viernes. 29.03.2024
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La juventud está siendo, y será, el colectivo más afectado por la pandemia tanto a nivel emocional como económico. A esta conclusión ha llegado el estudio, Encuesta sobre límpacte de la COVID-19: principals resultats referents a la población jove elaborado por el Centre dÉstudis Dópinió de la Generalitat de Catalunya. En la muestra, de la población total, 705 participantes tenían entre 16 y 24 años y 1667 entre 25 y 34 años.

Casi la mitad de los jóvenes en esta encuesta consideran que su situación ha empeorado tanto a nivel económico como laboral por esta pandemia, especialmente en la franja de 25 a 34 años. Más de la mitad de los jóvenes están preocupados por su futuro, en este caso se invierten los rangos de edad, están más preocupados los de la franja entre 16 y 24 años. También se ha visto afectado en los jóvenes la capacidad para tomar decisiones y resolver problemas, sobre todo a la franja inferior, ya que en esta edad es cuando más hay que decidir sobre su proyecto de vida y profesional.


Secuelas psicológicas de la pandemia en el personal sanitario


En el área neurocognitivo y psicológico el 53% de la muestra presenta problemas de concentración y el 49% manifiesta síntomas depresivos. El 58% de los jóvenes se han sentido más irritables a raíz de la pandemia y el 56% han presentado cambios de humor, siendo los peores resultados en la franja de 16 a 24 años con indicadores de ánimo negativos, como la tristeza, la angustia, el aburrimiento y la incertidumbre. Dos terceras partes presentan problemas de insomnio.

Compartir esta reflexión de Naguib Mafhuz: ”el miedo no evita la muerte. El miedo evita la vida”.

Hay factores de riesgo y de protección. Entre los factores de riesgo están ser jóvenes, solteros y sin pareja, en situación de desempleo, con problemas de salud mental previos, padecer enfermedades cardiopulmonares previas, presentar un diagnóstico o síntomas de COVID o familiares diagnosticados. Entre los factores de protección están ser mayor de 60 años, tener pareja e hijos a cargo, activo a nivel laboral, estudios superiores, buena posición económica y disponer de información fiable, pero no excesiva sobre la COVID 19.

También en el estudio aparecen datos como que las mujeres presentan más alteraciones del estado de ánimo, mientras que los hombres presentan más ansiedad y estrés postraumático; por sectores laborales los profesionales del transporte y los cuerpos de seguridad son los que manifiestan peor estado de ánimo, ansiedad y estrés postraumático. El sector de la comunicación presenta más síntomas de tipo somático. La posible explicación sería que el primer sector está más en contacto con la realidad de la pandemia y el segundo más con la información, y sobre todo con la sobre información. 


Análisis socioepidemiológico de la pandemia Covid19 en el continente africano


Hay una serie de recomendaciones generales de expertos para afrontar esta situación de la población juvenil frente al COVID 19: Aceptar la ansiedad como algo normal en estas circunstancias de pandemia. Lo esperable es estar preocupado por el COVID 19, la ansiedad nos alerta del peligro y por ello estamos más pendientes de cumplir con las recomendaciones sanitarias. Además, debemos buscar formas de distracción, a ser posible aquellas que siempre se ha deseado y no se han podido hacer. También es útil conectarse con amigos por las redes u otros medios como videollamadas, pero con un horario reglado. Es bueno permitirse las emociones, como sentir tristeza y dejar que fluya hasta que al final se diluya. Es necesario pedir ayuda si por uno mismo no se sale del bucle negativo. Así mismo, se debe encontrar la forma de liberar la rabia, intentando, ahora más que nunca, no herir los sentimientos de los demás.

Por último, compartir esta reflexión de Naguib Mafhuz: ”el miedo no evita la muerte. El miedo evita la vida”.

Consecuencias psicosociales de la pandemia Covid19 en los jóvenes