viernes. 29.03.2024

La segunda jornada de la huelga general de 48 horas ha sido la mayor movilización desde el retorno de la democracia en 1990. Fuentes de la CUT, Central Unitaria de Trabajadores, aseguran que más de 600.000 personas salieron a la calle este jueves. El gobierno no concedió más que 175.000 participantes e intentó minimizar el impacto y el seguimiento del paro. El presidente Piñera dedicó el día a recibir en el Palacio de la Moneda a distintos beneficiarios de programas sociales impulsados por su gobierno, para contraponer esa imagen con la movilización social.

Con la caída de la noche, y cuando ya oficialmente se había cerrado el paro, se reprodujeron los incidentes violentos, incluyendo disparos que causaron heridos. Especialmente graves fueron los sucesos en el barrio o población de La Pincoya, en la zona norte del gran Santiago. Antes de estos incidentes, que continuaron durante la madrugada, el gobierno informó de 210 detenidos y 26 carabineros heridos.

La huelga fue un paso más en la conformación de un movimiento de protesta compacto, iniciado hace tres meses por los estudiantes, pero al que ahora se suman los trabajadores y la oposición política. El papel de la Democracia Cristiana, sumándose a estas reivindicaciones, es especialmente significativo desde el punto de vista político. Si en los últimos meses el apoyo al gobierno ha descendido vertiginosamente en las encuestas, el escenario para Piñera es aún peor después de esta huelga. Las voces y opiniones pidiendo cambios constitucionales, incluyendo un nuevo sistema electoral, son cada vez más fuertes y mayoritarias.

“Algunos personeros se esmeran en creer que porque hace casi dos años ganaron las elecciones porque la gente estaba choreada (aburrida) con la Concertación, hoy tienen el mismo respaldo”, dijo Arturo Martínez, presidente de la CUT, que añadió: “no, señores de la derecha, ustedes en año y medio perdieron la votación, ustedes tienen un 26% y tienen que ser humildes frente al pueblo, a ese pueblo que salió hoy a la calle, no sean arrogantes y soberbios”.

En un significativo gesto político, la dirigente estudiantil Camila Vallejo, estuvo sentada a la derecha del presidente de la CUT, Arturo Martínez, haciendo el balance de las jornadas de huelga. No solo defendió la participación de los estudiantes en la protesta, sino que además dijo que es falsa la observación del gobierno de que los trabajadores se están “colgando” de los estudiantes: “el problema para ellos es que somos más y eso es lo que les duele hoy día a los que no quieren desprenderse de los intereses creados en el mundo de la educación a través de los grandes negocios levantados en instituciones privadas y con la banca privada”.

Para la ex candidata presidencial y ecologista Sara Larraín se está ante un segundo paso en la transición a la democracia en Chile “y está señalando ya no un cambio desde una dictadura a una democracia formal, sino que estamos señalando una agenda en muchos aspectos”.

Unas 600.000 personas se manifestaron en Chile contra el Gobierno de Piñera