martes. 16.04.2024

Dice el Banco de España que son las cantidades que los bancos te adeudan como contraprestación a los servicios que prestan.

Un poco más adelante dice que estos “honorarios” son libres. Es decir, que pueden cobrar, por esos servicios, lo que quieran.

Textualmente dice: “Las tarifas o precios de las comisiones bancarias son libres. El Banco de España no autoriza ni consiente, no puede denegar, ni limitar, el importe de las comisiones bancarias. Los bancos pueden poner el importe o precio que estimen oportuno”.

También dice que: “Cuando se modifiquen las condiciones que afectan a los contratos, deberán comunicar a los clientes afectados, con una antelación a su aplicación de al menos dos meses en los servicios de pago y un mes en el resto, si la duración del contrato rebasa tal plazo”.
Es todo un detalle, pero insuficiente para la labor que esperamos debe acometer el BANCO DE ESPAÑA.

Pero ¿podemos decidir si queremos que nos presten esos servicios? La respuesta es NO.

¿Es posible cobrar la pensión en efectivo directamente de la entidad pagadora? ¿Es posible pagar los recibos de los suministros básicos en la entidad que emite la factura?

TAMPOCO.

Entonces, ¿es lógico pagar por unos servicios que nosotros no tenemos la potestad de rechazar? Es la primera pregunta que nos hacemos. Y no solamente no es lógico pagar por ello, ni lógico que el Banco de España no controle esas comisiones (abusivas como vamos a poner en evidencia ahora), sino que estos gastos castiguen a las economías más precarias de la ciudadanía del reino.

Los bancos no quieren dinero estancado. No lo quieren porque el negocio ya no necesita tener para prestar. Ya sabemos que “el dinero es de mentira”. Se juega con billetes del Monopoly desde hace tiempo; pero no vamos a entrar en explicaciones economicistas, porque no es ni el momento ni el lugar para hacerlo.

Sigamos con las comisiones.

Un poco antes del “estallido” de la pandemia de la COVID-19, los bancos habían empezado a enviar a sus usuarios sendos correos informando de la subida de estas comisiones. Esta subida se ha ido demorando en el tiempo. Por poner un ejemplo antes de entrar en detalle:

A partir del pasado día 5 de noviembre el Banco Santander EXIGE (para no cobrar comisiones): cumplir con mayores requisitos que los requeridos hasta ese día. Para empezar, nómina, tres recibos y un producto financiero (un préstamo, una hipoteca o renting), o bien de ahorro (fondos de inversión, seguros, planes de pensiones), o de protección (un seguro de vida, de hogar, etc.).

Si hablamos de Caixabank (sí, esa por la que esta plataforma luchaba para que se convierta en la banca pública que todos los paisanos del reino necesitamos y que, no solamente no se transforma en “la banca de todos” sino que termina fusionándose con Bankia -banco que es, por el rescate, parte de todos nosotros), los requisitos, para que no te cobren comisiones, que entran en vigor ya, son, para los clientes más “fieles”

A partir de ahora, los usuarios menos vinculados con la entidad deberán abonar hasta 240 euros al año en concepto de mantenimiento de sus cuentas corrientes, divididos en 60 euros por trimestre.

Para ser considerado como cliente "fiel" y, por tanto, evitar pagar las comisiones, el cliente deberá tener domiciliada una nómina superior a 600 euros mensuales o pensión superior a 300 euros (o bien, mantener una posición de más de 20.000 euros en fondos de inversión o productos similares). Además, también deberá tener, al menos, tres recibos domiciliados… Hay otros requisitos que rebajan el importe de las comisiones. Por ejemplo, mantener la tarjeta de débito te costará 36 euros al año.

Incluso la banca que casi todos conocemos por su gratuidad (ING) pasa a cobrar, por mantenimiento de cuenta, si no tienes domiciliada en ella un ingreso, procedente de otro banco, de, al menos, 700 euros.

En A Banca necesitas ser cliente premium para que sea gratuito el mantenimiento de la cuenta y la tarjeta de débito. Para ser clasificado como cliente premium necesitas (así reza en su web):

  • "Has realizado con una tarjeta de crédito al menos 2000 € en compras en los últimos 12 meses (No es fácil que un pensionista maneje tarjeta de crédito. Son más de usar una de débito. Lo que no harán, al menos la mayoría, es controlar lo de los 2000 euros anuales).
  • Has realizado con una tarjeta de crédito al menos 1200 € en compras en los últimos 12 meses y tener contratado un seguro mediado por ABANCA. (Lo de los 1200 euros en compras durante un año no es complicado, pero tener, a la vez, un seguro contratado con A Banca ya es más difícil, sobre todo si no tienes nada para asegurar o, simplemente, no te convence ese seguro).
  • Tienes un saldo medio mensual en productos de ahorro de al menos 30.000 € atribuidos a cada titular. (Por tanto, un matrimonio de pensionistas necesita tener ahorrados 60.000 euros entre ambos para hacer valer esta opción).
  • Tienes un saldo medio mensual en fondos de inversión, valores, seguros de ahorro o planes de pensiones de al menos 8000 € atribuidos a cada titular. (Igual que en la condición anterior, para un matrimonio serán necesarios 16000 euros apalancados en un plan de pensiones que, si ya están jubilados, estarán disponiendo de él, así que ya no cuenta tampoco).
  • Tienes dos seguros mediados por ABANCA (Y ¿si no tienen qué asegurar, o no quieren hacerlo con ABANCA?).

Podríamos seguir analizando más entidades, pero todas están en la misma línea. Lo que es evidente, y no hay más que ver su publicidad, que todas se dirigen hacia la BANCA DIGITAL.

Ya pocos mantienen la consabida “cartilla”. Si quieres saber qué tienes, qué cobrar, qué sacas… terminas pasando por la oficina y, si el empleado de turno tiene a bien imprimirte un extracto, puedes comprobar si te pagaron la pensión o si el recibo de la luz se ha cargado ya. Eso o tienes que optar por recurrir a los hijos para que, mediante acceso a internet, te ayuden a controlar tus finanzas, cuando antes lo hacías sin ninguna ayuda.

¿Cuántos hijos han acompañado a sus padres a la oficina bancaria para que les expliquen donde está su dinero?, ¿por qué les están cobrando unos gastos que ellos no han generado? ¿Por qué se da esta situación?

Pero ¡si hasta cobrarán (los que no lo hacen ya) por retiradas de efectivo en ventanilla!

Denunciamos un flagrante desprecio a la generación que ha trabajado y ha prescindido de comodidades para que sus hijos y nietos hayan tenido la oportunidad de alcanzar niveles educativos y económicos a los que ellos no llegaron. Artífices, también, del cambio político y social de los que somos beneficiarios directos (otra cosa es que no sepamos defenderlo y/o mejorarlo).

¿O prefieren que exijan, todos los pensionistas, que se les pague EN EFECTIVO el importe de las pensiones todos los meses?

Hablando con muchos usuarios de banca y de una edad superior a los 65 años, la mayoría coinciden en preferir esta última opción. No les asusta manejar su dinero en efectivo. Es algo que han hecho toda su vida. Ellos, al menos la mayoría, no van a adaptarse a las “modernidades” que les imponen las entidades financieras. No van a hacerlo porque no procede. Lo que si procede es que esas entidades les respeten como lo que son: nuestros mayores que se han ganado un respeto.

No se equivoquen que, como decía uno de los símbolos de la lucha de los pensionistas (Paquita, descansa donde quiera que hayas ido): “Somos mayores, pero no gilipollas”.

¿Comisiones bancarias?