sábado. 20.04.2024
"URBANPR / Organización TEDxBuenosAires"

La tercera edición del TEDx Buenos Aires, posiblemente el foro de ideas más importante del momento, contó en esta ocasión con 18 oradores. Tecnología, Entretenimiento, Diseño, ideas dignas de difundir, es la filosofía de los TED que se celebran en todo el mundo, con conferenciantes que van de Bill Clinton a Bill Gates. Solo uno de los conferenciantes en Buenos Aires era español: Stéphane Grueso, documentalista sevillano, que desde su experiencia en el movimiento del 15 M, habló sobre el nuevo prototipo de protestas que se desarrolló en todo el mundo el pasado año, desde los acampados en Sol o en Wall Street, a la Primavera Árabe.

“Hay una serie de elementos comunes que han llevado a protestar de otra forma. Es muy interesante cómo esos países, con circunstancias extremadamente distintas, se han basado en los mismos elementos en este tipo de protestas. Entonces yo entiendo que se ha desarrollado un nuevo prototipo de protestas”, dice Grueso a Nueva Tribuna.


Javier M. GonzálezHasta qué punto fue importante el uso de las nuevas tecnologías y las redes sociales en el éxito, o al menos en la difusión de estos movimientos.

Un amigo que estuvo en la plaza Tahrir le preguntó a uno de estos bloqueros quién convocaba las protestas, y le dijo, aquí no convoca nadie, aquí convoca Youtube. Nosotros grabamos imágenes, las subimos a Youtube y la gente viene

Stéphane Grueso | Las redes sociales no crearon nada, pero fueron determinantes en el éxito. En el caso de los países árabes, yo estoy convencido de que eso ha pasado en los últimos años muchas veces, pero nunca nos hemos enterado. Nunca nos hemos enterado nosotros y nunca ellos han tenido posibilidades de multiplicar la información, que todo el mundo se entere de lo que pasa y participar. En el caso de Egipto, había unos 30 blogueros, que eran los que canalizaban la mayor parte de la información, que todo el mundo seguía. Todo el mundo sabía quiénes eran (a diferencia de España). Un amigo que estuvo en la plaza Tahrir le preguntó a uno de estos bloqueros quién convocaba las protestas, y le dijo, aquí no convoca nadie, aquí convoca Youtube. Nosotros grabamos imágenes, las subimos a Youtube y la gente viene. Esa difusión es la que ha permitido que la cosa crezca.

La misma noche del día 15 se estaba ya planificando cómo hacer para convocar gente, para conseguir que la ocupación de la plaza o la acción en la plaza se replicara en otras ciudades, todo eso pasó la noche del mismo día 15

¿Eso es lo que pasó también en España?

Sí, además es muy notable el hecho de que la gente que participamos en el 15 M estamos muy preparados en redes. La misma noche del día 15 se estaba ya planificando cómo hacer para convocar gente, para conseguir que la ocupación de la plaza o la acción en la plaza se replicara en otras ciudades, todo eso pasó la noche del mismo día 15. Por medio de las redes se empezó a llamar a gente y como tiene este poder exponencial se consiguió que todo el mundo se enterase. La segunda noche, la del día 16 al 17, cuando hubo el desalojo de la Puerta del Sol y echaron a las 200 personas que estaban durmiendo, rápidamente se convocó a las 8 en Sol, cosa que no salió en ningún periódico, en ninguna radio, en ningún medio de comunicación tradicional. Sin embargo por la noche estábamos de diez a quince mil personas allí.

Casi un año después del 15 M, ¿se puede contar cómo se gestó el movimiento?

El 15 M no es un movimiento social, es un estado de ánimo

Yo siempre digo que el 15 M no es un movimiento social, es un estado de ánimo. El año pasado, en primavera, se dio la circunstancia de que había una masa crítica bastante grande, con muchos problemas, mucho paro, mucha falta de ilusión. Había un paraguas muy interesante que era Democracia real ya, que convocó una manifestación el día 15. Mucha gente, entre ellos yo, fuimos a esa manifestación precisamente porque no sabíamos quiénes eran, tenía ese atractivo. Después se sumaron algunas organizaciones, pero era una manifestación que era distinta. No era de los sindicatos o de los partidos. Después vino el tema de las acampadas, estuvimos un mes en Madrid, se replicó por todo el mundo, España se convirtió en una referencia mundial durante aquella época. Pero lo importante del 15 M ha sido el cambio que hemos tenido en las personas, el haber salido del sofá. Todo el mundo que ha participado en las acampadas, o por lo menos las acampadas grandes, somos gente que en este proceso hemos cambiado. Hemos salido del sofá, de la clásica posición de pasarnos la vida en nuestro sofá viendo las noticias y diciendo siempre, vaya mierda, esto no puede ser, qué injusticia, y hemos empezado a hacer cosas. De la forma que sea, pero todos éramos 15 M.

