viernes. 19.04.2024
Xi-Jinping

Observadores y expertos en política internacional se sorprenden de la maniobra del líder chino Xi Jinping al sacudir el Partido Comunista Chino (PCCh) y al mismo tiempo arrogarse poderes del partido, estatales y militares. A tan solo dos años y medio de su mandato Xi parece estar inclinado para romper la regla de los 10 años de tenencia para el líder supremo del país, con el objetivo de servir más tiempo que cualquier otro gobernante chino en décadas.

El dominio total de Xi del aparato estado-militar y el hecho de que hasta ahora no se ha preparado ningún sucesor indica que permanecerá gobernante supremo de China, independientemente de si él renuncia a su cargo de secretario general del PCCh en 2022. El deseo de Xi de gobernar durante más de una década demuestra que está aferrado al poder.

En China, los líderes a menudo se clasifican por su generación. Xi, lidera la quinta generación, una referencia a los políticos nacidos en la década de los años 50. No obstante, no hay sucesores potenciales de la sexta o séptima generación. Por el contrario, las acciones de su predecesor, Hu Jintao, secretario general del PCCh (2002-2012), que nació en 1942, fue el líder principal de la cuarta generación.

No mucho tiempo después de ascender a la élite, Hu empezó a preparar a los mejores líderes de la quinta generación, incluyendo al propio Xi Jinping (secretario del partido de Zhejiang) y Li Keqiang (actual primer ministro de China y ex secretario del partido en Liaoning).

Igualmente significativo, en los años previos al 17 Congreso del Partido (2007), una reunión importante que se da dos veces cada década, Hu tomó aproximadamente 30 políticos de la sexta generación y los preparó para grandes promociones.

En el año 2005, Hu Jiang parece haber decidido instalar a Xi y Li en el transparente del partido, como sucesor de Hu y el entonces primer ministro Wen Jiabao. Y a finales del 2005, unas cuantos políticos de la sexta generación habían alcanzado el rango de viceministro.

Si Xi siguiera la tradición de inyección  de sangre nueva en el PCCh en la élite gobernante debería llevarla a cabo este mismo año para promover decenas de funcionarios de séptima generación de ministros y viceministros. Sin embargo, sólo uno de los funcionarios de séptima generación, el vicealcalde de Shanghai, Shui Guanghui (nacido en 1970) ha alcanzado el rango de viceministro desde la llegada de Xi al poder en noviembre de 2012. Y parece muy poco probable que Xi vaya a elevar más funcionarios durante el año 2015.

Dada la expectativa de que un líder supremo sólo debe permanecer en el poder 10 años ¿Cómo va a eludir esta tradición arraigada Xi? La constitución china prohíbe a los ministros del gobierno, incluido al primer ministro, servir más de 10 años a la nación. Sin embargo, la Carta CPC (Constitución partido comunista) no lleva ninguna estipulación sobre la duración de los servicios de los funcionarios con puestos equivalentes a la de ministro o superior.

No obstante, existe una regla no oficial instituida por Deng Xiaoping, líder supremo de China durante la década de los años 80 y 90 la cual afirma que los miembros del partido comunista no pueden servir más de 10 años.

Pero es posible que Xi podría dimitir como presidente y seguir siendo un alto mandatario en el país. En China, el PCCh y el gobierno a menudo pueden funcionar en paralelo, el PCCh de hecho, supera y controla el gobierno. Por ejemplo, el alto funcionario en la provincia de Hubei es el secretario del partido en la provincia; el gobernador de la provincia ocupa el segundo lugar. Lo mismo ocurre en el ámbito nacional. De los tres títulos de Xi, presidente de la República de China, secretario general del PCCh y presidente de la Comisión Militar Central (CMC), la posición PCCh es la más importante de todas.

Además de la conservación del cargo de secretario general del PCCh, Xi tiene otras opciones. Un escenario es que Xi recupere el cargo de presidente del partido que Deng abolió en 1982 en un aparente esfuerzo por debilitar el legado de Mao y tomar el mismo puesto. Alternativamente, Xi podría retirarse de los dos altos cargos de secretario general del partido y presidente, pero siendo presidente de la CMC. Hay un precedente: Deng gobernó China en la década desde su cargo de presidente de la CMC.

Asimismo, Xi con su campaña anti-corrupción de largo alcance podría ocasionarle un feroz retroceso así como rivales en el seno del PCCh.  Asumir control sobre la política interior y exterior, supondría para Xi encontrarse ante un chivo expiatorio de una crisis inesperada tanto en su propio país como en el exterior.

Xi se enfrenta a una dura tarea. Posiblemente consolide el suficiente poder como para poder permanecer al mando del país pasado el año 2022 (año en el que se supone que terminaría el mandato de Xi). 

¿El eterno Xi Jinping?