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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 18.1.2010

A los muertos (70.000 según el último balance oficial) y heridos (con una asistencia médica que hace lo que puede careciendo de lo esencial, es decir, antibióticos y antisépticos), hay que sumar la inseguridad que impide que la ayuda llegue a sus destinatarios, los haitianos enfrentados a unas condiciones terribles. Y cuando esta ayuda es distribuida, estallan los enfrentamientos violentos por hacerse con ella.

Cuentan los enviados especiales a la zona que la aparición de camiones con paquetes de alimentos y de ropa es recibida casi siempre con tumultos y caos. La agencia EFE cita la declaración del capitán Marco León Peña, del contingente boliviano de la Misión de la ONU en Haití (Minustah), para quien "una distribución exitosa de alimentos o agua es aquella en la que nadie sufre daños". Peña añade que por esa razón, "nunca anunciamos el lugar donde vamos a repartir la comida para evitar tumultos".

Algunos distritos se encuentran totalmente desabastecidos, como es el caso de Peguyville, en la capital, donde se encuentran miles de refugiado que en los siete días transcurridos desde el seísmo sólo han visto un camión con agua potable. "Necesitamos ayuda", es el mensaje de los muchos carteles que pueden leerse por la calle.

Entretanto, se exitienden los saqueos y el pillaje. El asalto a tiendas, almacenes y casas es a veces tan violento que en ocasiones ha obligado a los equipos de rescate a abandonar su tarea ante el miedo a ser atacados. Es lo que les ocurrió a un grupo de bomberos españoles que tuvieron que ser desalojados urgentemente por las fuerzas de la ONU cuando estaban tratando de rescatar a una niña de unos 13 años aún con vida bajo los escombros. Tuvieron que abandonarla porque no podían trabajar sin escolta. De hecho, el Consejo de Seguridad de la ONU, tan preocupado por la seguridad de su personal como por los damnificados, estudiará este lunes en una reunión extraordinaria ampliar el número de tropas de la Minustah, liderada por Brasil, y actualmente integrada por 6.000 cascos azules y 2.200 policías, según el canciller brasileño, Celso Amorim.

La última muestra de desesperación ha sido el intento de asalto al aeropuerto de Puerto Príncipe para conseguir la ayuda humanitaria que llega en avión. Al parecer, los haitianos se habían ido agolpando desde primera hora de la mañana en el aeropuerto de Puerto Príncipe hasta que han decidido intentar acceder a la zona en la que se encuentran las agencias de cooperación internacional, entre ellas la española. Las fuerzas antidistubios han utilizado botes de humo para tratar de dispersarles pero no parece que su intención sea marcharse hasta que les sea entregada la ayuda que esas agencias almacenan. Nos referimos a la ayuda que ha podido llegar hasta ahora porque las ONG se han quejado de que el aterrizaje de aviones que transportan a los soldados enviados por EEUU está impidiendo que aterricen los aviones cargados con comida, ropa, agua, elementos para el ajojamiento provisional de los desplazados...

El envío de 10.000 soldados a la nación caribeña por parte de EE.UU. ha sido recibido con críticas por la comunidad internacional. El presidente venezolano, Hugo Chávez, ha sido el primero en denuncia que Washington está "ocupando a Haití" al enviar a "miles de soldados armados como para una guerra". A este malestar por la actuación del Gobierno de Obama ante el terremoto que asolado Haití se ha sumado Francia, cuyo secretario de Estado de Cooperación, Alain Joyandet, ha reclamado a la ONU que precise el papel de EEUU, que está asumiendo de facto la coordinación de la ayuda en el país caribeño.

La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, también ha querido dejar clara su posición y ha asegurado que más que "ayuda militar" por parte de Europa, la población de Haití necesita una mayor coordinación para que la ayuda pueda llegar a los afectados. En lugar de "ayuda militar como tal", Ashton ha abogado por asistir en la tarea del transporte de alimentos o trabajos de ingeniería para reparar las comunicaciones. "Se trata de ayudar Haití, pero no de ocupar Haití. La ONU está trabajando y espero que tengamos una decisión y nos precisen el papel de Estados Unidos", ha insistido Alain Joyandet en la radio Europe 1. El dirigente galo acaba de regresar de la isla, devastada por un seísmo de magnitud 7 grados en la escala de Richter durante la noche del pasado martes.

