viernes. 29.03.2024
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Mario Colonel - Aurora Photos

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Allá por Julio de 2011, Arnaud Temme y tres amigos más estaban escalando la vía Rottalgrat, una dura ruta en la cara oeste del pico Jungfrau, en Suiza, cuando las rocas empezaron a llover sobre sus cabezas. Por suerte, Temme, un experimentado alpinista, y sus amigos salieron ilesos, nada más que con unas pequeñas magulladuras.

Aquella noche los alpinistas, ya al calor de la hoguera, repasaron todos sus movimientos a la par que comprobaban que su pequeña guía de montaña, la cual fue escrita hacía una década, les indicaba que ésta era una ruta libre de desprendimientos. "Sin embargo", comentó Temmer días después, "otra guía más reciente indicaba la alta probabilidad de desprendimientos en esta otrora segura ruta".

¿Cómo es posible dicha disparidad de afirmaciones entre dos guías de una misma ruta con únicamente una década de diferencia?

Esta pregunta nos la hacemos nosotros, pero también se la hizo Temme, a quien le sirvió de incentivo para enmarcarse en un complejo estudio de 3 años y así adentrarse en los efectos del cambio climático en el alpinismo y sus consecuencias para los que casi a diario lo practicamos. El resultado ha sido un recientemente publicado en la revista científica internacional Geografiska Annaler y no es nada esperanzador: ambos, cambio climático y aumento del peligro de desprendimientos, están altamente relacionados.

El aumento de las temperaturas en las montañas y que el hielo necesite una mayor altitud para formarse son los principales factores del peligro de desprendimientos, así como lo es el permafrost cambiante o la capa subterránea que ha permanecido congelada durante años y años y que cada vez se derrite a mayor velocidad y a altitudes más bajas, como ya indicó nuestro colaborador Ignacio Palomo en su artículo 7 claves sobre cambio climático y criosfera: glaciares, nieve y permafrost.

Según un artículo publicado en el Swiss Alpine Club, se derritió más permafrost en Suiza el año pasado que cualquier otro año desde que se tienen registros.

Este fenómento, como la migración de plantas a cotas superiores, es resultado del cambio climático, por lo que Temme cree que el peligro de desprendimientos seguirá en aumento.

"Va a empeorar", asegura Temme. "El hielo y la nieve se están derritiendo y las rocas están esperando a caerse. No veo un mecanismo que pueda detener esto y reducir los niveles de nuevo".

Temme descubrió que las guías empezaron a reseñar advertencias de desprendimiento en la década de los 60, siendo mucho más pronunciadas ya en los 90 y comienzos del siglo XXI. La mitad de las 63 rutas alpinas en el Oberland bernés, la región suiza que estudió, han cambiado a peor. "Se puede ver esa progresión fácilmente, siete de las 63 rutas han sido borradas de las guías, como si nunca hubieran existidos, básicamente porque son demasiado peligrosas."

Temme señala que muchas de las rutas que estudió no cambiaron significativamente con el tiempo. "No estoy abogando por dejar de escalar en la zona ni nada por el estilo", dice. Pero sí prevé que sería más útil un intercambio de información en tiempo real, como una manera de combatir el aumento del peligro de caída de rocas. "Va a ser mucho más poderoso en los próximos años", dice. "Tal vez incluso más poderoso que estas guías, que tal vez en el futuro sean menos relevantes".


 

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Cómo el cambio climático está haciendo el montañismo cada vez más peligroso