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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 21.6.2010

Las palabras de Juan Manuel Santos para definir el estilo que marcará su Gobierno han sido: "El reloj de la historia marca hoy una nueva hora; llegó la hora de la unidad nacional, llegó la hora de la concordia entre los colombianos". (...) "Los colombianos votaron para apoyar un mensaje de unidad y yo recojo ese mensaje (...), a partir de este momento soy el presidente electo de todos los colombianos, de los que me apoyaron y de los que no me apoyaron, soy y seré el presidente de la unidad nacional", subrayó.

En su primer discurso tras conocerse su victoria en las urnas, las que le otorgaron el 69 por ciento de los votos y le llevarán el 7 de agosto a la Presidencia, Santos ha dicho que su triunfo es también el de Álvaro Uribe, el actual mandatario: "Quiero rendir tributo desde el fondo de mi corazón a uno de los mejores presidentes que hemos tenido en dos siglos de vida republicana. Muchas gracias, muchas gracias, presidente Álvaro Uribe Vélez".

MANO DURA CON LAS FARC

En "mi gobierno seguirán las puertas abiertas para la desmovilización (de insurgentes)... pero repito, a las FARC y a los violentos se les agotó su tiempo", ha añadido el presidente electo, que inmediatamente ha añadido que "los colombianos saben muy bien que yo sé como combatirlos".

Y en un mensaje tangencial a países vecinos como Ecuador y Venezuela, con los cuales Bogotá ha tenido tensas relaciones en los dos últimos años, Santos ha asegurado que quiere ser socio y colaborar, aunque no les ha mencionado directamente. "Aspiro a trabajar de la mano con los países vecinos", ha remarcado, al matizar que en las "relaciones conflictivas", en alusión a las que el Gobierno de Uribe mantiene con esos dos países, siempre "hay dos alternativas: mirar con amargura hacia el pasado o abrir caminos de cooperación hacia el futuro" y Santos hoy optó por la segunda vía.

Ecuador y Venezuela comparten límites terrestres con Colombia y un pasado de unidad, que se ha quebrado por la polarización entre los gobiernos de derecha y de izquierda y por la actuación de la guerrilla izquierdista en territorios fronterizos donde se refugian y huyen de la ofensiva militar.

ECONOMÍA Y SEGURIDAD REGIONAL

Ecuador rompió relaciones con Colombia en marzo de 2008 tras el bombardeo a un campamento de las FARC ubicado en su territorio, mientras que Venezuela las "congeló" en 2009 a raíz del polémico acuerdo militar firmado entre los gobiernos de Bogotá y Washington. En esa operación militar que el presidente ecuatoriano calificó como una violación a la soberanía de su país murió el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) , el mayor grupo guerrillero que opera en Colombia, Raúl Reyes, quien mantenía un campamento fijo en ese país.

Rafael Correa aún no le perdona a Santos el bombardeo y, además, está el asunto de las compensaciones económicas que le reclama a Bogotá y sobre las que Santos aún no se ha pronunciado. La reclamación es no sólo por el ataque, sino también por las fumigaciones de cultivos ilícitos en la frontera. A lo que sí está dispuesto el sucesor de Uribe es a entregar los ordenadores que fueron extraídos del campamento y que Correa también reclama como parte de las condiciones para restablecer las relaciones binacionales.

El mandatario de Ecuador quiere también la solemne promesa de que Colombia no volverá a atacar su territorio. Recomponer las relaciones entre Colombia y Ecuador es crucial para desarrollar el comercio y la seguridad regional, debido a que por las fronteras con Venezuela y Ecuador no sólo pasan productos agropecuarios, químicos e industriales, sino drogas ilícitas, armas y delincuencia.

En cuanto a Venezuela, Santos no puede descartar que Hugo Chávez, que recientemente les calificó como un "mafioso" y "una amenaza" para la región, le de con la puerta en las narices.

Chávez, quien impulsa una revolución socialista y ha sido una fuerte influencia para el presidente ecuatoriano, abraza algo totalmente opuesto al modelo de libre mercado, apertura comercial y de iniciativa privada que Santos ha prometido profundizar en su Gobierno. Y esa será una auténtica prueba de fuego para Santos, que tendrá que sentar unas bases mínimas de consenso si quiere superar un enfrentamiento que resulta muy dañino para sus propios intereses.

Las agrias relaciones con Venezuela trascendieron al ámbito económico, luego de que Chávez ordenó congelar el comercio con Colombia que llegó a un récord de más de 7.000 millones de dólares en el 2008 y que este año no espera alcanzar siquiera los 2.000 millones, lo que le restará más de un punto al crecimiento del Producto Interno Bruto colombiano.

Los dos grandes retos de Santos como presidente se llaman Chávez y Correa