Entonces, ¿el éxito del 15 M ha sido el cambio de estas personas?

Lo importante del 15 M ha sido el cambio que hemos tenido las personas, el haber salido del sofá

Sí, y en ese sentido, ya hemos ganado. Yo siempre hablo de esto como si fueran los extras del DVD: todo lo que estamos viendo ahora es como de regalo, pero el 15 M ya ha pasado y hemos ganado. El cómo articulamos ahora cómo vamos a conseguir nuestras reivindicaciones, cómo vamos a provocar cambios o por lo menos cómo vamos a catalizar o empujar, a seguir pensando juntos, cómo vamos a provocar cosas, eso es lo que tenemos que ver ahora. Tenemos además una cosa importante, que es el tema de los plazos. Nosotros no nos movemos por los plazos de los políticos, no tenemos que ser reelegidos, cuatro años nos da igual. Es más, la política nos da no bastante igual, como con la ley electoral que tenemos es siempre PSOE o PP, y es lo mismo y da igual, nosotros estamos de manera paralela a nuestra vaina. Estoy seguro que va a pasar algo. Yo no sé ni lo que es ni cuándo va a pasar, pero sí estoy seguro que va a pasar.

Qué supuso el movimiento 15 M para el uso de las nuevas tecnologías…

El uso de redes, de Internet, el sustituir a los medios de comunicación, ha demostrado que ahora mismo, con la actual tecnología, podemos vivir una circulación de la información asombrosa. Y la información ya no pertenece a las élites. A ti no te hace falta tener la cabecera de un periódico que vende 150.000 ejemplares para comunicar una idea o para enseñar una realidad, lo puedes hacer tú, es algo que hice yo. En el 15 M, el papel que yo asumí fue el de conector con la gente que no iba a la plaza. Yo iba contando lo que veía. A mi me pasó, por ejemplo, que en el mes de agosto, cuando en Madrid hubo una serie de manifestaciones, había gente que me escribía para contrastar los medios, yo además aportaba fotos y vídeos. Eso nos da un papel muy importante. En la estructura del 15 M, nosotros estamos en condiciones de difundir determinada noticia o mensaje, de tal manera que llegue a más gente y más rápido que cualquier medio de comunicación tradicional. El hecho de que todo el mundo pueda publicar sus noticias o contar su realidad, a mí me parece superpositivo. Esto es la primera vez que ha pasado y se ha mostrado muy efectivo

¿Y cómo ha reaccionado el sistema?

Tanto el sistema político como la prensa, al principio estaban despistados. Se preguntaban quiénes son esta gente, qué hacen aquí, porque no hay ningún representante. Después vieron el potencial, se dieron cuenta que esta gente no era toda de izquierda, ni eran de un partido, eran todos. Entonces empezaron a ningunearlo, por supuesto observándolo. Yo creo que le han visto las orejas al lobo, Han pasado los meses, el 15 M se ha desinflado, no estamos en las calles, somos menos gente, pero yo creo que ha sentado un punto importante.

¿Y cómo afectó a los medios de comunicación tradicionales?

En un congreso de periodismo digital en Huelva, en el que yo estuve como periodista ciudadano del 15 M, los periodistas de medios tradicionales siempre me hablaban de contrastar. Yo no tengo ninguna formación periodística, pero lo que sí puedo es estar en la calle, hacer una foto de lo que veo y documentarlo, entonces no sé bien que es lo que hay que contrastar, Estoy, por ejemplo, en una manifestación en la calle Atocha, cuento que hay tantos manifestantes y subo la foto. Yo no quiero sustituir a nadie, pero soy un nuevo actor en esta cosa. Y los medios tendrán que ver cómo lo hacen, tendrán que evolucionar. Además, vivimos en un mundo en el cual ya nadie quiere esperar a ver la edición impresa del día siguiente, que estará muy bien para leer el análisis, pero yo quiero informarme ya. Y eso ahora lo puede hacer cualquier persona que tenga un teléfono y un acceso a Internet. Esto de que cada ciudadano pueda documentar todo lo que ve, por supuesto respetando privacidades y una serie de temas, a mí me parece que es totalmente positivo, muy preocupante para los poderes, pero van a tener que aprender a convivir con ello porque no hay vuelta atrás.

El último documental de Stéphane Grueso fue “¡Copiad Malditos!”, sobre los derechos de autor en la era digital, que emitió TVE. Actualmente prepara, junto con un colectivo, un documental y un libro sobre el movimiento del 15 M, con una licencia de Creative Commons. Es, además, un activo protagonista de las redes sociales, con más de 12.000 seguidores en Twitter.

Stéphane Grueso: "La información ya no pertenece a las élites"