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nuevatribuna.es | 08.01.2011

El ministerio alemán de Agricultura anunció el jueves por la noche el cierre preventivo de 4.709 granjas y explotaciones agroalimentarias en todo el país, aunque la gran mayoría de ellas se encuentra en Baja Sajonia (norte).

Es en esta región, cerca de Hanóver, donde fue entregado en noviembre y diciembre lo esencial de las grasas contaminadas del grupo Harles und Jentzsch, que originaron el escándalo.

Las ventas de las 4.709 empresas involucradas, que son destinadas sobre todo a la cría de cerdos, están suspendidas hasta que se pruebe la ausencia de todo elemento contaminante en sus productos, indicó el ministerio.

Ocho de los 16 Estados regionales de Alemania están afectados por los cierre. Alemania tiene unas 375.000 granjas y explotaciones agroalimentarias.

Hasta 150.000 toneladas de forraje destinado al ganado han sido contaminadas, ha declarado el gobierno alemán.

El ministerio de Agricultura se refirió el viernes a "indicios que sostienen más bien" un origen criminal en el escándalo de contaminación.

"Los indicios presentes sostienen más bien hasta el presente una alta dosis de accionar criminal", dijo el portavoz del ministerio en una conferencia de prensa.

"Todavía no sabemos cuántos agricultores están involucrados. Es necesario aclarar el contexto y las circunstancias del caso. Pero la ministra (Ilse Aigner) dijo claramente ayer que los agricultores sufrían una situación provocada", declaró este portavoz.

Las dioxinas, residuos de la combustión, industrial o natural, han sido clasificadas como sustancias cancerígenas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su absorción en pequeñas cantidades no constituye un peligro inmediato, pero el cuerpo humano las elimina difícilmente.

Análisis de laboratorio publicados el jueves confirmaron una contaminación por dioxina de grasas alimentarias producidas por el grupo Harles und Jentzsch, con tasas hasta diez veces superiores al 0,75 nanogramo por kilo permitido por las normas.

La contaminación con dioxina de huevos ya había sido probada

Harles und Jentzch, grupo basado en Uetersen (Schleswig-Holstein, norte), entregó unas 3.00 toneladas de grasas contaminadas a una veintena de fabricantes de forraje.

Desde ahí, el seguimiento de lo huevos contaminados llevó a Holanda, donde fueron exportados 136.000 huevos sospechosos, y a Gran Bretaña, país al que también se enviaron productos a base de esos huevos.

La Agencia de Seguridad Alimentaria del Reino Unido (FSA) descartó cualquier tipo de riesgo para la salud de los consumidores británicos, ya que los huevos sospechoso fueron mezclados con sanos. Esto "diluyó los niveles de dioxina y no constituye un riesgo para la salud", dijo la FSA el jueves.

Ahora queda por establecer las responsabilidades del caso y la causa de la contaminación.

Según el diario Hannoversche Allgemeine Zeitung (HAZ), Harles und Jentzsch estaba al tanto desde marzo pasado de una contaminación en sus productos.

Un análisis había revelado en aquel momento una tasa de dioxina dos veces superior a la norma, pero esos resultados no fueron comunicados al ministerio de Agricultura de Schleswig-Holstein, según el diario.

Las autoridades abrieron una investigación judicial contra Harles und Jentzsch, que produce grasas destinadas tanto a aplicaciones industriales como a la alimentación para animales.

El escándalo de la dioxina cobra proporciones alarmantes en Alemania