jueves. 28.03.2024
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Foto: Analítica

Existe una enorme diferencia entre la sanidad pública, cuyo objetivo es la salud, y la sanidad privada, cuyo objetivo es la enfermedad

El pasado día15 de febrero se celebró el día mundial contra el cáncer infantil. Nadie se opuso a semejante evento, ya que cada año se diagnostican en España 1400 dolorosos casos de cáncer en niños menores de 14 años.

Las peticiones para incrementar los fondos de la investigación centraron las declaraciones del día del cáncer infantil, incluso con la solicitud de una nueva casilla en la declaración de la renta para este fin. Sin embargo, un SNS público debe tener un sistema de financiación público y finalista, tanto para la asistencia como para la docencia e investigación. Depender de las donaciones privadas o del número de personas que marquen determinada casilla condicionaría aún más la continuidad y la autonomía de la investigación biomédica.

Por otra parte, según la OMS, el sobrepeso, la ingesta reducida de frutas y verduras, la falta de actividad física, y el consumo de tabaco y de alcohol son responsables de la tercera parte de todas las muertes por cáncer. Además este organismo internacional reconoce que tanto el humo de los tubos de escape de los motores Diesel como la exposición a las radiaciones ionizantes causan cáncer en humanos.

Si esto ocurre en los adultos de hoy, expuestos desde edades más tardías a la comida basura y a niveles elevados de contaminación y radiación, nadie sabe que podrá ocurrir con nuestros hijos en el futuro.

Es necesaria una buena dosis de voluntad política para combatir el cáncer infantil. Se trata de disminuir la pobreza y mejorar la alimentación y los hábitos de vida de los niños (aunque suponga enfrentarse a la industria alimentaria). Ampliar la ley antitabaco (aunque suponga disminuir los beneficios de la industria tabaquera). Reducir las emisiones de los vehículos a motor e incrementar el transporte público y la peatonalización (aunque suponga mermar los beneficios de la industria automovilística y energética), y controlar las dosis de radiación y evitar los estudios innecesarios de TAC y PET-TAC (aunque con ello disminuyan los beneficios de la industria tecnológica).

Pero grandes multinacionales y empresas privadas patrocinan las asociaciones científicas, las asociaciones de pacientes, la AECC, los institutos de investigación, los medios de comunicación y los organismos reguladores, y han infiltrado el SNS.  Su objetivo es la innovación tecnológica y la creación de nuevas y jugosas patentes, aunque sus resultados en salud estén en cuestión.

Con su marketing tratan de confundir a profesionales y pacientes.

La 1ª confusión intencionada pretende identificar la investigación con el desarrollo de nuevos fármacos y tecnologías para diagnosticar y tratar a los pacientes con cáncer, obviando la investigación epidemiológica, que trata de detectar las causas que provocan cáncer en las distintas áreas geográficas y grupos poblacionales. Esto da lugar a un grave desconocimiento de la situación del cáncer en España.

La 2ª confusión intencionada es identificar la prevención del cáncer con la realización de costosas y polémicas campañas de cribado poblacional, uno de los mayores negocios sanitarios emergentes, obviando la prevención primaria, que trata de combatir las causas que originan la enfermedad, lo que incrementa año a año la incidencia de esta enfermedad.

Para combatir el cáncer no es necesario colgarnos un lazo rosa, dedicarle varias fechas del calendario y tratar reiteradamente el tema en cada medio de comunicación de masas, con el fin de recordarnos día tras día la espada de Damocles que pende sobre nuestras cabezas. Es necesario combatir la pobreza y la obesidad infantil, eliminar las máquinas expendedoras de comida basura de centros educativos, organismos públicos y hospitales, y sustituirlas por los productos de nuestra dieta mediterránea, poner los medios para que nuestros hijos respiren un aire más puro, e implantar la cartilla dosimétrica para controlar las dosis de radiación impartida en los centros sanitarios públicos y privados, especialmente a la población infantil.

Existe una enorme diferencia entre la sanidad pública, cuyo objetivo es la salud, y la sanidad privada, cuyo objetivo es la enfermedad.

Solo una sanidad pública y una investigación pública potente e independiente de la industria nos permitirán detectar y combatir las causas del cáncer y proteger la salud de nuestros hijos.


Luisa Lores | Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública

Combatir el cáncer infantil