AMPUTACIONES COMO ÚNICA ALTERNATIVA

En cuanto al trabajo que están realizando las organizaciones humanitarias que se han desplazado a Haití, la falta de material médico sobre el terreno, principalmente antibióticos y antisépticos, está obligando a los médicos que atienden a las víctimas del terremoto de Haití a practicar cientos de amputaciones que en otras circunstancias no serían necesarias. Esto es lo que afirma Médicos del Mundo en un comunicado en el que añade que estas operaciones son inevitables debido a las graves heridas que presentan las personas atrapadas entre los restos de los edificios y a la imposibilidad de tratar las infecciones. "La situación es catastrófica", explica Jacques C. cirujano del equipo francés de la ONG, y añade que "desgraciadamente, estamos teniendo que realizar numerosas amputaciones todos los días". Este cirujano calcula que en los próximos días habrá que hacer "del orden de 400".

La misión de Médicos del Mundo España está compuesta por dos médicos, dos enfermeras, un logista y un coordinador. Este equipo, que llegó a la zona con alrededor de 300 kilos de equipo quirúrgico presta apoyo a los equipos de Médicos del Mundo Canadá y Suiza que desarrollan su labor humanitaria en el interior de Haití y en la frontera con República Dominicana.

En el hospital general de Puerto Príncipe, donde un equipo quirúrgico de la ONG trabaja desde el sábado, la situación es muy difícil, explica el comunicado, precisando que el patio está invadido por camas improvisadas y dado que la morgue está llena, los cadáveres se pudren en el suelo junto a los heridos. También el personal sanitario está teniendo numerosos problemas de abastecimiento y de condiciones de trabajo. "Dormimos en el suelo junto con otros cooperantes y periodistas y contamos con poca agua y casi nada de comida", lamenta el jefe de la misión.

"Buena parte de unas infraestructuras ya muy precarias antes del seísmo se encuentran inutilizables. El comercio está completamente desabastecido y las fuentes regulares de aprovisionamiento no pueden operar debido al colapso de las estructuras que permiten regularmente el circuito logístico", relata Luca Beltrame, coordinador de Emergencias de Médicos del Mundo. Y añade que "con un puerto destruido, un aeropuerto muy limitado en su funcionamiento saturado y las carreteras deterioradas, hemos optado por crear una base de apoyo logístico en la capital de República Dominicana. De esta forma podremos facilitar el abastecimiento a los equipos presentes en el país haitiano".

Médicos del Mundo tiene previsto enviar este lunes dos toneladas de material médico e higiénico a Haití en el avión fletado por la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID) que partirá hacia Puerto Príncipe. La carga incluye material médico y fármacos para atender traumatismos y fracturas, tiendas de campaña para la instalación de dos hospitales de campaña, generadores eléctricos y kits higiénicos para la población que ha perdido sus hogares.

En cuanto a las víctimas mortales del terremoto, el primer ministro de Haití, Jean-Max Bellerive, afirmó este domingo que ya se han enterrado 70.000 cadáveres en fosas comunes, aunque su estimación es que la cifra total de fallecidos por la catástrofe podría llegar a 200.000. Bellerive dijo en declaraciones a 'El Nuevo Herald'que hasta que los equipos de rescate no lleguen a todas las zonas de la capital y sus alrededores, donde tuvo su epicentro el terremoto, no se podrá ofrecer un recuento fiable de los fallecidos. En las mismas declaraciones, el primer ministro se defendía de las críticas recibidas al destacar las enormes dificultades a que han tenido que enfrentarse las autoridades ante la catástrofe natural: "La gente no se da cuenta que hemos tenido que recoger 70.000 cadáveres en cinco días..., creo que ningún país está preparado para eso".

El Movimiento por la Paz -MPDL-, presente en República Dominicana, está efectuando labores de identificación de necesidades en colaboración con las ONG dominicanas CEDESO e IDDI, que realizaban actividades de desarrollo en Haití antes del seísmo.


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