmisible. O esa es mi percepción con los datos oficiales actuales. Ahora parece ser que el hospedador animal que actúa de intermediario entre los murciélagos y las poblaciones humanas son los pangolines. Otro manjar para la ciudadanía china que además tiene la desgracia de tener ciertas propiedades curativas. Especie salvaje en peligro de extinción y cazada furtivamente.

Llegados a este punto me gustaría llamarlos a la reflexión haciendo las siguientes preguntas: ¿el origen de esta pandemia está en un ataque bioterrorista o en determinados gustos culinarios?, ¿no se tenía conocimiento previo de este tipo de cuestiones que sin duda están detrás de la aparición de esta pandemia?, ¿por qué la OMS fue tan permisiva en esta ocasión teniendo los conocimientos generados en 2003, acaso han existido otros brotes de SARS en China que no han ido más allá de las fronteras de dicho país y por ello no se le dio mayor importancia?, ¿son idiotas los que trabajan en los servicios de Inteligencia de las distintas naciones democráticas más avanzadas (entre ellas la nuestra) y muy listos los que trabajan en los servicios de Inteligencia de China?, ¿por qué el origen de esta pandemia se situó originalmente en un mercado que se clausuró inmediatamente y luego se ha tratado de desvincular al mercado del origen del brote?, ¿por qué debemos de fiarnos de las autoridades chinas cuando ya la Comunidad Internacional dudaba en 2003 de la fiabilidad de sus datos oficiales y cuando China ha vuelto a permitir la comercialización de animales vivos que ponen en peligro la salud mundial?.

¿Será que todo esto se permite porque China produce aproximadamente el 20 % de todo lo que se fabrica en el planeta, además de ser un destino turístico de primer nivel y que, una gran parte de dicha producción se lleva a cabo gracias a la inversión en el país de empresas fundadas en países democráticos a las que les importa muy poco o nada el cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en China, a las que no les importa la contaminación ambiental a la que es sometida la población de este país, la cual predispone a sus ciudadanos y con mucha probabilidad, a su fauna salvaje, a estar más predispuestos a sufrir patologías respiratorias? ¿Hasta que punto los gobiernos democráticos pueden hacer frente a estas realidades socioeconómicas, al poder sin fronteras de empresas de calado internacional que esconden estas y otras muchas realidades tras una cuenta de resultados brillante, detrás de unas cuantas obras de caridad mal entendida y carente de toda virtud en su aplicación?

Queridos lectores, no todo son malas noticias. En el informe de la OMS sobre la pandemia de SARS de 2002-2003 se expuso la curva epidémica y en dicha curva se puede apreciar la clara tendencia estacional de la enfermedad. En aquella ocasión, la presencia de casos empezó a disminuir a partir de finales de abril de 2003. Este hecho se vuelve a constatar para la COVID 19 con modelos matemáticos con datos actualizados, con lo cual, y siempre llamando a la prudencia, tendremos un verano, al menos en el hemisferio norte, con cierta vuelta a algo más parecido a la normalidad, especialmente en Canarias y gracias, en gran medida, a la labor del Servicio de Epidemiología y Prevención del Servicio Canario de Salud. Aprovecho la ocasión para mostrarles mi más profundo agradecimiento y respeto.

Eso sí, el Coronavirus ya está aquí. Tendremos que estar vigilantes no solo con la población humana, también con sus reservorios animales potenciales. En este sentido, decirles que, en mi opinión, deberíamos prestar más atención a los felinos (tanto domésticos como asilvestrados) que a los caninos. No nos olvidemos que en Canarias hay murciélagos, simios y primates censados y que, los hurones y los humanos compartimos procesos gripales y según estudios recientes, podríamos también compartir la COVID 19. Los hurones se han convertido en animales de compañía además de su conocido uso cinegético. En Estados Unidos ya son el tercer animal de compañía más frecuente. Mejores estudios y prácticas de calidad ambiental, así como en el ámbito de la seguridad alimentaria, entiendo que serán necesarios. Menos aplausos y más medios para la sanidad, para el personal sanitario (los veterinarios también somos sanitarios y hay compañeros con altos grados de exposición a esta enfermedad) y para el personal no sanitario de los hospitales que también son personas que cuentan con un grado alto de exposición al virus.

Por tanto, prudencia en nuestros hábitos sociales y de higiene, más estudios epidemiológicos serios, en los que no prime la venta de pruebas diagnósticas, sino el uso racional y eficiente de las mismas en bien del interés general, no particular. Por último y por favor, menos riñas parlamentarias que rocen la necedad. Creo que nos merecemos una democracia mejor y situaciones como esta crisis pueden convertirse en oportunidades para que mejoremos como individuos y como sociedad.

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