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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 28.3.2010

La jornada del domingo ha transcurrido con normalidad y aunque se espera que este lunes los italianos acudan en mayor número a las urnas se teme que la abstención aumente en relación con la alta participación, un 67 %, registrada en las europeas de junio de 2009.

En los comicios se elegirán a los presidentes y alcaldes de 13 regiones, cuatro provincias y 462 municipios. Además, los comicios servirán para tomar la temperatura al Gobierno de Silvio Berlusconi, dos años después de su elección como primer ministro y cuando todavía quedan tres años para el final de la legislatura. Está por ver de qué forma repercuten en estas elecciones sus escándalos de sexo y corrupción, sus enfrentamientos con la magistratura, sus presuntas relaciones con la mafia e incluso su reciente divorcio.

La campaña se cerró el pasado viernes caracterizada por las polémicas y la falta de contenidos y programas políticos. Aparte del acelerón dado por los partidos en los últimos dos días, en los que por primera vez se habló de temas como la reducción de la presión fiscal, el paro o la jubilación, el resto de la campaña ha ido saltando de polémica en polémica. Otra de las polémicas que han centrado la campaña ha sido la decisión de suspender todos los talk show televisivos un mes antes del inicio de las elecciones, lo que ha sido fuertemente criticado, sobre todo por los presentadores de los principales programas de debate.

El partido de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL), ha cometido errores burocráticos, ya que presentó la lista de su candidata en el Lazio, Renata Polverini, con retraso y finalmente quedó excluido de las elecciones en esta región. Aun así, la candidata podrá ser igualmente elegida a través de una lista cívica independiente.

Según los analistas, la "tendencia general" que reflejan las encuestas es que "el centro-derecha lograría mantener alrededor de diez puntos de ventaja con respecto a los partidos de centro-izquierda".

La elevada abstención perjudica a Berlusconi